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Buscando a Banksy en Burriana: “Lo llamábamos el barco del Orgullo gay”

Aquí nadie se mete en los asuntos del vecino, pero a los habituales del puerto no se les escapó aquella embarcación rosa atracada junto con otros barcos de rescate: "Si ha estado en Burriana se ha tomado unas cervezas aquí", cuenta misterioso el propietario de un bar próximo

El 'Louise Michel', pintado de rosa y con grafitis de Banksy, partió del puerto de Burriana (Castellón).
El 'Louise Michel', pintado de rosa y con grafitis de Banksy, partió del puerto de Burriana (Castellón).Santi Palacios (AP)

Los habitantes de Burriana (Castellón) utilizan la expresión popular Burriana, París y Londres para mostrar su orgullo de pertenecer a esta localidad que fue una importante villa musulmana y posterior centro neurálgico del rey Jaime I en la reconquista de Valencia. El dicho está envenenado. Los vecinos de los pueblos de alrededor la utilizan para burlarse del carácter fanfarrón de sus habitantes.

Detrás de esa fama de pretenciosos, este pueblo mediterráneo de cerca de 34.500 habitantes es un lugar de gente cercana y ambiente familiar, que se volcaba cada verano con los asistentes al festival de música Arenal Sound. Su ausencia ha devuelto a la localidad los sonidos marinos arrebatados por la electrónica. Lo que no esperaban este año de poca afluencia –en el Aloha, el único hotel de la localidad, solo están ocupadas la mitad de sus 30 habitaciones, y muy pocos extranjeros– era que el artista más enigmático, escurridizo y publicitado del mundo llevara su nombre a toda la prensa internacional. ¿Ha estado Banksy en Burriana?

“Me suena lo del artista este por verlo en la prensa”, comenta un trabajador del hotel desde la recepción. “¿Quién?”, responde cortante un pescador afanado en arreglar las redes. “Ah, sí, ahí han estado, los veíamos desde aquí”. Dando la espalda al muelle, en la gran playa de arena fina de Burriana unos postes marcan la distancia social y recuerdan que la covid-19 afectó de lleno a la localidad debido a las celebraciones previas a las fallas. Por primera vez en muchos años, la orilla vacía recuerda a los cuadros luminosos y costumbristas de Joaquín Sorolla.

Dos pescadores en el puerto de Burriana arreglan las redes después de faenar. |
Dos pescadores en el puerto de Burriana arreglan las redes después de faenar. |Esperanza Balaguer

Este era el lugar perfecto para llevar a cabo su nueva trolleada, pues horas antes de que la prensa diera la noticia pocos conocían en el puerto de Burriana el nombre y la obra del artista urbano británico que ha hecho de su anonimato uno de sus principales activos. El dinero del tal Banksy estaba detrás del inusual barco de 30 metros de eslora de color rosa y con la palabra “rescue” (rescate) escrita en sus costados que atracó de esa guisa el pasado 23 de junio. “Lo llamábamos el barco del Orgullo gay”, cuenta entre risas Ismael, un vecino de unos cincuenta años y los brazos tatuados que tiene justo enfrente su pequeña embarcación de recreo con la que sale a pescar.

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“Llevaban aquí varios meses, montaban sus fiestas y luego pasaban por aquí con la cabeza gacha porque ellos se divertían mientras nosotros trabajábamos”, añade Damián, un marinero local que vende boquerones en una dársena a escasos 10 metros de donde estaba atracada la embarcación. Ninguno de la decena de pescadores que merodean el puerto ha hablado con la tripulación capitaneada por la navegante y activista alemana Pia Klemp, a quien Banksy mandó un correo electrónico en 2019 para financiar su proyecto. Solo unas cuantas miradas de sospecha, unas bromas y a seguir a lo suyo.

Clientes solitarios con aspecto bohemio

“En las últimas semanas han pasado por aquí algunos clientes solitarios, muchos extranjeros, incluso alguno con aspecto bohemio”, comenta José Rodríguez, propietario del restaurante Arenal, que comparte edificio con la Cofradía de Pescadores. Es su interpretación de la posible apariencia de Banksy, del que no ha oído hablar en su vida. Ni él ni los camareros que recogen el local con total indiferencia hacia la noticia. “Ni siquiera he visto el barco”, dice Rodríguez.

