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Café para trotamundos

Juan Carlos de Marcos

AUNQUE LO PAREZCA, el objeto de la derecha no es un termo. O no solo. Su sobrio exterior esconde una cafetera portátil, que funciona sin electricidad ni pilas. Solo necesita agua caliente. Elabora el café por presión y al vacío, una técnica que se divide en tres pasos. Primero se llena de agua hirviendo el recipiente —compuesto por un vaso metálico y un cilindro dentado en espiral que encaja en su interior— y se deja caer hasta el fondo un pequeño cuenco de acero inoxidable lleno de café molido. Después se tapa y, al girar la rosca naranja, se pone en marcha un mecanismo que va empujando todo el agua hacia abajo y el cilindro hacia arriba. Cuando este haya subido del todo, el café estará listo y se mantendrá caliente hasta cuatro horas. Así se puede disfrutar de una taza en cualquier lugar: de excursión por el monte, en la playa o de viaje por algún lugar recóndito. Se llama Pipamoka y cuesta 73 euros.

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