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Drake, un macarra millonario en la pista para ayudar a los Raptors

El rapero canadiense, eufórico por el anillo de la NBA para los de Toronto, ha llegado a agarrar del pelo a los jugadores de los Warriors para desestabilizarlos

Javier Marmisa
La imagen que subió Drake a su Instagram para celebrar la victoria de Toronto en las finales de la NBA.
La imagen que subió Drake a su Instagram para celebrar la victoria de Toronto en las finales de la NBA.

Drake "es el norte", como reza el lema de los Raptors. Una estrella de la música negra actual que para bien o para mal ha cambiado las reglas del juego y ha puesto a Toronto en el mapa. La euforia desatada en la plaza Maple Leaf, coloquialmente conocida como Jurassic Park en honor al logo del equipo, se disparó al máximo cuando el DJ de la fiesta reprodujo una canción que se ha convertido en el leitmotiv de la ciudad: Started from the bottom (2013). En ella, el artista narra el camino que recorrió para pasar de compaginar varios trabajos viviendo con su madre a, en sus palabras, "cobrar medio millón de dólares por concierto". Drake (nacido Aubrey Drake Graham en Toronto, Canadá, 1986), claro, es el hincha número uno de los Raptors de Toronto, campeones de la NBA al imponerse a los Golden State Warriors.

Decir que un rapero es fanfarrón no es descubrir nada nuevo, pero sí lo fue ver cómo las reproducciones de Drake se disparaban en las plataformas digitales. No era un artista de Los Ángeles o a Nueva York, sino de más arriba en el mapa, de una ciudad en la que solo la Torre CN destaca entre lo que los estadounidenses denominan skyline, esos centros financieros que resultan en maravillosas tomas para las transmisiones deportivas en televisión. Drake mostraba Toronto en sus videoclips y lo hacía sin remilgos, reclamando su lugar en el mundo del molar. Tratando de tú a tú a los gigantes.

Y el mensaje de la canción es perfectamente aplicable a la franquicia canadiense, extranjera entre yankees. Los Raptors eran tradicionalmente un equipo perdedor, cuyo único interés residía en las ventajas fiscales que disfrutaban los jugadores respecto al resto de los equipos. Quien quiera profundizar en la historia de este equipo, no debería pasar por alto la oportunidad de ver el documental The Carter Effect, clave para entender cómo Vince Carter animó a miles de canadienses a descubrir qué era aquello del baloncesto. Hubo otros grandes nombres en la franquicia, como Chris Bosh o Tracy McGrady , pero ninguno tuvo tanta influencia.

Pero el signo cambió con la llegada del entonces mánager general y ahora presidente Masai Ujiri, un robo en toda regla a los Denver Nuggets. Un hombre considerado un genio gestor que tomó una decisión clave al intercambiar a su estrella e ídolo de masas DeMar Derozan, por un Kawhi Leonard que venía de un año sin jugar con los San Antonio Spurs y que estaba enfrentado tanto a la directiva del equipo texano como a su entrenador, un sargento de hierro de la pista, Greg Popovich. El órdago salió redondo y Leonard ha ganado su segundo MVP de las Finales, convirtiendo en campeones a sus talentosos compañeros: Marc Gasol, Kyle Lowry, Pascal Siakam, Fred Van Vleet, Serge Ibaka…

En vídeo, el tráiler del documental de Vince Carter.

Y a Drake. El número seis, su fan más notorio y ultra. Un tipo con 60 millones de seguidores en Instagram, un poder de influencia sin parangón y un ego que le ha llevado a tener su propio Air Force One, un Boeing 767-300 F personalizado. Más que un hincha, un embajador del equipo que trata de seducir a estrellas de la NBA para que vayan a jugar a su equipo o que promociona productos de los Raptors como si de la tienda en línea del equipo se tratase. Y que aprovecha la gran noche de equipo para lanzar dos nuevos sencillos: Omertá y Money in The Grave.

Ha llevado pasión a otro nivel en estas finales, troleando a la estrella de los Golden State Warriors, Stephen Curry, al presentarse al primer partido de las finales con una camiseta de su padre, el exjugador de los Raptors Dell Curry, firmada. Con el base protagonizó otro incidente en el encuentro, cuando amagó con arrancarle un pelo y, a continuación, escribió en sus redes que iba a subastarlo en eBay con el nombre de usuario DraymondNoDeberíaLlevarElDorsal23, incluyendo al compañero de Curry, el ala-pívot Draymond Green en su lisa de mofas.

Fue precisamente con Green cuando las cosas estuvieron a punto de escalar a algo más grave, quedándose palmo a palmo uno del otro mirándose de forma amenazante. Cuando el jugador decidió marcharse al túnel de vestuario, Drake, ya a una distancia prudencial, le gritó: “¡Basura!”. Quien no pudo evitar entrar en sus provocaciones fue el compañero de Green, Klay Thompson, lo que le valió protagonizar alguna historia en la cuenta del cantante.

Los altercados en la pista de Drake han recordado a otros míticos, como los que protagonizaba Jack Nicholson con sus Lakers, o especialmente, aquel pique entre el director de cine Spike Lee, ultra de los New York Knicks, y la estrella de los Indiana Pacers, Reggie Miller, que acabó con la icónica imagen de Miller haciendo un gesto de estrangularse mirando a los ojos del artista, tras remontar el quinto partido de las finales de la Conferencia Este de 1994, en las que perdían de 12 en el último cuarto.

La portada del diario 'The Indianapolis News' del 2 de junio de 1994.
La portada del diario 'The Indianapolis News' del 2 de junio de 1994.

Drake ha protagonizado una dosis de atención excesiva que ayudará a que Toronto se convierta en el próximo candidato a equipo más odiado del país, más aún cuando se viralizaron imágenes de los fans de los Raptors celebrando la grave lesión de Kevin Durant en el encuentro anterior de las finales. El karma no suele perdonar en el mundo del baloncesto.

Da la sensación de que si los Toronto Raptors y sus fans se viesen en el salón de Invernalia (Juego de tronos), no sabrían si colocar la corona a su héroe venido de entre los que dan por muertos, Kawhi, o si hacerlo con su activo más mediático de la historia junto a Carter, Drake. Lo que pediría el guion es que el rapero, como haría Tyrion, diese un paso a un lado humildemente para reclamar la gloria a quienes lucharon por ella. Pero ese no es Drake. Él se sube una foto a Instagram recreando la icónica imagen de Michael Jordan y reclama que ya tiene un anillo. Que a nadie le extrañe que lo añada a su biografía personal en breve. 

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Sobre la firma

Javier Marmisa
Redactor de vídeo especializado en Cultura. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2015. Ha trabajado en el diario AS, Europa Press y en medios digitales. Es graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y Máster en Cultura Contemporánea por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.

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