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Lena Dunham revela que “no quería vivir” durante su adicción a los medicamentos

"Un día estaba acostada en la cama en casa de mis padres con el mismo pijama durante tres días y pensé: 'Esta no soy yo", ha confesado la actriz y directora

Lena Dunham, en Londres, el pasado julio.
Lena Dunham, en Londres, el pasado julio.Gtresonline
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“Hubo un momento en que no quería vivir”. Con estas palabras la actriz, escritora y guionista Lena Dunham ha hablado acerca de la que ha sido una de las peores etapas de su vida. Fue hace casi tres años, durante la adicción que le provocaron los ansiolíticos que tomaba durante la recuperación de la histerectomía a la que se sometió en 2017. Dunham decidió someterse a una extirpación de útero debido a los fuertes dolores que le causaba la endometriosis que los médicos le habían detectado unos meses antes.

“Un día, miré a mi alrededor y estaba acostada en una cama en casa de mis padres debajo de dos mantas, con el mismo pijama que llevaba desde hacía tres días y pensé: ‘Esta no soy yo”, cuenta la actriz a la revista Cosmopolitan, de la que es portada el próximo mes de marzo. Dunham aclara que no eran “pensamientos suicidas”, simplemente “no sentía nada, no quería vivir”. Una difícil situación personal que coincidió en el tiempo con la ruptura con el músico Jack Antonoff, quien fue su novio durante casi seis años.

Toda esa situación sumió a Dunham en una depresión y una fuerte ansiedad que calmaba con benzodiacepinas, una forma común de medicamentos a la que se volvió adicta pero con las que dejaba de ser ella misma. “Me di cuenta de que no solo estaba tomando medicamentos para el dolor físico, también estaba tomando medicamentos para el dolor emocional. Son unas pastillas que cambian la química de tu cerebro y de repente no eres tú mismo. No estás presente. No eres funcional”. Sus dolores no han acabado: lidia con una fibromialgia y en ocasiones usa un bastón para luchar contra el síndrome Ehlers-Danlos que también padece y por el que la piel y las articulaciones están excesivamente laxas. 

Pasado el bache, Dunham decidió dar un cambio radical en su vida y desde hace 14 meses celebra su sobriedad. En la entrevista con Cosmopolitan, la estrella de televisión también habla abiertamente sobre su relación con Antonoff. “Nos enamoramos cuando éramos muy jóvenes y lo pasamos muy bien juntos, pero ambos comenzamos nuestras carreras y esa fue nuestra verdadera pasión”, reconoce sobre el compositor y líder de la banda Bleachers, al que ahora considera un gran amigo. “Hay momentos en los que fui mala, grosera y desagradable, pero él lo aceptó maravillosamente y yo también acepté su ira. Lo bueno es que no intentamos fingir que no tuvimos una historia, pero también estamos dispuestos a seguir adelante. El amor que tienes por alguien no desaparece. Le quiero mucho, somos muy amigos”.

Precisamente, Dunham también habla de mantenerse sobria en la cuestión amorosa después de mucho tiempo en los que, cuenta, salía de noche y se iba a casa “con cualquier fulano que me lo pidiera, porque me sentía que nadie podría amarme nunca”. “La sobriedad para mí significa mucho más que simplemente no consumir drogas, también significa que me abstengo de tener relaciones negativas. Significa que me he tomado un descanso de las citas, algo que ha resultado increíble”, afirma. De hecho, cuenta que si encontrara a alguien sería “fantástico”, pero que está comprometida con muchas cosas y que no es ese el tipo de compromiso que ahora busca. 

“Creo que llevo unos 14 meses soltera. Puede que haya besado a un chico en alguna fiesta alguna vez, pero es no cuenta. Salgo con mis perros, con mis gatos. Eso me ha dado mucha claridad porque creo que, para muchos de nosotros, el mundo se ha vuelto mucho más positivo con el sexo, porque las mujeres jóvenes, ambiciosas, independientes... tenemos una relación tensa, complicada con el sexo. Por un lado, nos enseñan a pedir lo que queremos; por otro, tenemos miedo a no encontrar a nadie con quien asentarnos”, reflexiona. Asegura que tras este tiempo se ha dado cuenta de que no quería entrar en “una dinámica” con cualquiera que no le hiciera sentir “supersegura”: “La gente ahora dirá: 'Oh, Dios mío, no has tenido sexo con nadie en un año'. Y yo responderé: 'No, ha sido la cosa más reparadora que he hecho”. “Los últimos dos años han sido los mejores de mi vida. Es difícil que nadie pueda conmigo”.

De hecho, otra de las cuestiones de las que habla en la entrevista es de su cuerpo, de cómo se sentía tremendamente segura con él a los 22 años y cómo después empezó a mirarse al espejo “y a ver más dolor dentro que belleza fuera”. Pero eso ahora lo ha superado y se encuentra en un momento vital pleno: “Es curioso, probablemente peso más que nunca y he pasado por muchas cosas físicas, pero me veo más como a los 22 años que en cualquier otro momento porque siento paz dentro de mí”.

Sus mascotas son uno de sus grandes amores y, como ella misma explica, el trabajo también ha sido siempre su principal medicina. Pero ahora tiene claro que lo más importante es ella misma. El último año ha aparecido en Érase una vez en... Hollywood, de Quentin Tarantino, ha lanzado un podcast de corte feminista, produce una serie, Generation, para HBO Max, y pronto comenzará a rodar una película. Mucho trabajo, sí, pero ella misma sabe cuándo parar. “Ahora sé decirle a mi equipo, mi mánager, la gente con la que trabajo: 'Hoy no voy a responder más llamadas porque no me encuentro bien'. He aprendido a cuidarme”.

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