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Kim Kardashian y Kanye West, un enlace extravagante en Italia

La popular pareja se casa en un castillo de Florencia tras celebrar una última fiesta en el palacio de Versalles

Kim Kardashian y Kanye West, en su cena de ensayo en el Palacio de Versalles.
Kim Kardashian y Kanye West, en su cena de ensayo en el Palacio de Versalles.

Kim Kardashian y Kanye West son ya marido y mujer. La boda entre famosos más lujosa, kitch y esperada de los últimos meses tuvo lugar este domingo en el Forte Belvedere de Florencia, un castillo con un panorama sobre las colinas toscanas para quitar el hipo. La pareja –ella, estrella de la televisión estadounidense, de 33 años, y él, rapero de profesión, de 36- mantuvo hasta el último momento el suspense sobre el lugar de la ceremonia: además del fortín florentino se barajaba para la celebración del enlace nada menos que el palacio de Versalles, ya que se había visto a la pareja merodear por el lugar en varias ocasiones.

Aunque al parecer los premisos no llegaron a tiempo para que el matrimonio se pudiese realizara en el palacio real francés, sí que se celebró una cena para despedir la soltería de los contrayentes en sus lujosas salas el viernes por la noche. Al día siguiente todos los invitados, unos 200, viajarían en aviones privados hacia Italia. Allí fue donde la pareja concibió a su única hija, así que Florencia fue finalmente el lugar escogido para oficializar su unión. El tercer matrimonio para ella (tras el productor musical Damon Thomas su matrimonio con su segundo marido, el jugador de baloncesto Kris Humphries, duró tan solo 72 días), y el primero para él.

La boda italiana fue todo un despliegue de lujo y ostentación: 300.000 euros para alquilar el castillo de cuento de hadas donde finalmente decidieron pronunciar su "s, quiero", miles de dólares en arreglos florales (rosas blancas forraban la pared de fondo del altar), invitados de prestigio como Steve McQueen o John Legend, y actuaciones de amigos cantantes como la del tenor italiano Andrea Bocelli, que entonó el Con te partirò mientras el exatleta olímpico estadounidense Bruce Jenner, padrino de la novia, la acompañaba en su camino hacia el altar.

Tras meses de rumores, por fin la unión se ha hecho real. Un portavoz de West confirmó la noticia. El esposo estaba muy nervioso y no paraba de beber agua, “fue divertido verle tan tenso”, declaró a People un amigo-invitado. La publicista de la mediática Kardashian también confirmó la noticia: “Kim Kardashian y Kanye West se casaron en una ceremonia privada en presencia de sus familias y amigos en Florencia”, dijo, sin dar más detalles, a la agencia Afp. Y poco más ha trascendido, debido a las fuertes medidas de seguridad que blindaron el acontecimiento y a que a los invitados no les fue permitida la entrada ni de cámaras ni de sus teléfonos móviles. Aunque varias imágenes de la fiesta y la ceremonia acabaron colgadas en los perfiles en las redes sociales de alguno de los invitados.

La popular pareja y su numeroso séquito de invitados corretearon por Europa para celebrar la ocasión. Antes de aterrizar en Florencia dieron su última fiesta como pareja de novios en Versalles. Una celebración que tampoco se caracterizó por su sencillez y sobriedad: 600 invitados, la cantante Lana Rey como estrella contratada para amenizar la velada, y siete minutos de fuegos artificiales. Solo un aperitivo de lo que sería la verdadera ceremonia, como subraya la informadísima edición italiana de Vanity Fair. Un dispendio que por otra parte puede haber resultado de los más rentable para la pareja. Según varios medios especialidados en celebrities, el maratón de celebraciones les podría haber dado unos ingresos de unos 15 millones de euros entre empresas que esponzorizaron las fiestas y las fotos en exclusiva que al parecer han vendido.

A la televisiva familia de la novia, entre los invitados también se unieron algunos personajes de renombre: la tenista Serena Williams, Jaden Smith (hijo del actor Will Smith) o Steve McQueen, director de la oscarizada película Doce años de esclavitud, según varios medios.

Kardashian lució un vestido firmado por Riccardo Tisci para Givenchy. Un diseño de sirena con encaje blanco, manga larga y espalda descubierta, con delicadas aplicaciones de encaje transparente en las mangas, según informa la publicación británica Daily Mail. La misma casa francesa vistió también a su ya marido y a la hija de 11 meses de la pareja, North.

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