Crear documentales y series: la nueva obsesión de ‘apps’ como Tinder o Airbnb
La economía moderna está apostando por la diversificación hasta extremos que rozan lo excéntrico
Cuando hace 20 años Amazon anunció que pensaba expandir su negocio más allá de la venta de libros por Internet, nadie pensó que terminaría ofreciendo una cadena de televisión llamada Amazon Prime. En 2017 ese anuncio fue un notición. No ha parado ahí. El imperio de las ventas minoristas anunció hace unas semanas que entraba en el mundo de los festivales de música con un certamen en Las Vegas. Sin embargo, la información pasó casi inadvertida. Ya nada extraña. La tendencia actual en las empresas de la economía digital es diversificar sus contenidos. La vieja táctica de no poner todos los huevos en la misma cesta.
Es algo general: de llevar tabaco y condones a domicilio, Glovo ha crecido hasta abrir su primer supermercado en Madrid. Deliveroo entró en la restauración con Editions, instalaciones con cocina que incluyen el equipamiento y los empleados necesarios para mantenerlos. Lyft, rival de Uber que salió a bolsa en marzo, ofrece scooters y bicicletas. A lo que Uber ha respondido yendo a por todas.
Tinder, la última en apuntarse a esta tendencia, ha contratado a guionistas de HBO y a la directora de los videoclips de Drake, Karena Evans, para 'Swipe night', una serie interactiva de cuatro episodios
El objetivo final de la compañía es “convertirse en un sistema operativo para la vida diaria”, explicó su consejero delegado, Dara Khosrowshahi, a finales de septiembre, cuando anunció nada menos que 25 cambios en su aplicación. “Entre los más significativos se encuentran la fusión de su app de transporte de pasajeros y de entrega de alimentos Uber Eats, y ofrecer a los usuarios bicicletas, scooters, billetes para transporte público e incluso helicópteros”, cuenta la periodista Kari Paul de The Guardian.
Otro sector de la economía digital parece obsesionado con la creación de contenidos audiovisuales. Eso incluye a la ya mencionada Amazon; a YouTube, que ha renunciado a que sus series exclusivas sean solo para suscriptores y ha tratado de imitar a Spotify con su servicio YouTube Music, y Apple, que lanzará en menos de dos semanas Apple TV+, plataforma de series en streaming.
Es más sorprendente que Airbnb se haya subido al carro. Al parecer, la aplicación más odiada por los vecinos de los centros históricos no solo no está en una situación de cuasimonopolio sino que se halla en una encrucijada peligrosa. Valorada en 31.000 millones de dólares, y con una salida a bolsa que se espera para 2020, Airbnb debe encontrar una forma de distinguirse en la extremadamente competitiva industria de los viajes, donde el alquiler de apartamentos es ya una oferta corriente. Y se ha decidido por entrar en la industria audiovisual.
En abril, Reuters, citando a fuentes de esa compañía, afirmaba que Brian Chesky, su presidente ejecutivo y cofundador, está decidido a montar un estudio cinematográfico. Al parecer llevan tres años dándole vueltas a la idea de crear miniseries y documentales en los que aparecen casas, anfitriones y clientes de la empresa. El primer paso fue Gay chorus deep South, un documental que sigue la gira de un coro LGTBI de San Francisco por el sur de Estados Unidos, estrenado en el Festival de Tribeca, donde ganó el premio del público en la categoría de documental.
La última en apuntarse ha sido Tinder. La aplicación para ligar ha contratado a guionistas de HBO y a la directora de los videoclips de Drake, Karena Evans, para Swipe night, una serie interactiva de cuatro episodios que se estrenó en EE UU el 6 de octubre. “Es una aventura apocalíptica en primera persona, donde los usuarios decidirán qué les ocurre en cada giro del argumento”, dicen desde la compañía. Se juegan los matches.
