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Columna
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Otro desfile

A la sombra de las acacias el público llenará de vítores a esta tropa heroica, que ha cumplido con su deber sencillamente porque era su deber

Manuel Vicent
La patrulla Águila, durante el desfile de las Fuerzas Armadas de 2019 en Sevilla.
La patrulla Águila, durante el desfile de las Fuerzas Armadas de 2019 en Sevilla.Paco Puentes

En ninguna ciudad del planeta habrá este año desfiles de las Fuerzas Armadas. En la Plaza Roja de Moscú, en el Cañón de los Héroes de Nueva York, en los Campos Elíseos de París, en la plaza de Tiananmén de Pekín, en el paseo de la Castellana de Madrid no se realizará esta vez la ritual parada militar en la que el Ejército de cada país despliega la propia cola de pavo real exhibiendo un armamento último modelo, listo para matar de mil maneras. Entre el orgullo de un pasado supuestamente glorioso y el miedo de un futuro seguramente catastrófico, al son de tambores y cornetas desfilan formaciones de soldados marcando el paso; discurren carros de combate y misiles inhiestos sobre los armones como colas de alacrán; rayan el cielo aviones de combate dejando un rastro de humo con los colores de cada bandera nacional. Y el público aplaude. Pero este año no habrá desfiles de las Fuerzas Armadas, sencillamente porque esas armas tan sofisticadas, enormemente caras, han sido derrotadas y puestas en ridículo por un enemigo diminuto, que ha demostrado ser más fuerte que toda la industria del armamento entera. Este ente invisible ha hecho que el director de la OTAN huya despavorido ante un simple estornudo, que los generales del Pentágono se queden encerrados en casa alarmados por una tos seca. Pero esta batalla contra la Covid-19, sin duda, se ganará, y ese será el momento de montar un nuevo desfile de la victoria. En ese caso deberán desfilar los científicos, los médicos, las enfermeras, los celadores, los farmacéuticos, los transportistas de víveres, las cajeras de supermercado, los empleados de la limpieza y también una parte del Ejército, que ha salido desarmado en ayuda civil en una guerra tan dramática. A la sombra de las acacias el público llenará de vítores a esta tropa heroica, que ha cumplido con su deber sencillamente porque era su deber.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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