El Louis Michel en el Mediterráneo. A babor, la ilustración de Banksy que representa a una niña sosteniendo un flotador de rescate rosa en forma de corazón como si fuera un globo. |
El Louis Michel en el Mediterráneo. A babor, la ilustración de Banksy que representa a una niña sosteniendo un flotador de rescate rosa en forma de corazón como si fuera un globo. |Reuters

La embarcación, bautizada como Louise Michel en honor de una anarquista feminista francesa de la Comuna de París, zarpó el pasado 18 de agosto, en secreto para el mundo, a la vista de todos en Burriana, hacia el Mediterráneo central, donde ya ha rescatado a 219 personas con la ayuda del Sea Watch 4, al verse desbordado.

“Como muchas personas que han triunfado en el mundo del arte, me he comprado un yate para surcar el Mediterráneo”, ironiza el artista en su último post de Instagram, en el que confirma que ha invertido parte del dinero de una de sus millonarias subastas en un barco humanitario que le habría costado, según calcula el Daily Mail, unos 964.000 euros.

Detalle de la ilustración de babor de Banksy en el Louise Michel. |
Detalle de la ilustración de babor de Banksy en el Louise Michel. |Reuters

Sea Banksy una persona, un colectivo o, como algunos dicen, el cantante de Massive Attack, desde que comenzó a repartir sus inocentes grafitis satíricos por el mundo sus intervenciones se han sofisticado al mismo ritmo que su fama y su valor. En 2015 creó Dismaland, un macabro parque de atracciones a 30 kilómetros de Bristol donde reunió todas sus obsesiones. Dos años después, inauguró un hotel en Palestina con “las peores vistas del mundo” repleto de sus obras. Del salón principal salieron los tres óleos con vistas al Mediterráneo con chalecos salvavidas naranjas amontonados en las orillas, que Sotheby’s subastó el pasado mes de julio por 2,4 millones de euros, que Banksy destinó a comprar equipos para un hospital infantil de Belén.

Su objetivo ahora es poner de relieve la inacción de la Unión Europea ante las llamadas de auxilio desde el mar y de hecho en tan solo dos días ha conseguido que organizaciones internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) vuelvan a poner el foco en el Mediterráneo y hayan hecho un llamamiento a la acción. “Todas las vidas negras importan”, concluía en referencia al lema del movimiento contra el racismo de Estados Unidos.

¿Cómo ha conseguido pasar desapercibido en España? “El día antes de partir me llamaron porque necesitaban gasoil. Ese ha sido el único contacto que he tenido con ellos. Sí que sé que son todos extranjeros”, comenta por teléfono Juan Bautista Borja, secretario de la Cofradía de Pescadores de Burriana y responsable del puerto pesquero. La zona de reparación naval, en el ala opuesta del muelle, por donde apenas pasea la gente, depende de la Autoridad Portuaria de la Generalitat Valenciana. Aquí nadie se mete en los asuntos del vecino.

Unos pescadores venden las piezas capturadas durante la madrugada en una dársena del puerto, a escasos 10 metros de donde se encontraba el Louise Michel. |
Unos pescadores venden las piezas capturadas durante la madrugada en una dársena del puerto, a escasos 10 metros de donde se encontraba el Louise Michel. |Esperanza Balaguer

Esta separación imaginaria ha hecho posible mantener el misterio del Louise Michel. Así como el permiso especial que la consejería de Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat, ha concedido a cuatro barcos de ONG de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo con la exención de pagar tasas portuarias. Otro asunto que es motivo de queja entre los pescadores.

El barco de Banksy ha contado con la ayuda de las tripulaciones del Alan Kurdi, el Open Arms y el Sea Watch 4, las otras tres embarcaciones que han estado amarradas en Burriana durante los últimos meses. ¿Conocerán la cara de Banksy?

