¡Eureka!
Cuentan que el sabio Arquímedes de Siracusa descubrió de manera casual, cuando estaba sumergido en su bañera, el principio matemático que establece que el volumen del agua es igual al volumen del cuerpo sumergido. Tal entusiasmo le produjo su hallazgo que salió corriendo por las calles de su ciudad, al grito de ¡eureka! (lo he descubierto), sin percatarse de que iba desnudo. Desde entonces esta palabra ha quedado como un referente del éxito o logro del algo que se busca con ilusión y perseverancia. Con ilusión y perseverancia seguro que trabajan y trabajarán los científicos y tecnólogos de la plantilla del nuevo parque de la Ciencia, recién estrenado en el campus de Leioa de la Universidad del País Vasco. No hace mucho he visto que las notas más brillantes de la selectividad en Euskadi recaían en jóvenes que querían encaminar sus estudios a las carreras biosanitarias. Hay pues talento y hay “cantera” para todos aquellos presentes y futuros “cerebros” en todos los ámbitos de la ciencia, que seguro esperan con ilusión que estas nuevas instalaciones den cabida a todos sus sueños y expectativas, y que desnudos o vestidos salgan igualmente corriendo gritando ¡eureka!— María Olga Santisteban Otegui. Zalla (Bizkaia).
