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El 39% de los españoles cree que no rentan el dinero y tiempo invertidos en ir a la universidad

El 70% de los encuestados por la Fundación Conocimiento y Desarrollo reprocha a la institución ser demasiado teórica y la mitad cree que no ayuda a frenar la crisis climática

Ambiente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, este marzo.
Ambiente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, este marzo.Jaime Villanueva
Elisa Silió

Apenas el 57% de los españoles considera que el dinero y el tiempo que invierte en la Universidad “se justifica en los beneficios posteriores”, según el primer barómetro sobre la Universidad de la Fundación Conocimiento y Desarrollo ―conformada por grandes empresas españolas― que se ha hecho público este miércoles; un 39% cree que no hay retorno. Aunque consideran que se debe financiar más para adaptarla a las necesidades de la sociedad, hay muchos peros: el 70% reprocha que es demasiado teórica y poco práctica, el 48% considera que no se adapta a las exigencias del mercado y para la mitad no ayuda a frenar la crisis climática.

El 23% de los universitarios hubiese elegido otro campus para estudiar y apenas un 11% de los que no tienen estudios superiores cree que tomó la decisión correcta al abandonar la escuela, según el estudio de FCyD. Un tercio de los encuestados opina que hay una sobrecualificación de los titulados universitarios. Esta cifra se refleja en los datos de Eurostat: el 37% de los trabajadores en España tiene más estudios que los requeridos para el puesto que desempeña, el mayor porcentaje de la Unión Europea. Pero también tener estudios es un refugio en tiempos malos: el 90% de los trabajadores que perdieron su empleo por la pandemia tenía un bajo nivel de formación.

Pese a valorar mal el rédito individual, 8 de cada 10 españoles tiene una percepción “positiva o muy positiva” de la institución ―la opinión baja entre los jóvenes, un 30% tiene una opinión “regular o mala”―. “La Universidad contribuye de forma indirecta a aumentar la recaudación fiscal de IRPF e IVA en 25.774 millones de euros anuales, cifra equivalente a 2,4 veces su presupuesto”, se afirma en el informe La contribución socioeconómica del Sistema Universitario Español (SUE), elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) para los rectores. Ello sin contar su aportación a la innovación o el empleo de calidad.

Los estudios también remarcan las bonanzas de seguir estudiando. Los españoles que tienen menor formación no solo viven menos ―entre tres y cinco años menos quienes tienen hasta la educación primaria―, sino que lo hacen en peores condiciones y tienen menor percepción de bienestar, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona con datos del Instituto Nacional de Estadística. FCyD incide en ello: el 87% de los encuestados percibe la Universidad como catalizadora del bienestar y el enriquecimiento personal y un 86%, del desarrollo profesional.

Un 78% de los entrevistados considera que la inversión en esta institución debería incrementarse. Un porcentaje que decrece a medida que se desciende en la distribución de renta. La nueva ley universitaria, LOSU, requiere una partida mayor para ponerse en marcha. El presidente de los rectores, Juan Romo, fue muy claro en el Congreso de los Diputados: “El sistema universitario español está entre los 8.000 y 9.000 millones de euros y habría que sumar otros 2.000 o 3.000 para llegar a ese 1% de financiación [la cifra que reclama el Ministerio de Universidades a las comunidades autónomas]”.

Un 6% de los universitarios se decantaría por la Formación Profesional Superior de volver a empezar, por sus excelentes salidas profesionales en poco tiempo (dos cursos tras el Bachillerato) y con sueldo durante las prácticas en el caso de la dual. El talón de Aquiles de esta formación dual es que el sistema no puede asumir a todos los interesados. La proyección sobre el futuro del empleo Skills Forecast, elaborado por la agencia europea Cedefop, calculó en 2018 que, desde ese año a 2030, los nuevos puestos de trabajo que se creen en España requerirán un 65% de profesionales con cualificaciones medias (FP) y un 35% con altas (FP de grado superior y graduados universitarios), lo que da idea del empuje de otro tipo de titulaciones.

Carles Ramió, catedrático de Ciencia Política, alerta en su libro La universidad en la encrucijada: “Están apareciendo universidades acreditadoras que no imparten ninguna titulación, sino que se limitan a oficializar formación no reglada que los ciudadanos han ido adquiriendo por su cuenta (vía MOOC o vía cursos en organizaciones fuera del sistema universitario)”. Y va más allá en su reflexión: “Si el mercado reconoce a otros lo mismo o más, tener el título universitario solo va a servir para ser funcionario”.

El presidente de los rectores, Romo, subrayó también en el Parlamento que el sistema universitario español “es el tercero en tamaño de la UE tras Alemania y Francia, ocupa el puesto 11 del mundo en producción científica y el noveno en investigadores altamente citados”. Su calidad media es muy aceptable ―el séptimo país del mundo que registra una mayor proporción de universidades entre las mil primeras del ranking de Shanghái―, pero está muy lejos del Olimpo, encabezado por campus de Estados Unidos y Reino Unido, de enorme presupuesto. Sin embargo, para casi un tercio de los encuestados, las universidades españolas están por detrás de las europeas.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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