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¿Qué es para mí cooperar?

Con más de 30 años de experiencia, la misionera Dolores Puértolas reflexiona sobre el papel del trabajo humanitario y nos comparte su último cometido en la República Dominicana

Dolores Puértolas saluda a una familia durante la construcción de un reservorio de agua en Azua, República Dominicana.
Dolores Puértolas saluda a una familia durante la construcción de un reservorio de agua en Azua, República Dominicana.Fran Afonso

En primer lugar, quisiera confesar que siempre tengo problemas para presentarme con una etiqueta clara. Colaboro con la Asociación Nuevos Caminos, así que soy cooperante expatriada; soy laica comprometida de una comunidad de la Iglesia Católica, o sea que se me puede etiquetar también con el término misionera, y algunos niños, aquí en la República Dominicana, al saber que trabajo con base en la parroquia me llaman "la monja", o, lo que es más gracioso, “la padra”. Yo casi prefiero escuchar mi nombre y dejar de lado títulos y etiquetas.

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Dentro del mundo de la cooperación se suele separar lo que es la acción humanitaria, que en general son las emergencias cuando hay hambrunas, inundaciones u otras catástrofes, y la cooperación al desarrollo. Cuando tu vocación en la vida es “esto”, que en mi caso incluye el “combo” de labor pastoral en la Iglesia, proyectos sociales y de desarrollo, y emergencias, todo va junto. No cambio de país con mucha frecuencia, acudiendo a distintas acciones de emergencias o proyectos de corta duración, sino que me enraízo en una realidad, me hago parte de un pueblo, comparto y acompaño su caminar.

Mi cometido incluye inspirar e impulsar procesos de cambio, empoderar a las personas y comunidades, quienes a veces no tienen la confianza en sus propias fuerzas o les cuesta cambiar dinámicas propias: el interés personal por encima del interés del grupo, la pereza, la desconfianza, el miedo…Mi labor incluye estar en el diagnóstico de una situación, con sus necesidades, sus derechos y sus retos, en el diseño del proyecto con los comunitarios, como también en su ejecución y en el fortalecimiento del grupo para su continuación y mantenimiento posterior. En este sentido, la persona en mi posición requiere algunas competencias para liderar estos procesos. Las que considero más relevantes son la visión de futuro, de la que muchos comunitarios carecen, pues han vivido siempre al día, y la paciencia para aunar y sumar, pues “hay que andar al ritmo del pelotón”. Se suman a estas la superación de obstáculos y la resistencia al fracaso.

Mi cometido incluye inspirar e impulsar procesos de cambio, empoderar a las personas y comunidades, quienes a veces no tienen la confianza en sus propias fuerzas

Son muchas las experiencias vividas en los 30 años que llevo en esta labor, os quiero compartir un ejemplo reciente. Se trata de la construcción de un reservorio de agua con la Asociación de agricultores Félix Ortiz en Barrera (Azua), un hermoso paraje de la República Dominicana. El pueblo de poco más de 2.000 habitantes se encuentra ubicado al final de un camino, cerrado por la Sierra de Martín García y la bella playa de La Caobita. Sus moradores viven todavía de la tala de postes y quema de carbón vegetal —dañando el parque nacional—, así como de la agricultura de subsistencia con la escasa agua de la que disponen. Hace ya casi tres años que, dentro de un diagnóstico global de la comunidad, que incluía desarrollo agroforestal, turismo sostenible y capacitación, este reservorio era uno de los objetivos. Para frenar la deforestación había que mejorar los sistemas de riego para la agricultura.

Desarrollo de las obras del reservorio de agua de la Asociación Félix Ortiz en Barrera (República Dominicana).
Desarrollo de las obras del reservorio de agua de la Asociación Félix Ortiz en Barrera (República Dominicana).Félix Ortiz

Tras la ilusión inicial por la construcción del reservorio hubo un enfriamiento de unos meses, pero un poco más tarde la asociación reunió un dinero para contratar la excavadora e iniciar los trabajos de desmonte del terreno y excavación. Nuestro compromiso con ellos era que iniciaran la excavación, que pusieran su trabajo manual y que para ser socios del reservorio tenían que cursar dos talleres de agricultura cada uno. Los talleres fueron impartidos por el Instituto de Formación Técnica-Profesional del gobierno (INFOTEP), y hasta los agricultores que no sabían escribir pudieron participar. Ahora, después de unos cuantos meses de trabajo, tenemos el reservorio bautizándose con la primera agua.

Este proyecto ha sido un éxito, no solo porque ya no regarán día y noche, porque no pelearán por el agua, porque tendrán más agua y porque optimizarán su uso sino también porque han visto que juntos podían conseguir un cambio importante; porque han visto que no tenían que esperar al gobierno para lograr mejoras; porque la voluntad y el esfuerzo, la capacitación y sobre todo la unión por un bien común, son elementos fundamentales para el cambio. Este es uno de los resultados que llena de orgullo mi trabajo.

Dolores Puértolas trabaja como cooperante internacional con la Asociación Nuevos Caminos. 

La sección En Primera Línea es un espacio en Planeta Futuro en el que miembros de ONG, organizaciones e instituciones internacionales, que trabajan en terreno, narran sus experiencias personales con relación al impacto de su actividad. Siempre están escritos en primera persona y la responsabilidad del contenido es de los autores.

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