_
_
_
_
_
CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Remediar la injusticia

CiU ha convertido Barcelona en una capital de provincia, más de 20.000 niños mueren de hambre el mundo... Si no hay justicia, al menos echa una mano

Primero leo a Félix de Azúa en la entrevista de Juan Cruz (5 de enero): “Mas forma parte de la mafia de sirvientes de las cien familias que han tenido en sus manos Cataluña desde el barroco”. Es lo que venía pensando, pero, como hace tiempo que no tengo ocasión de ir, no había podido confirmarme que “CIU ha convertido una ciudad europea como Barcelona (la que más he amado) en una capital de provincias”. Ahora que, ¿cuáles son las mafias de las cien familias españolas que desde siempre han tenido en sus manos el resto de la piel de toro?

Sigo con Rosa Montero y su Rogelia y los otros niños. Corta el aliento. Paso página con Javier Marías y su hilarante Noches armadas de Reyes, y da aliento para repasar a Montero: “Más de 20.000 niños mueren de hambre cada día en el mundo”. “En España, más de dos millones de niños viven hoy bajo el umbral de la pobreza: no desarrollan como es debido ni su cuerpo ni su cerebro”. Mientras el 0,1% de los ricos riquísimos multiplica por 20 su fortuna en los últimos 50 años. Y el 1% la multiplica por 10. Y aquí va mi ruego. La injusticia no se remedia sino con justicia, pero, si no alcanzas a más, al menos echa una mano. Ahora bien, hace 83 años los niños no nacían como hoy con una tableta bajo el brazo. Montero habla de su blog y del de Ayuda en Acción. Blog, palabra simpática, pero, para mí, todavía un enigma. Montero, deme un correo electrónico, que a eso sí llego: al correo electrónico de Ayuda en Acción.

Una bola de nieve letal

Por Julián N. Lázaro (Madrid)

Los primeros párrafos de la entrevista a Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo (5 de enero), resultan prometedores: “Hemos pasado por la generación de los fundadores, también por la que tuvo que administrar la herencia, y no quiero pertenecer a la generación que la destruye. (…) En Europa hay gente que está jugando con lo que hemos heredado”. El resto sigue siendo igualmente interesante e invita a la reflexión de ciudadanos y dirigentes. En épocas complicadas, con políticos que toman decisiones poco valientes dirigidas más a garantizar la propia supervivencia institucional que a cambiar las cosas que funcionan mal, los peligros se multiplican. Oportunistas del populismo encuentran terreno abonado para lanzar proclamas que van calando en ciudadanos hartos, en algunos casos situados al borde de la vida digna. Los extremos pueden imponerse a la mesura; los separatismos, a la unión necesaria para afrontar las crisis, y los mesías, a las personas equilibradas que tienen como meta el bien común. Este año hay elecciones al Parlamento Europeo, y si no aparecen más Schulz capaces de llamar a las cosas por su nombre, que digan “lo que cuenta es el interés común hacia Europa, (…) justicia social entre naciones y pueblos”, un proyecto que nació ilusionante puede acabar aplastándonos a todos como una gigantesca bola de nieve que nadie se preocupó de parar a tiempo porque se fue demasiado cobarde.

Reconciliarse con el mundo

Por Carmen Villar Perearnau (Barcelona)

Con interés leo El País Semanal del domingo 5 de enero y, ¡sorpresa!, sale a la palestra Javier Cercas anunciándonos una Tremenda apología de la siesta. Conviene el genial autor con otros escritores en el desprecio que sienten por los artífices de los denominados libros de autoayuda. Sinceramente, albergo mis dudas acerca del beneficio anímico o efecto balsámico que pueda aportar una especie de manual grosso modo. Considerando la pluralidad de sintomatologías de unos seres complejos como los humanos, con sus carencias, puntos débiles, melancolías repentinas y fobias diversas, ¿pueden dichos libros pulverizar cualquier anomalía de conducta? ¡Vamos a ser serios!; pequeñas depres, momentos bajos, tenemos todos, pero cuando estas u otras alteraciones se prolongan en el tiempo, hay que acudir de inmediato a los especialistas en psicología y, si procede, a médicos psiquiatras para que pongan remedio a esas disfunciones de la psique.

¡Pero la siesta es otra cosa! Tengo la certeza de que, de llevar a buen puerto esa “apología” a la que apela Javier Cercas, sería un éxito apabullante. Su preciso léxico, su pluma ágil… ¡qué maravilla y qué envidia sana, señor Cercas! Tan solo una apostilla, querido escritor. Nada hay más placentero que amodorrarse acomodado en el sofá sin premura, sin horario, y ni le explico si la susodicha siesta es a la vera del fuego. ¡Se levanta uno reconciliado con el mundo y con todo! ¡Y mira que es difícil en estos tiempos!

Mejor que sean réplicas

Por Adolfo García Parra (Madrid)

Leía con detenimiento Noches armadas de Reyes, el artículo de Javier Marías (5 de enero), y reflexiono: siendo réplicas u originales, la forma de disfrutar las armas siempre dependerá de cada uno. Porque también eran felices aquellos niños que hacían de una vara de fresno un arco que junto con aquella varilla de cohete o de espadaña elaboraban la flecha, y disfrutaban lanzándola al aire para ver cuál se elevaba más. Y hasta muchas veces deseabas que se te pinchara la bicicleta o la rueda del tractor para de su neumático irrecuperable hacer unos tirachinas o hacer una honda con dos simples cuerdas y un trozo de badana. Qué lástima que de juego de niños pasaran también a uso de mayores. Pero, Javier, que Arturo le siga indicando el manejo de las mismas después de su rodadura de corresponsal bélico y que nos siga deleitando con las que empleaba Alatriste. Pero, sobre todo, que los AK-47, las M-30, las 12-70, los Leopard, los M-60 o los AMX-30, entre otros muchos, fueran réplicas y en caso de disparar fuese hacia arriba y evitando pegarle a la paloma blanca.

