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La farmacéutica Esteve pasa a la acción

La compañía catalana, especializada en medicamentos contra el dolor, prevé crecer mediante adquisiciones de competidores tras dar entrada en su capital al grupo alemán Lubea

Esteve
Staffan Schüberg, consejero delegado de Esteve, en la sede de la compañía.Gianluca Battista
Josep Catà Figuls

Hay un tiempo para mirar, y un tiempo para comprar. La farmacéutica catalana Esteve, especializada en medicamentos para patologías neurológicas, psiquiátricas, contra el dolor y también en el área de la oftalmología, ha estado mirando y estudiando mucho en los últimos meses, preparándose para encontrar un buen momento en el que ir de compras. Este momento parece que llegará este año 2024. La empresa, una de las representantes del potente sector farmacéutico catalán formado por compañías familiares, pegó un salto hacia adelante el año pasado, cuando la familia dio entrada a un inversor alemán, Lubea, que se hizo con un 26% de la propiedad. “Necesitábamos más capital para seguir creciendo, y ahora, con este dinero en el banco, podemos emprender fusiones, adquisiciones y ampliar el portfolio para hacer Esteve más fuerte”, señala el consejero delegado de la farmacéutica, Staffan Schüberg, en una entrevista en la sede de la empresa en Barcelona.

En realidad, el salto de Esteve empezó hace más tiempo. Esta compañía es, junto con Uriach, Ferrer, Almirall o Grifols, una de las empresas históricas de la industria farmacéutica catalana. Todas ellas, algunas forzadas por las circunstancias y otras con una visión más estratégica, han emprendido un proceso de profesionalización para que la familia propietaria deje la gestión en manos de ejecutivos externos.

En 2018 la empresa fichó a Schüberg para el puesto de consejero delegado, sustituyendo a Albert Esteve, y el nuevo ejecutivo tuvo una importante misión: redefinir el plan estratégico, centrarse en la medicina especializada y que la compañía fuese propietaria de sus productos, enfocando los esfuerzos en la innovación. Al año siguiente, la farmacéutica desinvirtió en su división de genéricos, adquirió la alemana Riemser en 2020 y empezó a entrar en nuevos mercados europeos, como el italiano y el portugués.

De esta forma el salto estaba preparado, pero faltaba un impulso más: ampliar capital. En mayo de 2023, Schüberg anunció que Lubea entraba en el capital de Esteve Healthcare (incluye la división de farma y la división de CMO, que se dedica a fabricar principios activos para otros laboratorios) con un 26%. El resto quedaba en manos de la familia propietaria, que por su parte sigue controlando al 100% la Corporación Químico Farmacéutica Esteve, la sociedad inversora que es propietaria del 50% de Esteve Teijin Healthcare, del 50% de Isdin y del 15% de Hangzhou Jiuyuan Gene Engineering.

En esta carrera para ganar tamaño, la farmacéutica no descarta salir a Bolsa en un futuro, aunque por ahora no haya planes sobre la mesa. “Tenemos que hacer lo que sea mejor para ser estables en el largo plazo. Salir a Bolsa podría ser parte de este camino. Pero ahora tenemos el capital, la propiedad y el momentum para hacer negocios. En un par de años las cosas pueden ser diferentes”, señala el consejero delegado.

El cambio de rumbo ya ha empezado a dar frutos. En 2022 la compañía facturó 642,4 millones de euros (un 15% más que el año anterior), logró 125 millones de beneficio bruto operativo (ebitda) y un beneficio neto de 78,3 millones, cuadruplicando el que obtuvo en 2018, cuando dio inicio la nueva estrategia. Schüberg explica que el año 2023, cuyas cuentas todavía no son públicas, también ha dado buenos resultados: “Hemos crecido más de un 10%, estamos por encima de los 700 millones de euros de facturación y un margen de ebitda de alrededor del 20%”. La división de fabricación de principios activos es una de las que más fortaleza demuestra. “El crecimiento, en el futuro, estará definitivamente aquí, aunque dependerá de la demanda, ya que lo que hacemos en esta división es producir para otras compañías”, explica Shüberg, que añade: “Así que estamos viendo más crecimiento en la división CMO, pero la división de medicamentos especializados también está creciendo y poniéndose a su altura. Lo que ocurre es que solo podemos crecer ahí mediante adquisiciones, fusiones y ampliando portfolios de productos”.

En pleno crecimiento, el momento además parece adecuado para adquirir empresas. “En 2023 hubo mucho desajuste entre oportunidades de venta y de compra, por las expectativas de precios. Ahora que se están estabilizando los tipos de interés, creo que veremos cómo se cierran más operaciones”. En el caso de Esteve, su objetivo es convertirse en un “jugador importante en Europa” en las tres áreas terapéuticas que tiene en su catálogo: “En el futuro nos especializaremos en una o dos de estas áreas terapéuticas, pero serán las oportunidades de negocio las que nos muestren el camino de qué áreas escoger”, señala. Están estudiando todas las opciones. “Estamos mirando oportunidades de todo tipo, lo importante es que encajen con los criterios sobre fortaleza financiera, situación geográfica, y tengan claro en qué áreas terapéuticas trabajan”, añade el consejero delegado: “Lo más probable es que la adquisición sea de una serie de compañías”.

Inversión en China

Esteve, cuyos productos más conocidos históricamente son Afterbite, Dormidina o Triptomax, tiene tres fábricas y un centro de desarrollo químico en Cataluña, y también produce en México y en China. En esta última fábrica, de principios activos, ha tenido que invertir 50 millones para trasladarla de sitio porque el Gobierno chino quiere desarrollar una zona residencial donde se ubicaba hasta ahora. Y en la planta de Celrà (Girona), la compañía prevé realizar inversiones este año para ampliar en 50 metros cúbicos su capacidad.

Otro de sus objetivos este año es lanzar al mercado Velyntra, un medicamento para tratar dolor agudo de forma más rápida. Este mes, la Agencia Europea del Medicamento reconoció el valor clínico de esta innovación, lo que significa que ya se puede financiar, para luego ponerle precio y que entre en el nomenclátor. Este producto es un ejemplo de lo que hace Esteve y que califica de “innovación incremental”: sumar dos moléculas generificadas, generando un producto que pueda ser más efectivo que los originales.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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