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La cita anual de Liga Árabe se limita a criticar a Irán

Ausencia de propuestas constructivas en la bautizada como “cumbre de Jerusalén”

Ángeles Espinosa
De izquierda a derecha, el Secretario General de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, su asistente Badreddine al-Oulali, y el Ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safardí en Riad. Arabia Saudí.
De izquierda a derecha, el Secretario General de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, su asistente Badreddine al-Oulali, y el Ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safardí en Riad. Arabia Saudí. © GETTYIMAGES

Ha habido muchos cambios desde la cumbre árabe de Beirut de 2002 en la que Arabia Saudí ofreció la paz a Israel si se retiraba de los territorios palestinos, pero la solución a ese conflicto no ha sido uno de ellos. Al contrario, la nueva cita de la Liga Árabe, celebrada el pasado domingo en el Reino del Desierto, ha confirmado el enquistamiento del problema y la incapacidad para abordar el resto por parte de un foro centrado en criticar a Irán.

Se ha visto claramente en el caso de Siria, expulsada de la Liga en 2011 por la represión del régimen sobre la población. Solo 24 horas antes de que los jefes de Estado y de Gobierno árabes se reunieran en Dhahran, EE UU, Reino Unido y Francia bombardeaban aquel país en represalia por el uso de armas químicas. Más allá de aplaudir el castigo (con las reservas de Egipto, Irak y Líbano), ninguna propuesta para acabar con una guerra que ya ha entrado en su octavo año, desplazado de sus hogares a la mitad de los sirios y matado a cerca de medio millón.

Silencio sobre Qatar, que, pese al bloqueo impuesto por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos desde el año pasado, sí fue invitado a la cumbre (a la que sin embargo no acudió su emir, el jeque Tamim, sino su representante ante la Liga). Tampoco propuesta alguna para acabar con el sufrimiento de Yemen, al que la intervención saudí no solo no ha sacado de la crisis política que intentaba arreglar sino que ha sumido en una grave crisis humanitaria.

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A parte del apoyo de boquilla a la causa palestina (que se repite sin ningún resultado año tras año), los anfitriones se han centrado en unir las filas árabes frente a su rival regional, Irán. Que el rey Salmán haya proclamado la reunión como “cumbre de Jerusalén” y su condena a la designación de esa ciudad como capital de Israel por parte de EE UU, no logra ocultar que las posturas saudíes se alinean cada vez más con las israelíes. Para tener alguna relevancia, la Liga Árabe tiene que dejar de ser reactiva y empezar a trabajar en propuestas constructivas hacia la paz y la estabilidad en la zona.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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