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Satanás y desinformación: una alianza rentable en tiempos de coronavirus

Un grupo de la UE especializado en bulos detecta por primera vez el recurso reiterado al demonio para denunciar conspiraciones mundiales

Patricia R. Blanco
Pintura ‘El número de la Bestia es 666’, de William Blake.
Pintura ‘El número de la Bestia es 666’, de William Blake.

Invocar al demonio y a la simbología que lo representa, como el número 666, para denunciar una conspiración oculta que intenta dominar el mundo ha permitido a Fort Russ News, una web prorrusa creada por expertos serbios y alojada en servidores estadounidenses, mejorar en un 400% el tráfico de su página web desde el pasado marzo, en plena crisis del coronavirus, según ha investigado UE vs Desinformación. Es la primera vez que el equipo de la Unión Europea especializado en combatir las mentiras de la propaganda rusa detecta un recurso reiterado a la idea religiosa de Satán para desinformar.

Las alusiones al diablo, en su significado judeocristiano de príncipe de los ángeles rebelados contra Dios y encarnación del espíritu del mal, son “un invitado raro en la base de datos de la desinformación”. Según el grupo de expertos europeo, de los 8.500 casos que han estudiado en los últimos cinco años, hay tres menciones a “Lucifer” y siete al “diablo”. Una de las más famosas es la afirmación de que el incendio de la catedral de Notre Dame, de abril de 2019, fue obra de un “ritual satánico”. Pero más allá de estos ejemplos aislados, no se había detectado hasta ahora el recurso al demonio de forma insistente como “fuerza impulsora” de una trama de conspiración.

En los dos últimos meses Fort Russ News ha buscado símbolos satánicos en la élite estadounidense, especialmente en el matrimonio formado por Bill y Melinda Gates, cuya fundación es el segundo mayor donante de la OMS después de Estados Unidos —Donald Trump anunció el pasado viernes que retiraba a Washington de la Organización Mundial de la Salud por su cercanía con China—. El 13 de mayo, según UE vs Desinformación, la web publicó un artículo sobre las joyas que había lucido Melinda Gates en una ronda de entrevistas. “¿Por qué exactamente lleva un crucifijo al revés satánico?”, se preguntaba la publicación, que afirmaba de forma explícita que “las personas que dirigen actualmente Estados Unidos adoran a varios tipos de expresiones de Satanás”.

Fort Russ News era hasta hace pocos meses una publicación con contenidos seculares. Su interés por las alusiones al demonio como fuerza impulsora de los males de EE UU coincide con el lanzamiento de su campaña contra el fundador de Microsoft, Bill Gates, según sostiene el análisis de UE vs Desinformación. Hashtags como #Satanismo, #Satánico o #666 (en referencia al “número de la Bestia” mencionado en el Libro del Apocalipsis) son ahora frecuentes en las publicaciones de Fort Russ News, que difunden todas las noticias sobre los Gates con la etiqueta #GatesofHell (Gates del infierno). Fort Russ News ha llegado a ver la cifra diabólica del 666 en el número de la patente de Microsoft para un nuevo sistema de criptominería basado en sensores que convierten la actividad física o mental en energía para el ordenador. E incluso en la legislación de EE UU, de lo que se desprende, según esta web, que Washington pretende “crear un Gobierno mundial unitario y totalitario”.

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“Vivimos en un momento de caos informativo, con mucho ruido y pocas certezas”, sostiene Carme Colomina, experta en desinformación y políticas globales e investigadora del CIDOB (Barcelona Center for International Affairs), que el pasado lunes presentó el monográfico Desinformación y poder: la crisis de los intermediarios. “Mark Thompson, el antiguo director de la BBC, aseguraba que las teorías de la conspiración necesitan lectores crédulos”, recuerda Colomina, que asegura que la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 supone un paradigma como momento de máxima incertidumbre. Y ante la “crisis de intermediarios” predominante —no se confía en los Gobiernos, los partidos políticos, los enlaces sindicales o los periodistas—, una teoría de la conspiración “nos hace sentir seguros, más aún si creemos que pensamos como la mayoría”.

Por muy extravagante que pueda resultar, como atribuir al demonio el origen de una supuesta trama para dominar el mundo, este tipo de teorías pueden resultar muy “gratificantes”, considera el catedrático de filosofía Daniel Innerarity, coordinador junto a Colomina del monográfico del CIDOB sobre desinformación. “Las teorías de la conspiración tienen éxito porque reducen el mundo de una manera muy sencilla: es más fácil entender que hay un malvado detrás de lo que está ocurriendo que entender que responde a una cadena compleja de errores concatenados”, sostiene el también director del Instituto de Gobernanza Democrática (Globernance).

Y no hay nadie ni nada más malvado que Satán. Da igual si Fort Russ News cree o no en la existencia del infierno y del demonio. Los datos de esta publicación online, que desde el pasado marzo ha multiplicado por cuatro sus páginas vistas, demuestran que recurrir a la encarnación del mal funciona en tiempos de máxima incertidumbre.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.

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