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Quiero la Monster High ¡ya!

Ana Pantaleoni

Me la ha pedido. Quiere la Monster High Wolf. Y eso es…  una muñeca que dice tener 15 años y que se llama Clawdeen Wolf. En la web se presenta como “fashionista feroz con una actitud sensata”. Pero ¿qué me está pidiendo esta niña si solo tiene cinco años?..., se pregunta la madre. Sigo leyendo: “Soy maravillosa y absolutamente leal a mis amigas”. Bueno no está mal, importante tener confianza en una misma. Prosigo: “Mis actividades favoritas son ir de compras y coquetear con los chicos”. Bueno, bueno.

Muchas niñas andan locas con estas muñecas y sus cromos que intercambian en las horas de patio. Las muñecas salieron a la venta en julio de 2010 en Estados Unidos, pero rápidamente se convirtieron en un fenómeno planetario. Lo primero que hago es preguntar a mis compañeros de blog si conocen el tema. Rápidamente contesta Cecilia Jan. Una compañera de su hijo se disfrazó de Monster High este carnaval. “¡Solo tiene 5 años! Alucino, aunque no sé qué prefiero, si eso o que todas las demás vayan de princesa Disney…”, explica Cecilia.

Estas muñecas tienen un look gótico, faldas cortas y lucen maquillaje. Como todo fenómeno, van acompañadas de película, nueva serie, accesorios, videojuegos... Elvira Sanjurjo, directora de marketing de Mattel, explicó a este diario en enero que las Monster High van dirigidas a un público preadolescente (entre 11 y 12 años), pero reconoce que las niñas más pequeñas también piden a los Reyes Magos estas muñecas o alguno de los productos de las más de 40 licencias que ha concedido la juguetera, como mochilas, cojines o manualidades.

La verdad no se si son mejores que Hannah Montana, la Barbie o Dora Exploradora. Lo que sí sé es que en mi casa ya no importa la Bella Durmiente ni Rapunzel. Ahora todo gira alrededor de Clawdeen Wolf. Aunque también he podido comprobar que son modas, que un día sin más se las lleva el viento. “Son las Barbies modernas”, me explica Mónica Campabadal, creadora de la empresa de juguetes Títiris. Ni mejores ni peores que otras que antes brillaron en el mundo infantil. Lo comento en mi lugar de trabajo. “No lo hagas Ana, no le compres la muñeca”, dice un compañero que asegura que estos juguetes son horribles. Para Marina García, psicóloga, las Monster High han llegado para acabar con el aburrimiento general: "Son muy novedosas, funcionan como un despertador que lo mueve todo y llevan detrás un marketing definido". Pero recomienda no regarla porque sí. Es necesario un motivo.

Estas muñecas no dejan a nadie indiferente. Y la prueba la ha vivido en sus propias carnes la periodista Clara Blanchar. En la puerta de su colegio un señor regalaba ayer el álbum de las Monster High. Aquí la imagen que captó. Clarablanchar

