La deshumanización tecnológica
Hoy en día hay aplicaciones para todo y para controlarlo casi todo. Queremos saber la última conexión de nuestro novio/a, si ha leído nuestro mensaje y, si es así, ¿por qué no me ha contestado todavía? Queremos una aplicación para saber las calorías que hemos quemado, otra para que nos diga a qué hora y minuto empezará a llover mañana y otra para que nos ayude a tomar la decisión de tener una cita o no con esa persona. Queremos controlar cada aspecto de nuestra vida y nos frustramos si no lo conseguimos.
La mala utilización de la tecnología y el constante abuso de ella hace que estemos perdiendo parte de nuestra condición humana. Preferimos observar la realidad a través de una pantalla antes que con nuestros propios ojos. Preferimos juzgar a las personas basándonos en el hecho de que una pantalla de móvil nos indica que su última conexión fue a las 20.08 y no ha contestado a mi mensaje de las 19.21, antes que juzgarlas por cómo nos hacen sentir cuando estamos con ellas cara a cara.
Nos deshumanizamos cuando nos comunicamos por WhatsApp con una persona y lo que más nos interesa o nos preocupa de ella es que su estado sea, en línea.— Rubén Gil Prado.