_
_
_
_
_

Igual no lo sabes, pero los relojes eróticos son una parte importante de la historia de la relojería

El rey del cómic erótico, Milo Manara, ilustra las esferas de diez modelos de Ulysse Nardin con temática submarina (y amatoria, claro). La tradición continúa

Milo Manara de Ulysse trabajando en una de las ilustraciones que decoran los diez nuevos relojes de Ulysse Nardin.
Milo Manara de Ulysse trabajando en una de las ilustraciones que decoran los diez nuevos relojes de Ulysse Nardin.

¿A quién le encargaría usted que perpetuara la antigua, artesana y fantástica tradición de realizar relojes subidos de tono? En Ulysse Nardin no lo han dudado: a Milo Manara, el genial dibujante italiano. “En mi estudio en Verona tengo una reproducción de un reloj de bolsillo erótico del siglo XIX con un par de autómatas en la esfera y la caja. Sé que los relojes eróticos son una parte importante de la historia de la relojería”, explica. “A mí siempre me han maravillado. En las épocas de mayor represión, algunos fueron prohibidos o confiscados. E incluso ahora que el acceso al erotismo se ha generalizado gracias a Internet, mantienen su poder de fascinación”.

La relojera suiza Ulysse Nardin, tal y como nos cuenta, es una de los últimas en perpetuar esta tradición. Para esta edición, dos artesanas reprodujeron las creaciones del dibujante de cómics a un tamaño ínfimo sobre las esferas. “Me gustó la idea de tener mis dibujos miniaturizados en un círculo con un diámetro de cuatro centímetros”, apunta. La historia que deambula por los diez relojes es “húmeda”, puesto que Ulysse Nardin está muy unida al mar y a los océanos.

“No hay una historia real, pero sí hay un tema subyacente basado en dos personajes. Una es esta chica atemporal, Nadia, y la otra es la sirena, Ulyssa. Se aman en las profundidades del agua”, explica este discípulo de Hugo Pratt y Federico Fellini. Un erotómano convencido: “Le debemos todo al erotismo. ¡Gracias a él, todos estamos aquí!”.

Los maestros de Ulysse Nardin han trabajado durante 50 horas para miniaturizar las ilustraciones de Milo Manara en las esferas, una superficie diez veces más pequeña que las obras originales. Para lograrlo hacen falta aptitudes, una mano con buen pulso y un pincel con el grosor de una pestaña. Además, pintura acrílica, una fina capa de laca y mucho amor por la artesanía de altura (o de profundidad).
Los maestros de Ulysse Nardin han trabajado durante 50 horas para miniaturizar las ilustraciones de Milo Manara en las esferas, una superficie diez veces más pequeña que las obras originales. Para lograrlo hacen falta aptitudes, una mano con buen pulso y un pincel con el grosor de una pestaña. Además, pintura acrílica, una fina capa de laca y mucho amor por la artesanía de altura (o de profundidad).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_