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La paradoja y el estilo
Columna
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La princesa y el chamán

Marta Luisa de Noruega y Shaman Durek son la pareja del momento porque representan el pedigrí de la diversidad

La princesa Marta Luisa de Noruega con su pareja, el chamán Shaman Durek.
La princesa Marta Luisa de Noruega con su pareja, el chamán Shaman Durek.INSTAGRAM
Boris Izaguirre

Es una lástima que el título de esta columna no sea original. Pertenece a la gira de conferencias sobre liderazgo y meditación que ofrecen por Escandinavia Marta Luisa de Noruega, la hija del rey Harald, y su nuevo prometido, el chamán con ascendencia noruega, haitiana e italiana Shaman Durek. Son la pareja del momento, obviamente porque representan el máximo pedigrí de la diversidad. Se suman a la tendencia Meghan y Enrique. Además, Shaman Durek es muy conocido en Hollywood y cree que fue rey de Noruega en otra vida. Ahora, con más espiritualidad que suerte, podría ser yerno del actual monarca.

La noticia me quitó el jet lag que arrastraba después de vivir los VI Premios Platino en Cancún, con tanto calor y humedad que las cámaras evitaban captarnos a los del público convertidos en un enjambre de personas sudorosas abanicándonos con cualquier cosa que tuviéramos en la mano. Y sin ganas de meditar. Al regreso, en Barajas, vi a Mar Saura, bella y muy descansada, descender por la exclusiva escalerilla reservada a las autoridades, como si fuera la infanta Cristina. Pero todo eso se me fue de la cabeza viendo a Marta Luisa y Durek.

Conocí a Marta Luisa en la casa en Belgravia de Vanessa, una amiga común. Precisamente en el cumpleaños 40 de esa amiga, sumergidos en unos antiguos baños aztecas con propiedades minerales ancestrales, Marta Luisa y yo nos pusimos a hablar de nuestros nombres. Le intrigaba que siendo venezolano tuviera un nombre ruso. “Cosas de los intelectuales de izquierda de mi país, Marta Luisa”, le dije y agregué que en las telenovelas son muy valorados los nombres compuestos porque al ser tan comunes entre los príncipes europeos, le otorgan un plus aristocrático a los personajes. “¿O sea que yo tengo nombre de protagonista de culebrón venezolano?”, inquirió con su maravillosa mirada azul petróleo de princesa de verdad-verdad. No supe muy bien qué responder, de pronto creí que podría crear un conflicto diplomático. Pero Marta Luisa lo resolvió con sus poderes angelicales. “Estoy segura de que en otra vida tú también te llamaste Marta Luisa”, me dijo. La verdad quise decirle que un amigo mío, que solo habla en femenino, y yo llevamos años llamándonos Marta Luisa, pero pensé que sería demasiada información. Aunque, siendo como es, pelín excéntrica, le habría divertido. Es lo que más nos gusta de ella. Y que escoja ranas que al besarlas se vuelvan varones excéntricos.

Cayetano Martínez de Irujo y su novia, Bárbara Mirjan, en la Feria de Abril de Sevilla.
Cayetano Martínez de Irujo y su novia, Bárbara Mirjan, en la Feria de Abril de Sevilla.GTRESONLINE

Me encanta que Shaman Durek pose junto a ella con unas maravillosas batas, de estampación orientalista. Un cantante pop amigo mío ha abordado, en voz alta, que Durek tiene pluma. Pero, ¿dónde se ha visto un chamán sin pluma? Eso no sería nada creíble. Lo que si tiene es un balsámico Rolex de oro, que es lo más chamán de todo el look. Ganado con esfuerzo. Esta semana, vestido más occidental, Cayetano Martínez de Irujo, otro visionario, declaró que “cuando naces en un palacio, te cuesta mucho generar dinero”. En mi casa hubo algún sobresalto, pero defendí que son declaraciones excéntricas con su poquito de razón. Hay que entender a Cayetano: si naces arriba, ya no puedes subir. Pero si naces abajo, lo único que puedes hacer es ascender. Cayetano está defendiendo la meritocracia. Este tipo de dilemas fastidia cualquier intento de meditación. Sea un adosado o Liria, es preferible no nacer en un país petrolero como Venezuela sino en la mismísima Noruega.

Noruega es el único país petrolero donde se vive bien, sin sobresaltos, dictaduras o carencias. Y también ha sido uno de los mejores países anfitriones de Eurovisión, con ese adorable cantante de A-ha, Morten Harket, ejerciendo de presentador. Estaba igual de divino que como aparecía en el vídeo de Take on me. Y eso me hace meditar en cómo se verá Madonna esta noche en la final. La reina del pop actuará junto a sus bailarines en el descanso del festival, como si fuera en la Superbowl. Es lo bueno de Eurovisión, que es un continente dentro de nuestro continente. El año pasado incorporó cantantes australianos y, este año, será más importante que las elecciones europeas, coronada como una de las instituciones más populares y trascendentes. Como el euro o Gran Hermano. ¿Por qué no reivindicamos los poderes ancestrales de Massiel, que ganó el certamen hace 50 años? Casi, casi la visualizo entre Marta Luisa y Shaman Durek, haciéndonos ver que vengas de donde vengas, la vida es un exitoso La,la,la.

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