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Es hora de ser más selectivos con los bancos en Bolsa

Este año los expertos auguran revalorizaciones más modestas debido a la desaceleración económica y las futuras bajadas de tipos

Imagen de los paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid el 24 de enero.
Imagen de los paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid el 24 de enero.Fernando Sanchez (Europa Press / GETTY IMAGES)

Un año de récords ban­­carios. En 2023, los beneficios de las grandes entidades financieras europeas traspasaron la barrera de los 100.000 millones de euros. Los bancos españoles contribuyeron a alcanzar esta nueva marca. Solo entre Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter aportaron más de 26.000 millones de euros a ese botín.

Por supuesto, en los mercados de valores se tuvieron en cuenta estos buenos números, que se premiaron con importantes revalorizaciones en el precio de sus acciones; en algunos casos por encima del 50%. El arranque bursátil de 2024 también ha sido positivo para los bancos en Bolsa, pero, ante la posibilidad de que cambie el entorno de los tipos de interés y estos empiecen a bajar, ha surgido la pregunta lógica: ¿se repetirá la subida de las acciones bancarias? La respuesta no está del todo clara. En el mercado hay aún muchos expertos que coinciden en que la banca europea en general aún tiene un atractivo potencial de revalorización; en algunos valores concretos por encima del 20%. Sin embargo, también hay análisis que hablan del fin de una época dorada y recomiendan precaución.

En la agencia de calificación crediticia Scope Ratings señalan que la rentabilidad del sector “habría tocado techo” en 2023 y empezará a descender en 2024 y 2025 debido a una normalización de los márgenes netos de interés y a un aumento moderado del riesgo de crédito. Con todo, aseguran que no prevén que ninguno de los bancos que analizan tenga pérdidas netas en este año.

Los analistas de Scope han elaborado una lista con los principales riesgos a los que se enfrenta a medio y corto plazo el sector. El primero de ellos sería la posibilidad de que se produzca una recesión económica en los grandes países de la Unión Europea, lo que acarrearía un aumento del desempleo y un empeoramiento de la calidad de los activos bancarios. Otro riesgo latente es una mayor competencia por los depósitos, tanto entre bancos como entre bancos y productos de ahorro alternativos, que podría perjudicar a los ingresos y la rentabilidad y, en escenarios más extremos, provocar escasez de financiación. La tercera incertidumbre sería cualquier shock financiero o geopolítico significativo que socave la confianza en el sector. Y es que, como han demostrado los casos de Silicon Valley Bank y Credit Suisse, la velocidad de propagación de las crisis bancarias es cada vez mayor.

Para la consultora financiera Accuracy, la banca europea muestra los mejores resultados y rentabilidades, a pesar de no crecer el volumen de inversión crediticia. Este éxito, a su juicio, se debe a una eficiente gestión de balance y de los precios, junto con un control efectivo de los costes, que crecieron por debajo de la inflación. De forma más centrada en las entidades nacionales, Enrique Reina, socio de esta firma, explica que “el sector bancario español presenta una gran ventaja competitiva en relación a sus pares europeos y es que tras un proceso de reestructuración tras la crisis financiera de 2008 y grandes inversiones en mejoras como la digitalización, donde los bancos nacionales son líderes, presentan unos ratios de eficiencia excepcionales”. Y añade que la mayor parte de los bancos españoles están empezando a cubrir su coste de capital propio. “La consecuencia directa de este hecho es que puede aseverarse que el negocio bancario está generando valor para sus accionistas y, por tanto, cotizaciones por debajo a su valor en libros no parecen razonables”.

Se agota el turbo

Por su parte, Víctor Alvargonzález, director de estrategia de la firma de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance, considera que la banca en general va a pasar este año de disponer de un motor turbo a “uno normal”. En su opinión, la posible bajada de tipos de interés a lo largo de los próximos meses y la más que probable entrada en recesión, aunque moderada, de la economía europea reducirán aún más la actividad crediticia de los bancos, gran contribuidora en los últimos años de la mejora de sus resultados. Así que, a su juicio, en 2024, el sector bancario no será una de las estrellas del parqué sino “tan solo un sector acompañante del mercado”, con grandes diferencias en lo que a potencial de revalorización se refiere entre unas y otras compañías cotizadas.

Alvargonzález cree que solo destacarán los bancos que tengan una mayor capacidad de venta, una mayor red de colocación de otros productos financieros; en definitiva que sepan generar comisiones vía asesoramiento o gestión de carteras. Advierte, en este sentido, de la posibilidad de que dentro de unos meses empiecen las campañas de colocación de fondos de inversión y otros productos financieros para compensar la disminución de márgenes por la bajada de tipos.

Para José Ramón Iturriaga, socio y gestor de fondos en Abante, si bien es cierto que los datos del sector bancario han sido buenos en 2023, estos hay que ponerlos en contexto. “En los últimos ejercicios, sus resultados habían sido, por llamarlos de alguna manera, bastante lánguidos. Ante una subida de tipos de interés drástica, solo han reaccionado, como es normal, también de forma drástica. Que su rentabilidad esté por encima de su coste de capital, solo es lo normal”.

En este sentido, continúa Iturriaga, su objetivo es el de conseguir que este entorno de rentabilidad sea sostenible en el tiempo, para “lo que cuentan con los suficientes mecanismos de protección”. Desde el punto de vista bursátil, y más centrado su análisis en la banca española, para este experto, “el futuro se presenta relativamente positivo, aunque tal vez con menor intensidad que el año pasado”. En cualquier caso recuerda que la rentabilidad final de las acciones bancarias no solo depende de su revalorización sino también de la rentabilidad por dividendo que ofrecen. Según sus datos, en promedio, las principales entidades financieras españolas generarán en 2024 una rentabilidad por dividendo en torno al 8,1%, que se situará en el 7,5% en 2025 y en el 7,3% en 2026.

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