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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí
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Cuando el tren es ‘propiedad’ de los ciudadanos

Francia recupera líneas férreas abandonadas gracias a una iniciativa privada cooperativa

La línea férrea Burdeos-Lyon fue cancelada en el 2012. Volverá a funcionar a partir del año que viene gracias a Railcoop
La línea férrea Burdeos-Lyon fue cancelada en el 2012. Volverá a funcionar a partir del año que viene gracias a Railcoop(c) Railcoop

La última vez que viajé en un tren de noche fue a principios de este siglo cuando realicé un Interrail para recorrerme sin cortapisas Francia, Alemania y Holanda. Desde entonces los trenes de noche han ido desapareciendo las vías férreas. Y ello a pesar de que los ciudadanos, por su parte, han ido ganando poco a poco mayor conciencia de la importancia del transporte público. Una encuesta publicada por el diario Le Figaro en abril del 2019 revelaba que el 61% de los franceses están decididos a tomar el tren en vez del avión por motivos ecológicos.

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El transporte de viajeros por tren emite entre ocho y 20 veces menos CO2que el coche. Desarrollar la red ferroviaria protege, por lo tanto, la biodiversidad además de frenar la ocupación artificial de la tierra. El tren consume menos espacio que las carreteras y se complementa muy bien con las movilidades más sostenibles como la bicicleta o ir a pie.

Hasta hace poco los medios de transporte se dividían claramente entre privados (como el coche) y netamente públicos (el tren, por ejemplo). En Francia empiezan a borrarse esas fronteras de antaño porque en breve se volverán a utilizar líneas férreas de titularidad pública, que habían sido abandonadas por SNCF (la RENFE francesa), gracias a la iniciativa, a la inversión y a la perseverancia de algunas personas.

Los socios de Railcoop se presentan como "pioneros del ferroviario ciudadano"

Durante un siglo y medio las dos ciudades francesas de Lyon y Burdeos estuvieron unidas por el tren. En el 2012 se cerró esta línea transversal pero 10 años después volverá a abrirse, en el 2022, gracias a una cooperativa, Railcoop, integrada por ciudadanos anónimos, ferroviarios, empresas y colectividades locales, deseosos de ver de nuevo llegar el vehículo a sus estaciones. En su página web se presentan como “pioneros del ferroviario ciudadano”.

En palabras de su director general, Nicolas Debaisieux, quieren “reinventar el tren de noche y hacer que el tiempo del viaje sea el de los sueños. Reinventar el transporte de mercancías para aportar nuevos servicios a los territorios. Reinventar el tren de cada día para acercar a las personas. El tren puede ser mucho más que un medio de transporte”.

Cuando escribo este texto la cooperativa cuenta ya con 8.245 socios, la mayoría en Francia pero otros repartidos por el ancho mundo: Europa, Japón, Estados Unidos y África. A día de hoy han conseguido reunir el capital social necesario para la obtención de la licencia ferroviaria para viajeros, y hoy en día cuentan con más de 2,2 millones de euros. La primera línea comercial se abrirá en junio del 2022, entre Burdeos y Lyon. En el 2023 confían abrir dos nuevas, la que unirá Toulouse y Rennes, y la de Lyon-Thionville. Y este otoño ya se pondrá en marcha un proyecto de lanzadera/transporte de carga entre Toulouse/Saint-Jory y Viviez, en la región del Aveyron.

Según consta en los estatutos de la cooperativa, el tren es para ellos “un eslabón esencial en la transición ecológica actual”.
Según consta en los estatutos de la cooperativa, el tren es para ellos “un eslabón esencial en la transición ecológica actual”.(c) Railcoop

Railcoop ve la luz gracias a la reciente apertura en Francia del mercado de transporte ferroviario. Desde diciembre del 2020 cualquier empresa ferroviaria, titular de una licencia y de un certificado de seguridad, puede proponer libremente viajes de pasajeros como también de mercancías sobre toda la línea férrea. La verdad es que el 90% de los franceses vive a menos de 10km de una estación de tren, y el 30% de las estaciones están en desuso. La red de tren actual sirve sobre todo los intereses de las grandes urbes, permite la conexión de París con “las provincias” y prioriza las conexiones de alta velocidad, que son las más rentables.

La historia de Railcoop es muy reciente: remonta a febrero del 2019 cuando varios ciudadanos se preguntaron cómo podrían sacar mayor provecho de la línea ferroviaria que tenían cerca de casa. Según consta en los estatutos de la cooperativa, el tren es para ellos “un eslabón esencial en la transición ecológica actual”. La cooperativa se organiza en círculos de reflexión temáticos y locales para que cada socio pueda aportar su contribución al proyecto y así aprovechar la inteligencia colectiva para la co-creación del “tren ciudadano”. Uno de esos encuentros, por ejemplo, va a explorar cómo llevar a cabo de la mejor manera posible el transporte de mercancías. Otro reflexionará sobre cómo reinventar el viaje en tren y qué puede aportar al viajero más allá de estrictamente el trayecto.

El movimiento cooperativo avanza en Francia 'a toda máquina'. Railcoop se ha aliado junto con otras ocho cooperativas francesas para crear Licoornes, una plataforma que las presenta como “cooperativas en transición”, unidas para poner en común fuerzas y experiencias con un mismo objetivo: transformar radicalmente la economía a base de crear un modelo económico diferente.

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