La decepción de muchos

Por José Manuel Puga (correo electrónico)

Excelente en todo su contenido el artículo de Santiago Roncagliolo El año que nos volvimos malos (29-12-2013), pero yo destaco dos párrafos. El primero: “Según el cliché, Francia es democrática, igualitaria y fraternal, y en cambio, Estados Unidos es capitalista e inhumano. Pero afrontémoslo: en Estados Unidos gobierna un negro, mientras Francia expulsa gitanos de su territorio”. El último párrafo dice: “Sería maravilloso encontrar una izquierda que defendiese los valores europeos y garantizase la prosperidad económica. Sería hermoso seguir siendo ricos y buenos. La mala noticia es que los Gobiernos que persiguen gitanos en Francia y dejan morir africanos en Lampedusa… son de izquierda”. Define de forma impecable la decepción de muchos españoles con el PSOE, no confundir con la izquierda. Derechizado, influenciado por demasiados personajes con “sentido de Estado”, entregado al poder económico, financiero principalmente. ¡Qué pena, porque este país está condenado a que gobierne el PSOE o el PP! Cómo se parece esta época a la del régimen de la Restauración de finales de siglo XIX y el turno de partidos.

Grandes deseos

Por Ana Martínez (correo electrónico)

Qué maravillosa y grande eres, Almudena Grandes. Yo también te deseo mucha salud como en el artículo Y sobre todo, salud (29‑12-2013) para que sigas llenándome el corazón y los ojos, aunque sea de lágrimas. Confieso que no he podido contenerlas al leer y sobre todo compartir estos tus “grandes” deseos.

Valorar el trabajo

Por Mercedes Martínez (correo electrónico)

He leído y releído el artículo de Javier Marías sobre los e-book, la piratería y los operadores de telecomunicaciones (Las bandas de la banda ancha, 22-12-2013). Entiendo perfectamente su indignación y me solidarizo con él porque es durísimo que el trabajo de uno no solo no sea reconocido, sino que se considere que debe ser gratis. Sin embargo, me deja un poco perpleja que Javier Marías se quede en algo tan superficial como atacar a los operadores de Internet, sin argumentos claros para mí, lo que me despierta más dudas que aclaraciones.

1. Antes de la llegada de los libros electrónicos, ¿se compraban libros en la misma proporción en España que en Francia o en Italia? Yo creo que no, pero seguro que el señor Marías tiene acceso a mejor información.

2. Si en España se compraban menos libros en papel que en Francia o en Italia, ¿qué le hace suponer que se van a adquirir al mismo nivel los libros electrónicos?

3. En Francia seguro y probablemente también en Italia, la oferta de banda ancha es muchísimo más barata que en España, y sin embargo en esos países se compran más libros electrónicos que en España. ¿Qué cree que hacen los operadores en esos países para desanimar a los lectores a piratear los libros electrónicos?

Desgraciadamente, la única solución es explicar a las personas que lo mismo que a ellos les gusta que valoren su trabajo y que se lo paguen, también es justo valorar y pagar el trabajo de los escritores, músicos, cineastas, diseñadores de moda… Pero en un momento en que el trabajo es devaluado y ninguneado, en el que te dicen sin pestañear que, con suerte, vas a recibir la mitad de lo que ganabas por hacer lo mismo o que tendrás que echarle más horas y más esfuerzo, lo veo algo tremendamente complicado.

Tenemos un problema serio

Por Demetrio Vert Benavent (La Pobla de Vallbona, Valencia)

Leo siempre que tengo ocasión los artículos de Javier Marías en El País Semanal. Para mí son amenos e instructivos, al igual que los de otros articulistas de la revista. Tengo un Kindle que uso para leer en la cama antes de dormirme. Puedo trasladar escritos desde mi ordenador al dispositivo, mas nunca he podido descargarme directamente al lector digital libro alguno que no fuera de Amazon. El e-book no atrapa libro alguno de manera ilegal. Un ordenador conectado a Internet, sí. Yo no lo he hecho.

No son los e-books los que hacen posible la piratería escrita, sino Internet. Regular el tráfico mundial de contenidos a través de Internet es un asunto muy serio y arriesgado. Por supuesto, traería muchas ventajas, entre ellas las fiscales, tal vez las más importantes, al poder acceder a la información sobre movimiento de capitales, pero también es posible que se pusiera en riesgo la libertad de expresión e información. Y eso son palabras mayores.

No apoyo la apropiación indebida del trabajo ajeno, sino todo lo contrario, ya que en estos tiempos que corren, expoliar el trabajo de otros es tan habitual que ya parece la norma. Solamente “tenemos un problema”. Y serio. 

Buenas tardes

Por Selene Muñiz Cabrera (correo electrónico)

En mi opinión, la columna de Jordi Soler en El País Semanal del domingo 5 de enero no tiene ni pies ni cabeza. Lo único que deja claro es la tirria que el autor siente hacia los que él denomina “hipermodernos” (¿?). Mezcla de un modo muy confuso la preocupación por los efectos negativos que el abuso de los pesticidas y fertilizantes en la agricultura tiene para la salud y el medio ambiente (algo bien conocido en el ámbito científico desde hace décadas), por un lado, con el respeto hacia el bienestar animal en la producción ganadera (un posicionamiento ético que cada vez tiene más cabida en la normativa), por otro. Además, ¿qué tiene que ver lo anterior con la creencia en que todos o algunos seres tienen alma?

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_