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Jerry Lewis, el amor más discreto de Marilyn Monroe

En 2011 el cómico reveló en una entrevista que había mantenida un tórrido romance con la actriz estadounidense

Jerry Lewis, en 1998 en Los Ángeles.
Jerry Lewis, en 1998 en Los Ángeles. STRINGER (REUTERS)

Jerry Lewis era todo humor. El comediante que murió el pasado domingo a los 91 años en su casa de Las Vegas no solo era conocido por sus controvertidos chistes –algunos homófobos, machistas y racistas– sino también por su intensa vida personal. Dos matrimonios, siete hijos y alguna que otra amante. Aunque sin duda alguna fue su affaire con Marilyn Monroe el que más titulares se llevó.

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Nacido en Newark (Nueva Jersey) el 16 de marzo de 1926, el humorista confesó en 2011 a la revista GQ que había mantenido una larga y apasionada relación amorosa con uno de los íconos más importantes de Estados Unidos mientras él aún seguía casado con su primera esposa, Patti Palmer, de quien se divorció en 1980.

La revelación ocurre después de que le pregunten por la relación entre la actriz y el que fuera presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, de quien Lewis era muy cercano. El cómico no solo aseguró que jamás ocurrió un romance entre las dos personalidades, sino que fue él quien sí tuvo un encuentro con Monroe. “Te diré lo que sé (…) ellos nunca tuvieron nada. Y la razón por la que lo sé, es porque yo sí la tuve. ¿Vale?”, dijo para sorpresa de todos.

Lewis incluso llegó a decir que la actriz usaba el sexo de la misma manera que él usaba el humor: “para crear una conexión emocional”. “Ella necesitaba tener contacto para asegurarse de que era real”, añadió.

Marilyn Monroe.
Marilyn Monroe.Cordon Press

De su intimidad con la famosa modelo y actriz el humorista dijo entre bromas que había quedado prácticamente “lisiado por un mes”.

Lewis fue uno de los cómicos más populares de los años cincuenta y sesenta en Estados Unidos, fue uno de los humoristas que perfeccionó el papel de payaso tonto en comedias visuales como El profesor chiflado, pero ganó reconocimiento también como escritor, actor y filántropo.

Después de probar suerte en la escena en Nueva York, su vida cambió a los 20 años, en 1946, cuando se embarcó en una de las sociedades quizás más exitosas del entretenimiento con el cantante Dean Martin. Ambos se retroalimentaban mutuamente en sketchs cómicos, hoy considerados clásicos, poblados de caídas, golpes y mucha agua.

Firmaron un contrato a largo plazo con los estudios de cine Paramount Pictures y comenzaron su carrera a dúo con My friend Irma. En más de 50 años, sus películas recaudaron 800 millones de dólares, una cifra impresionante, dado que los billetes de cine no costaban más de 50 centavos en el apogeo de su popularidad.

En años recientes, su salud se vio plagada de problemas, y fue declarado clínicamente muerto en 1982 tras un infarto. Diez años después fue diagnosticado con cáncer de próstata y en 1997 con diabetes, un cuadro complicado en 2000 con una meningitis de médula espinal.

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