_
_
_
_
_

La alfombra irregular diseñada por un maníaco (y el marchante de diseño más deseado de Londres)

Jermaine Gallacher no es generoso en la definición que hace de sí mismo: "Determinado, maníaco e inseguro". Tampoco de su espacio: "Bastante vacío y desordenado". Pero sí en sus creaciones, como su Wavy rug, una alfombra ondulada de edición limitada

Jermaine Gallacher posa sentado en un banco de Lukas Gschwandtner, delante de su Wavy rug, en negro y crema, una tarde de febrero. |
Jermaine Gallacher posa sentado en un banco de Lukas Gschwandtner, delante de su Wavy rug, en negro y crema, una tarde de febrero. |Crista Leonard

Lo que se dice un tipo con gusto. Eso es por encima de todo Jermaine Gallacher, el design dealer (algo así como un conseguidor de piezas únicas, que se pueden comprar y alquilar en su web) y el diseñador de interiores del momento de Londres, la ciudad donde en términos de tendencia todo empieza y todo acaba, y en la que él, a día de hoy, viste los espacios con más chispa y personalidad, y colabora con grandes artistas.

Como el que nace con un oído privilegiado o una voz prodigiosa, Gallacher tiene ese don, ese olfato cazador que le hace encontrar con total naturalidad una aguja de rubíes en un pajar o darle empaque a un jarrón polvoriento relegado a un rincón, generalmente mirando a la década de los ochenta y coqueteando con lo posmoderno.

Gran defensor de los mercados —su primer consejo para redecorar tu casa siempre será que te des una vuelta por alguno—, bucea por los de todo el mundo buscando obsesivamente objetos que llevan varias vidas a sus espaldas. Nada en concreto, "cualquier cosa que me llame la atención y considere bella e interesante. Lo que tienen en común todas las piezas es que me encantan: no compraría ni vendería nada que no me quisiera quedar".

Confiesa que, aunque su apartamento está "bastante vacío y desordenado", conserva dos tesoros que cobran mucha importancia (ahí va su segundo consejo: dale a tus "joyas" el espacio que se merecen): "Un precioso jarrón negro brillante de los años ochenta que me autorregalé en mi 24 cumpleaños y un candelabro gigante en forma de zigzag que compré a un tipo en el maletero de su coche en el sur de Londres". Se refiere a los conocidos como car boot sales —traducido al español, mercadillos en el maletero del coche—, en los que se juntan decenas de particulares en un garaje o en un terreno para vender sus pertenencias sin sacarlas del vehículo, de modo que no tienen que montar puestos.

Otra (o una de tantas) faceta por la que Gallacher es un hombre buscado en los círculos creativos londinenses es la de diseñador. En diciembre de 2018 comisarió su primera exposición, Smoke and mirrors (humo y espejos), en la trasera de unos almacenes de vinos en London Bridge. Allí expuso su propia obra: la Wavy rug, una alfombra diseñada el pasado verano, y tejida a mano en el Atlas Medio de Marruecos por la Cooperativa Tiglmamin. Es una edición limitada y se hace exclusivamente bajo pedido. Junto a él, otros diseñadores como Gala Colivet Dennison, que triunfó con sus candelabros; Gabriella Massey, de Atelier Bâba, que hizo lo propio con su ropa de cama teñida a mano; Charlie Froud, que llevó sus maravillosas sillas de cerezo.

La diseñadora "Sabrina Kraus López, que tiene un gusto fabuloso y trabaja con artistas increíbles de todo el mundo, me propuso que creara una alfombra. Siempre quise diseñar una que no fuera cuadrada o con cualquier forma tradicional y por eso hice esta, con un borde ondulado de un lado y uno de mis dibujos, e influenciado por mis dos heroínas favoritas del diseño: Andrée Putman [firmó el primer hotel boutique de Nueva York, Morgan, decorados de películas y colaboraciones con marcas de lujo, como Christofle o Louis Vuitton] y Eileen Gray, arquitecta y diseñadora de mobiliario, pionera del movimiento moderno".

Las piezas están hechas con lana de ovejas autóctonas de las montañas del Atlas Medio de Marruecos y tejidas a mano por artesanos Anou, con herramientas y técnicas que se han transmitido de generación en generación.

"Determinado, maníaco e inseguro", como él se autodefine, Gallacher sigue metido en multitud de proyectos, y muy bien rodeado. "El próximo evento que estoy preparando con dos amigos es muy emocionante. Será un poco más grande, un poco más inteligente, pero con la misma cantidad de diversión y talento involucrados. No puedo esperar para compartirlo" (aunque de momento no da más detalles). "Por otro lado estoy trabajando en un proyecto sobre Anthony Denney, que fue un reconocido diseñador de interiores, fotógrafo y taste maker. Y ahora mismo estoy escribiendo esto sentado en el tren a Rainham (una ciudad al este de Londres, en cuyo Rainham Hall el diseñador ha encontrado más de una joya, como lámparas de mesa posmodernas)".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_