'Mystic River', 'Shutter Island' y 'Vivir de noche': hablamos con Dennis Lehane, la máquina de hacer peliculones
El escritor es el artífice detrás del libro en el que se basa la última película de Ben Affleck. Su máxima es que haya respeto artístico entre el que crea la historia y quien la dirige
Existen pocas cosas más cinematográficas y más atractivas para el espectador que la Ley Seca estadounidense, aquella época en la que el contrabando, las flappers y los destilados caseros que se tomaban en los speakeasy clandestinos estaban a la orden del día. Una época que es de las favoritas del escritor Dennis Lehane (Boston, 1965) y que ahora vuelve al cine en Vivir de Noche, la adaptación de su novela homónima, que ha llevado a buen puerto Ben Affleck como director y protagonista.
"Hay mucho parecido entre los Estados Unidos ahora, Gran Bretaña ahora y, digamos, la República de Weimar del final de la década de los años 20 en Alemania"
El libro es la segunda parte de una trilogía en torno a Joe Coughlin, un hombre hijo de un inspector de policia en Boston que durante los años 20 se dedica al contrabando y más adelante se convierte en un gángster con todas las letras. La película cuenta con Zoe Saldaña, Chris Messina, Elle Fanning, Sienna Miller y el propio Affleck y se estrena el próximo 27 de enero. Hablamos con Lehane acerca del proceso de llevar su novela a la gran pantalla y de su activa participación como guionista en series como The Wire o Boardwalk Empire.
¿Cuál es la historia, en tus propias palabras, detrás de Vivir de Noche?
La historia de Vivir de Noche es la de un hombre, un gángster, durante los años 20 y 30.
¿Por qué tienes esa fijación con escribir acerca del periodo de Entreguerras en EE UU?
Los EE UU intentaron en aquella época el mayor experimento social de su historia y eso fue la Ley Seca, algo que fue un absoluto desastre desde sus comienzos y encuentro fascinante que hubiera un momento en el que intentáramos controlar la moralidad hasta ese nivel. Unos tiempos duros los de entonces.
Hablas de la moralidad, ¿puede encontrar alguna similitud con como se trataba entonces y como se trata ahora?
Sí, pero eso no necesariamente quiere decir que tenga un posicionamiento más allá del que señalo en mis libros. Está claro que un libro no es necesariamente sobre el tiempo descrito sino sobre el momento en el que se lee así que sí, hay muchos paralelismos entre los años 20, realmente entre los años 30 y el presente. Hay mucho parecido entre los EE UU ahora, Gran Bretaña ahora y, digamos, la República de Weimar del final de la década de los años 20 en Alemania. Te dejo a ti que descubras cuáles son los paralelismos o las conclusiones en esta afirmación.
¿Qué escena le ha impactado más de 'Vivir de Noche' al verla en la pantalla?
"Vivir de Noche se lo vendí en primer lugar a Leonardo Dicaprio"
La escena entre Loretta Figgis (Elle Fanning) y Joe Coughlin (Ben Affleck) en la cafetería con la manera de hablar de los dos, la forma de relacionarse con dios, la aparición de ese ente superior... ¿Sabes? Me encanta ese personaje y Joe también lo adora porque tras ese viaje iniciático en el que es corrompida llega el momento de perseguir algo que es agradable y que busca situarse fuera de un mundo que es bastante horrible.
¿Hasta qué punto te involucras en el rodaje de una adaptación de una novela tuya?
Normalmente no me involucro y mi trabajo como novelista está completamente terminado cuando vendo los derechos para que se haga una película. Con Vivir de Noche vendí los derechos y después leí el guión en diferentes momentos de la producción pero eso fue todo.
Entonces, ¿qué te parece el trabajo de Ben Affleck a la hora de adaptar el libro?
Es un director tremendo y la persona perfecta para llevar la novela al cine. Es sobresaliente y soy un fan declarado de su trabajo como director.
¿Te sientes cómodo con alguien manoseando algo en lo que has trabajado antes?