Comentarios

Le das la Clawdeen Wolf, le pones a Shakira cantando una loba en el armario...y vamos seguro que te llaman del cole para recomendarte una que otra cosita en educación jajaja Es lo que tiene el marketing- y también el que las niñas dejan de jugar con muñecas a edades mas tempranas que antes por lo cual hay que atacar a un público menor que sea comprador por mas tiempo...Al menos estas muñecas son "irreales" del todo no pretenden ser ni princesas ideales ni tener un físico imposible como el de la Barbie---veamos el lado positivo. :)
También los niños quieren las Monster High. ¡¡Tienen versión masculina igual de cool!!!. A mi no me parecen apropiadas para los míos que no sobrepasan los 8 años pero sin ninguna explicación, ni inversión por mi parte han aparecido en sus habitaciones varios tacos de cromos de las muñequitas de marras. ¿De donde los sacaron?... Voy a concertar una reunión formal con ellos por ver si me solucionan las facturas de este mes que son muchas y veo que mis retoños despuntan..je,je,je
Cómprasela!!!! Vale que las muñecas son pequeñas monstruitas con pinta de mini prostitutas, pero es la moda!!! Y va a jugar con ellas aunque no sean suyas... Pobre!Hoy en mi blog de maternidad irreverente 'Operación pañal fuera' abortada... Y abrazamos a los Huggies nuevamente como si no hubiera un mañana!!http://hijanohaymasqueuna.blogspot.com.es/2012/04/operacion-panal-fuera-abortada-parte-i.html
Tengo una hija de un año y medio, y por eso ya no tengo mucho de estos problemas. Pero pienso que los voy a tener más antes que me puedo imaginar... :) Los niños siempre van a jugar con juguetes, escuchar música, ver películas etc., que a nosotros (los padres), no nos gustan. Cada día tenemos que tomar desiciones, respecto a que es lo mejor para nuestros hijos. Es un cometido muy dificil y una responsabilidad grandísima. Pero independiente de que decidimos, si compramos la muñeca o no, siempre lo hacemos por lo mejor de los niños, también cuando no lo comprenden. :)
No entiendo porqué esta moda es perniciosa y la del blandiblub de nuestra infancia no. Todavía recuerdo los tumultos a la puerta del cole cuando regalaban albumes de cromos, aunque fueran cutres. Son modas infantiles y ya está. Ahora un montón de adolescentes van disfrazadas de góticas y a las niñas pequeñas lo que más les gusta es vestirse como las mayores, luego si las mayores van de góticas y enseñando tanga pues las pequeñas quieren muñecas iguales. prefiero que jueguen con muñecas aunque sean de zombi a que jueguen con armas .
Yo intenté comprarla para Reyes y os digo, de verdad, que fue literalmente imposible. Estaba agotada en todos los sitios!! Yo no entiendo bien estas modas ni estoy muy segura si debemos seguirlas. Quieren la muñeca principalmente porque la tiene las amigas del cole, las vecinas, o la han visto repetidamente en los anuncios. La ilusión que les hace el tan amado juguete es tan efímera que a veces da miedo. http://demadrastrasyotroscuentos.blogspot.com.es/
Vaya por delante que, estéticamente, las muñecas me gustan. Hasta ahí. Mis sobrinas tienen dos de estas muñecas. La calidad es pésima. Sólo considerad que les duraron sin romperse menos de 2 meses, y os aseguro que son niñas que cuidan los juguetes. Respecto a la serie, la página web y el libro (sí, hay un libro y sí, me lo he leído) creo que están destinados a crear niñas perpetuas, sin criterio, sin personalidad y, lo que es peor, con una autoestima basada en lo que los demás piensen de ellas y de su ropa. Realmente patético.
Ese estilo horripilante va muy acorde a los tiempos que corren, me siento totalmente vampirizada.
En mi opinión, no estaría mal comprársela. Quiero decir, las niñas que antes jugaban con Barbies no se convirtieron en anoréxicas ni se tiñeron de rubio platino, así que dudo que una niña se convierta en una "gótica" porque juegue con muñecas de estética "monstruosa". A mi parecer, estas muñecas tienen su lado positivo ya que en lugar de enseñar a las niñas que hay que ser perfectas a toda costa, enseñan a ser únicas aceptando sus propios defectos, ya sean colmillos, cicatrices o pelo en exceso. Pero repito, esta es sólo mi opinión y no quiero meterme en las decisiones de cada persona, ya que cada uno intenta hacer lo mejor por sus hijos. Así pues, toma la decisión que creas acertada :)
En Mattel adoptaron el acrónimo KAGOY que ha sido después recogido por muchos sociólogos: Kids Are Getting Older Younger. La adolescencia empieza ahora a los 8 ó 9 años, "las niñas ya no quieren ser princesas" y están mucho más sexualizadas. ¿Qué pensáis en este blog? ¿Como padres tenemos alguna opción de alargar la infancia de nuestros hijos? Sería interesante que hicieráis un artículo al respecto :)
no entiendo porque se les ataca de esta forma, ¿"con pinta de miniprostitutas? ¿porque? acaso la barbie de toda la vida no lleva ropa ceñida y corta y maquillaje? y por cierto los pechos mucho mas grandes¿que pasa, que no es la tipica muñeca a las que estabamos acostumbrados?a mi simplemente me parece una muñeca mas, cosas mas raras se ven en los dibujos de ahora o en los videojuegos.lo de atacar al publico menor... estas muñecas al igual que otras gustan tambien a los que no son tan niñ@s. Tienen algo, quiza que se salen de lo "normal" aunque he de reconocer que su calidad no es muy bueno, y para niñas pequeñas muy faciles de romper, por sus articulaciones tan finas
Personalmente me parece, como mínimo, preocupante que esas muñecas sean el juguete favorito de las niñas de cinco años; tanto su aspecto como el lenguaje que utilizan son propios de adolescentes, no de niñas que todavía están aprendiendo a leer; yo podría añadir (una mera opinión personal) que además lo encuentro totalmente frívolo, de muy bajo nivel y francamente inadecuado para los niños.Pero lo que me parece peor de esta eficaz campaña de marketing es el hecho de que nos vendan las Monster como un ejemplo de diversidad: claro... como una tiene aletas, otra es una zombie, otra tiene orejas de lobito... Y no, de diversidad nada: todas tienen el mismo aspecto y la misma complexión física (por qué no hay una gordita, por ejemplo...?) y sí, las encuentro tristemente parecidas a esas cantantes que se suben al escenario en bragas y sujetador (por decirlo de forma delicada).Imagino que se me nota demasiado que no me gustan, verdad...? En definitiva: no me agradan como juguetes para nuestras niñas, las encuentro lamentables y creo que deberíamos cuidar mucho más los modelos que les transmitimos. Un saludo!
la verdad a mi no me incomoda a que amis hijos les gusten esas muñecas por que marcan algo diferente algo en que los defectos no importan ademas de que desarrollan su tolerancia con personas que son diferentes ha ellos, para mi esas muñecas son un gran acierto, pues las barbies y las princesas marca estereotipos que provocan en las niñas la falta de tolerancia y que provoca la fantacia en forma exorvitada y la anorexia por querer parecerse ha ellas y no se dan cuenta que ninguna de ellas es una dichosa princesa, por eso si yo tuviera una niña le compraría esas muñecas
hola si ok node quiero mi monter muakk jijijiji quien lee esto siganme por face
quiero ya a cleo

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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