Nos acercamos en busca de pistas al único que queda en tierra. Es el Alan Kurdi, el viejo buque mercante de la ONG alemana Sea-Eye, cuyo nombre rinde honor al niño sirio ahogado en una playa de Turquía en 2015, y que tiene previsto salir a altamar la semana próxima. El capitán, Joachim Ebeling, y el gerente, Jan Krüger, nos invitan enseguida a visitar el barco ocupado ahora por tan solo seis personas. “Me parece muy bien que Banksy utilice su arte para hacer una declaración política y que se hable de nosotros gracias a su fama”, sentencia Ebeling, un marino mercante que lleva dos años capitaneando la embarcación, que desde 2015 ha rescatado a más de 7.000 personas. Explica que están muy agradecidos a la acogida que ofrece el puerto de Burriana a las ONG y reconoce que, aunque cada una vaya por su lado, “nos ayudamos mucho entre nosotros cuando estamos aquí. La colaboración es constante”.

Jan Krüger, gerente del Alan Kurdi (izquierda), y Joachim Ebeling, el capitán, a la derecha, en la cabina del barco humanitario. |
Jan Krüger, gerente del Alan Kurdi (izquierda), y Joachim Ebeling, el capitán, a la derecha, en la cabina del barco humanitario. |Esperanza Balaguer

En el Louise Michel, apunta el capitán del Alan Kurdi, “son un grupo de chicas, feministas y veganas”. Le resulta curioso que la tripulación del Louise Michel funcione como una organización horizontal, sin jerarquía, donde nadie manda sobre nadie, pero solo las mujeres pueden hablar en nombre del proyecto. Los 10 integrantes del barco son activistas europeos con larga experiencia en rescates que se identifican como antirracistas y antifascistas que abogan por un cambio político radical.

Pero es Krüger el ha participado en las reuniones nocturnas de las que hablaban los pescadores. ¿Sabíais que este barco era de Banksy? “Era un secreto que algunos conocían”, admite. Pero cuando le replicamos que es imposible que en un entorno tan familiar alguien no lo supiera, acaba reconociéndolo. “Sí, lo sabíamos”. ¿Y lo visteis? Krüger asegura que no y, enseguida, Ebeling le echa un cable: “Nadie sabe si es una mujer o un hombre, si es negro o blanco, así que si era uno de ellos, ni idea”.

La tripulación del Alan Kurdi asegura fijaciones en la cubierta del barco antes de partir, previsiblemente la semana próxima. |
La tripulación del Alan Kurdi asegura fijaciones en la cubierta del barco antes de partir, previsiblemente la semana próxima. |Esperanza Balaguer

A modo detectivesco, el gerente del Alan Kurdi ofrece una pista que parece clave. “Lo que sí te puedo contar es que el barco llegó aquí pintado de rosa. También tenía el flotador de emergencia en forma de corazón. Pero hasta el día que se marchó, la niña con salvavidas [que se puede ver a babor en las fotografías del barco en altamar] no estaba pintada, la he visto hoy cuando he visto las fotos del barco en la prensa”.

El Louise Michel estaba amarrado en segunda fila con su costado izquierdo protegido de los curiosos por el Oceaner, un gran barco construido en Alemania en 1962 para surcar los grandes ríos europeos que continúa en el muelle. Las imágenes del yate surcando el Mediterráneo muestran que es justo en ese lado donde está la ilustración de la niña, con el estilo característico de los personajes de Banksy: plantillas en blanco y negro de figuras hiperrealistas que ejecutan una acción leve, delicada. Si creemos a Krüger, Banksy pudo llegar a Burriana el último día y finalizar su obra a resguardo justo antes de dejarlo zarpar.

El barco fluvial alemán Oceaner en Burriana. Tras él, el buque de rescate Open Arms. |
El barco fluvial alemán Oceaner en Burriana. Tras él, el buque de rescate Open Arms. |Esperanza Balaguer

Hacemos una última parada en el Burrifornia Surf Café, una terraza de estética californiana en la rotonda que da acceso al puerto. Pepe Vicent, uno de los propietarios de local, se muestra sorprendido por la noticia. “Me encanta que se conozca Burriana por esta razón y no por el festival”, comenta. Hace tres años, cuando el Open Arms atracó por primera vez en la localidad, trabajó de voluntario pintando el barco. “Suelen reunirse aquí”, cuenta. Conoce el ambiente que se cuece entre las tripulaciones y disfruta relacionándose con ellas. “No sé nada, pero te digo que si Banksy ha venido, seguro que se ha tomado unas cervezas aquí”. Burriana, París y Londres. En las tres el fantasma de Banksy es igual de escurridizo.

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