Sí y te voy a contar la parte de este proceso que controlo al cien por cien. Controlo a quien le vendo mis libros y eso es todo. Además, soy una persona con la que es muy difícil negociar porque no se los vendo a cualquiera, de hecho, es una lista mínima de candidatos la que tengo. Y siempre es gente de la que respeto su trabajo. Nunca vendo a los estudios, se lo vendo a productores o a directores y desaparezco. Al controlar tanto el quien simplemente me marcho y estoy cómodo porque tengo fe en la persona a la que se lo he vendido.
Pero seguro que formulas exigencias antes de llegar a la firma.
Sí, por eso sólo me involucro con gente de confianza. Hubo una campaña hace años para obtener los derechos de Mystic River (Clint Eastwood, 2003) que no iba a vender, también pasó con Shutter Island cuando conseguí los derechos de vuelta y se los vendí a Chris Brighman, el productor, en quien confiaba. Lo mismo pasó con Mystic River, solo accedí a venderla cuando Clint Eastwood me lo pidió y yo sabía que podía confiar en él y respetaba su trabajo, lo que daba lugar a una conversación desde otro prisma totalmente opuesto. Sé que el material se va a tratar con respeto. Así que incluso, aunque saliera mal, en el peor de los casos sería un fracaso con honores.
Osea que la única exigencia es que haya respeto entre el director y tú.
Sí, respeto artístico. En este caso yo ya había trabajado con Ben en Adiós pequeña, adiós (2007) así que no había ningún problema pero Vivir de Noche se lo vendí en primer lugar a Leonardo Dicaprio. Primero estaba Leonardo y luego apareció Ben en escena así que todos ganamos con la situación.
¿Cómo llega un escritor de Boston a codearse con nombres enormes dentro de la industria del cine?
No, yo no me codeo con ellos. Esto no va de que quedo con Martin Scorsese para tomarme unas cervezas en el bar del barrio, somos colegas de trabajo y eso es lo que hacemos, trabajar juntos. Tengo una muy buena relación con Clint Eastwood pero eso no significa que vayamos el uno a la casa del otro. Si lo analizo todo creo que he conseguido entender por qué Hollywood se siente atraído por mi trabajo. Creo que simplemente escribo historias que actores muy buenos luego quieren interpretar. Son los buenos actores la única fuerza que consigue que determinadas películas salgan adelante.
¿Entonces eres más un novelista o un guionista?
Un novelista. Al final del día los otros trabajos son como unas minivacaciones pero no son el núcleo de lo que soy. Mi identidad va a esta siempre unida a la novela.
¿Qué hace a la novela negra el género de Lehane?
No lo sé, es como preguntarle a alguien que por qué su color favorito es el verde. Creo que lo veo como la tragedia de la clase trabajadora y a mí me encantan las tragedias, desde Shakespeare, y es algo hacia lo que durante toda mi carrera he ido cayendo.
¿Cómo recuerdas el momento en el que te embarcaste como escritor en The Wire?
Fue magnífico, magnífico. El equipo era redondo y la sala de escritores era perfecta. Desde luego no era una situación para los débiles ni para los que sufrían del corazón o se asustaban fácilmente, lo que sí era un problema para mí, pero realmente teníamos una libertad asombrosa para escribir y sabíamos lo que queríamos contar. The Wire no fue algo muy publicitado y se convirtió en el éxito que luego fue una vez salió en antena en HBO y me siento realmente orgulloso.
¿Fue fácil para un intelectual meterse de lleno en la televisión?
Sin duda. Soy mucho más feliz trabajando en televisión que en cine. No sé qué es lo que se puede ver en la televisión española pero si te fijas en lo que se hace en la televisión estadounidense, en la británica o en la francesa estamos en un momento que nadie había visto antes en la historia del audiovisual. La televisión es ahora mismo el medio más interesante en el que puedo pensar y para mí es un honor participar en ficciones como Boardwalk Empire. Lo adoro y me lo paso muy bien.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.