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El último deseo de Jesús del Pozo era de papel

Un volumen recorre la figura y la obra del desaparecido diseñador a través de textos de sus famosos amigos

Elsa Fernández-Santos
Uno de los diseños de Jesús del Pozo para la temporada 1992-1993 que se incluye en el libro.
Uno de los diseños de Jesús del Pozo para la temporada 1992-1993 que se incluye en el libro.

Jesús del Pozo cumplió en vida dos de sus tres últimos deseos: un taller más amplio que el de la calle que lo vio nacer y crecer, la emblemática Almirante de Madrid, y un cheque en blanco, que al menos en broma se materializó una tarde de manos de su amiga del alma, Isabel Yanguas. El tercer anhelo, un libro sobre su legado, quedó pendiente. Cuatro años después de la muerte del diseñador, el volumen Jesús del Pozo (1946-2011) cierra el círculo de sus ambiciones crepusculares. Más de 200 páginas editadas por Turner que reconstruyen su figura y trabajo con imágenes, artículos y testimonios de periodistas, colaboradores y amigos como Ana Belén, Elena Foster, Pedro Mansilla, Violeta Sánchez, Alberto Campo Baeza, Vicente Verdú, Margarita Riviére, Silvia S. Alexandrowitch, Toni Miró, Juan Gatti o Javier Vallhonrat, entre otros muchos.

Castellano sobrio, arquitecto de las formas femeninas, modista cuya visión y personalidad ha trascendido su obra, cuyo sentido de la belleza marcó la silueta de una generación que necesitaba coquetear con la modernidad para poder librarse de la sombra gris y rancia del franquismo, Del Pozo era según los que le conocieron un hombre con el aura y la rabia fértil de los poetas. Lo recordaron así el miércoles en la presentación del libro quienes disfrutaron de él en vida. Sentados en una mesa del Instituto Europeo de Diseño de Madrid, los periodistas Charo Izquierdo e Iñaki Gabilondo y los miembros de la Fundación Jesús del Pozo Enrique Loewe e Isabel Yanguas glosaron el perfil de un hombre arrebatador. María Eugenia Alberti, editora del volumen, no pudo acudir a la cita por un problema de salud pero Izquierdo leyó una nota en su nombre que arrancaba con una frase lapidaria: "Jesús vestía a la mujer y sus sueños".

Perfeccionista, luchador, trabajador y austero, el modista también fue un vividor

El acto tuvo el inevitable sabor nostálgico de toda ceremonia laica entre amigos. Gabilondo recordó cómo de mano de su mujer, Lola Carretero, y de su amiga Ana Belén, musa entre las musas del diseñador, conoció a un hombre que le hizo entender que la moda puede ser arte y un modista, un artista. "La primera vez que lo vi tuve esa sensación extraña, ese chispazo, ese flechazo que solo ocurre cuando alguien te pone en contacto con lo sagrado", afirmó Gabilondo. Esa dimensión única y profunda también la rememoró Enrique Loewe, quien todavía añora sus conversaciones con él sobre los intrincados caminos de una industria que no logra encontrase a sí misma: "A todos los que amamos y sufrimos esta historia de la moda española nos atenaza la misma pregunta, ¿qué pasa con la moda española? Hablar con Jesús de estos asuntos siempre era un placer".

Jesús del Pozo con una de sus obras en el ciclo 'Madrid vive la moda'.
Jesús del Pozo con una de sus obras en el ciclo 'Madrid vive la moda'.CORDON PRESS

Perfeccionista, luchador, trabajador y austero, pero también vividor, disfrutón y con un punto canalla, Jesús del Pozo era un hombre de convicciones firmes. Izquierdo recordó que vestía a las mujeres sin vestirlas. Ella misma, envuelta en un modelo de hace más de dos décadas, evocó las largas sobremesas a su lado, junto a otras periodistas de moda, pioneras en un mundo que aún no había perdido su inocencia. "Le recuerdo disfrutando junto a María Vela Zanetti, a la que adoraba, o Silvia Alexandrowitch, rebeldes como él".

En primera fila, Pedro Trolez, presidente de La Fundación Jesús del Pozo y dueño de la actual firma Delpozo, tomó humildemente el micrófono para agradecer el calor de los viejos amigos. A su lado, Josep Font, el diseñador que ha revivido internacionalmente la firma devolviendo cierta ilusión a ese arcano llamado moda española, se limitó a escuchar sin añadir más palabras.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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