_
_
_
_
_

Elio Berhanyer, la luz del sol

Era un excéntrico y le gustaba hacer gala de ello. Quizás por eso Ava Gardner se rindió a su arte

Elio Berhanyer, en 2017
Elio Berhanyer, en 2017Archivo/Javier Lizón (EFE)

Se llamaba Elio por el dios del sol. Se lo puso su padre. Y para mí Elio Berhanyer era como un dios que luego se convirtió en un ángel. Pasé de tenerle superadmiración y muchísimo respeto a tener la suerte de considerarlo y que me considerase como un compañero.

Mi primera colección junto a Cecilia Paniagua, a mediados de los noventa, la hice con tejidos de colecciones de Elio de los años sesenta y setenta que compramos en el Rastro. Con el tiempo, él venía de invitado a mis desfiles.

Siempre que coincidíamos, en cualquier fiesta o evento, intentaba sentarme a su lado. Me contaba cosas alucinantes de su época esplendorosa. Tenía modelos propias, que solamente desfilaban para él y a la manera que a él le gustaba. Y no las llamaba modelos, las llamaba maniquíes. Me recordaba que él fue el primero en sacar a desfilar a Naty Abascal y a su hermana gemela, Ana María. La prensa al día siguiente proclamaba que era “la modelo que se cambia más rápido del planeta”, porque las sacaba a desfilar casi seguidas. Lo contaba siempre partiéndose de risa, con esa mirada pilla que acompañaba su porte de hombre guapo y elegante.

Igual que rememoraba sus juergas con Antonio Gala o cuando tuvo en la terraza de su ático en Madrid a un guepardo como mascota. Era un excéntrico y le gustaba hacer gala de ello. Quizás por eso Ava Gardner se rindió a su arte y le encargaba sus vestidos cuando vivió y rodó en España. Igual que Cyd Charisse. Vistió y compartió intimidades con muchas de esas estrellas que a mí me han fascinado tanto.

Durante todo mi histórico como diseñador, desde la primera colección hasta esta última que presento el viernes, su influencia ha estado siempre muy presente: en volúmenes, texturas, siluetas… Él, Pedro Rodríguez y Pertegaz son como una trinidad constante en mi trabajo. Pero sobre todo Elio.

No es casualidad que nos haya dejado a las puertas de una celebración más de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, donde siempre, a pesar de su ausencia desde hace unos pocos años, su figura seguía presente entre todos los que le admiramos. Seguro que este ángel divertido y luminoso nos contempla hoy mientras montamos nuestros desfiles con su risa eterna.

 Juan Duyos. Es diseñador

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_