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Piers Morgan, el periodista azote de los famosos y en especial de Meghan Markle

El polémico comentarista ha tenido refriegas con infinidad de personajes desde Chrissy Teigen a J.K. Rowling. Lo último ha sido calificar como "bobo" el nombre de Archie Harrison

Piers Morgan, en la exposición floral de los jardines de Chelsea, en Londres, el 20 de mayo.
Piers Morgan, en la exposición floral de los jardines de Chelsea, en Londres, el 20 de mayo.Jeff Spicer (Getty Images)
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No se puede decir que no avise; el texto que Piers Morgan tiene fijado en su perfil de Twitter desde el pasado 31 de diciembre es toda una declaración de intenciones: “Mi propósito de año nuevo para 2019 es ser tan molesto, discutidor y tener razón tan insufriblemente sobre todo como en 2018. Cero disculpas de antemano a todos los imbéciles llorones, susceptibles y fanáticos de lo políticamente correcto que se ofenderán horriblemente por todo lo que diga o escriba”. La frase no puede sorprender a nadie que haya seguido la trayectoria de este polarizador periodista británico de 54 años, que conduce desde 2015 el matinal de la cadena ITV Good Morning Britain y que comenzó su carrera en periódicos sensacionalistas como The Sun, News of The World y The Daily Mirror.

Con opiniones dogmáticas sobre casi todo (entre sus bestias negras recientes están el movimiento feminista y la visibilización de las enfermedades mentales), Morgan las expone sin paños calientes en su programa de televisión, en la columna semanal que escribe en el MailOnline y, sobre todo, en la tribuna global de Twitter, donde tiene 6,65 millones de seguidores. Es raro el día que algún tabloide online no convierta en noticia uno de sus rifirrafes con alguna celebrity en la red social y, en los últimos años, Meghan Markle se ha convertido en uno de sus blancos favoritos.

La duquesa de Sussex parece no hacer nada bien a ojos de Piers Morgan. En una columna reciente en el MailOnline, el periodista censuró su afán “autopromocional” tras considerarse “bombardeado” por el vídeo que los Sussex colgaron en su cuenta de Instagram el día de su primer aniversario de boda. Los duques de Cambridge tampoco se libraron de su látigo debido a las imágenes que compartieron del día con sus hijos en la exposición floral en los jardines de Chelsea. “El mensaje de las fotos era claro: '¡Somos unos padres geniales, pero también somos una pareja estupenda!”, escribió con ironía.

Meghan Markle y el príncipe Enrique en su boda, el 19 de mayo de 2018.
Meghan Markle y el príncipe Enrique en su boda, el 19 de mayo de 2018.Gareth Fuller (AP)

Morgan también ha criticado de Markle el nombre de su hijo, Archie Harrison (el segundo le parece “bobo”); la ha exhortado a perdonar a su “pobre” padre, Thomas Markle; no aprueba cómo han protegido su intimidad durante el embarazo de Meghan (“parte del trato de ser un príncipe es que compartes tus asuntos de familia con el público a cambio de los palacios, sirvientes y lujos sin fin que van con el título”); y no se cree la labor activista de Enrique en asuntos como el cambio climático o la salud mental. “Quítate el falso halo, Enrique, no te queda bien”, ha dicho, mordaz.

Lo curioso es que Piers Morgan no siempre ha hablado en estos términos de Meghan Markle. En noviembre de 2016, escribía esto en la columna que hoy usa para atacarla: “No me sorprende que se haya enamorado de ella, o que esté protegiendo tan ferozmente su relación. Enrique, ignora toda la basura venenosa que lees o escuchas sobre ella. Meghan Markle es la princesa perfecta”.

El origen de su actual inquina hay que buscarlo en la breve amistad que compartieron: Morgan y Markle, según ha contado él, se conocieron en 2015 a través de Twitter y durante más de un año intercambiaron correos electrónicos y mensajes. En una visita de la actriz a Londres quedaron a tomar algo en un pub, y charlaron de todo tipo de temas; de Donald Trump a la infancia de ella. Pero Markle conoció a Enrique en ese mismo viaje, y el resto es historia. Para el periodista, la actual duquesa mutó de “princesa perfecta” a “arribista despiadada” cuando nunca lo volvió a llamar: “Ha pasado la mayor parte de los últimos 20 años haciéndose amigo de gente y, cuando ya no le sirven para nada, los borra de su vida con un 'adiós, perdedor'. Lo sé porque yo fui uno de ellos”.

La lista de famosos con los que Morgan ha discutido en Twitter es prácticamente interminable. La desnudez en mujeres que se declaran feministas le suele hacer saltar como un resorte: se ha ofrecido a comprarles ropa a Emily Ratajkowski y Kim Kardashian, mientra que a Susan Sarandon y Emma Watson les ha afeado que lucieran escote. A Lady Gaga le rebatió que haber sido violada le hubiera provocado trastorno de estrés postraumático y a Daniel Craig lo llamó “Bond emasculado” por portear a su bebé en un fular (Chris Evans llegó a responderle: “Realmente tienes que estar muy inseguro de tu propia masculinidad para preocuparte sobre cómo otro hombre lleva a su hijo”).

También ha lanzado diatribas contra Madonna, J.K. Rowling, los Beckham... Algunos dan la callada por respuesta, pero otros entran al trapo, y en esa categoría se ubica la llamada “reina del zasca”, Chrissy Teigen. Su enemistad virtual viene de lejos, y cuando, después de un largo toma y daca, Morgan tuiteó que le perdonaba su “insolencia infantil” porque su marido, John Legend, es un genio, ella le contestó: “Él piensa que eres uno de los idiotas más misóginos y condescendientes del planeta, pero gracias”. Curtido en mil polémicas desde su etapa como director de tabloides, Piers Morgan parece concebir el mundo como un gran ring de boxeo. En una entrevista con The Guardian en 2009 lo resumió así: “Me gusta librar peleas. No las empiezo, pero siempre las termino”.

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