Kandinsky en Madrid: la matemática de la emoción
Paseando entre los kandinskys –volcán de color en medio de tanta grisura de cielo y discurso- cabe pensar en cosas que no suelen ser materia de reflexión un lunes por la mañana. Cosas como que el arte nos sigue salvando, terco en su quietud en medio de tanta bulla. Y no solo a través de vectores como el poder evocador y el arrebato plástico. También nos salva la lógica. La lógica estruendosa de Vassily Kandinsky (Moscú, 1866–París, 1944), ese edificio levantado durante los primeros 40 años del siglo XX a golpe de teoría y práctica, de manifiestos y cuadros, color y forma.
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