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Correos arranca la carrera por la última milla

El grupo postal pelea por más ingresos con nuevas líneas de negocio, la apuesta por el ‘e-commerce’ y la paquetería

Correos
Un empleado de Correos entrega un paquete en una zona rural.

En el negocio postal hay una medida —la milla,1.609 metros— que es algo más que una medida. Es el punto que separa los beneficios de las pérdidas. El sector postal está en transformación por el auge de la venta online y lo que sucede en ese kilómetro y medio lo condiciona todo. Secretos de la logística. En ese último eslabón está el negocio y la competencia; algo teóricamente bueno para los usuarios, pero menos bueno para el Grupo Correos, en competencia tras la liberalización desde 2011 y controlado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Correos perdió el pasado año 217,2 millones de euros y el horizonte acumula nubarrones. El ejercicio 2023 no está cerrado, las últimas semanas del año son las de mayor volumen de negocio, pero la situación es compleja.

El Grupo Correos, integrado por la matriz y las filiales Correos Express, Correos Nexea y Correos Telecom, es la mayor empresa pública de España tras las privatizaciones de los años 80 y 90 —Iberia, Endesa, Telefónica, Argentaria— con 48.341 trabajadores. Por comparar, la plantilla de Correos más que triplica la de Renfe. El grupo que preside desde 2018 Juan Manuel Serrano —exjefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE— disputa a un número creciente de competidores un negocio que el pasado año alcanzó los 7.746,6 millones de ingresos, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Correos se hizo con un cuarto del pastel: 1.962 millones.

No es suficiente. Al cuadro le falta luz a pesar de que en 2022 por la red de oficinas de Correos —2.389— pasó toda España dos veces —88 millones de visitas—. Las cuentas de Correos acumulan un agujero de más de 586 millones de euros en los últimos tres años. Cerró 2019 con unos beneficios de 17,7 millones, pero la pandemia afectó a sus resultados y perdió 264 millones en 2020, 105 millones en 2021 y 217 en 2022. Este 2023 no pinta mucho mejor por el incremento de costes financieros y laborales. Aunque hay chispazos de optimismo. El lunes 11 de diciembre de 2023, Correos alcanzó su récord anual de paquetes admitidos y gestionados en un solo día, que se elevó hasta cerca del millón y medio de envíos. La cifra supone un incremento del 10% respecto al día con mayor tráfico de paquetes del año pasado, que fue el 19 de diciembre. Pero los chispazos no disipan toda la incertidumbre.

Los sindicatos CC OO —mayoritario— y UGT son muy críticos con la gestión de Correos. En base a los informes y datos oficiales recogidos por Competencia resumen la situación del grupo de forma contundente: pérdida de cuota de mercado, de cifra de negocio y de empleados a costa de los operadores privados. El grupo público no lo niega, aunque sí matiza. Fuentes de Correos admiten que existe tendencia de caída del negocio postal. Pero no solo en España, sino a nivel internacional. La caída se agudizó con la pandemia y lo preocupante es que continúa en 2023. Datos. En 2022 Correos gestionó entre cinco y seis millones diarios de envíos, mientras que en 2018 la cifra ascendía a 11 millones de envíos diarios, lo que supone la pérdida del 50% del volumen de envíos.

Correos cree conocer las razones del desplome: la digitalización y el cambio en los sistemas de comunicación, que ha hecho que las empresas e instituciones dejen de mandar comunicaciones físicas a sus clientes, optando por las comunicaciones digitales; una tendencia “inevitable e irreversible”. Hay más razones como el contexto internacional y macroeconómico “complejo”, los costes energéticos, el alza de los tipos de interés y la incertidumbre por el entorno geopolítico internacional desfavorable.

El grupo que preside Serrano se enfrenta a un sudoku complicado. En el conjunto del sector, el grueso de la actividad se da en los envíos postales —cartas y tarjetas—, un 59% del total de actividad según Competencia. Pero la gran veta de los ingresos, hasta el 85%, está en la paquetería, donde se mueven competidores de peso como Amazon, DHL o UPS. En ese segmento hay muchas sombras. En paquetería la cifra de negocios del operador público descendió en 2022 un 6,7% hasta los 1.567,1 millones de euros. El peor dato desde que se tienen registros según la CNMC. Por empresas, la cifra de negocios de Correos retrocedió un 6,7% y la de Correos Express un 0,7%.

Por eso Correos tiene un problema ya que la mayor parte de sus ingresos todavía dependen del servicio postal. Para resolverlo, explican las fuentes consultadas en el grupo “hay que generar nuevos ingresos con nuevas líneas de negocio, la apuesta por el e-commerce y la paquetería, aportando soluciones en toda la cadena de valor del proceso logístico, no sólo en última milla”. Fácil de decir, pero más difícil de hacer.

Para lograrlo, Correos piensa en tres ejes: mejora de la eficiencia, internacionalización y diversificación de servicios. Con acento en el negocio de la logística, que hoy supone un 25% de los ingresos y que pretende elevar al 40% en 2024. La transformación que persigue la dirección de Correos no agrada a los sindicatos. José Sayagués, secretario del sector Postal de UGT cree que existe “un plan perfectamente diseñado”. “El problema fundamental no son los costes”, sostiene Sayagués, “sino la pérdida de ingresos cuyas causas hay que buscarlas en la política de precios, el fracaso de los nuevos proyectos, la irrelevancia de la diversificación, el desmantelamiento de la red de ventas y el abandono de los servicios postales tradicionales”.

Dos modelos

La batalla de fondo enfrenta dos modelos con diferencias sobre lo que debe ser el papel del operador público en la prestación del Servicio Público Universal (SPU). Modelo alemán —más centrado en paquetería y servicios logísticos— frente a modelo francés. Este es la referencia de las organizaciones sindicales mayoritarias en Correos —CC OO y UGT—. Su fundamento es el servicio postal universal, aunque sin renunciar a las actividades logísticas, de paquetería, bancarias y digitales.

La prestación del servicio público universal (SPU) consiste en un conjunto de servicios postales que deben garantizarse de forma permanente en todo el territorio, con determinados estándares de calidad y a precios asequibles para los usuarios. El SPU supone para Correos un 6% de la cifra de negocios total en el ejercicio de 2022. “Un volumen discreto en un escenario de diversificación”, apuntan en la compañía. Por la prestación de servicios esenciales Correos recibe una compensación. Son alrededor de 170 millones al año. En torno a 2.200 millones entre 2011 y 2020, según datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

La adjudicación del SPU a Correos —15 años— caduca en 2025. Lo probable, según las fuentes consultadas, es que se renueve el compromiso. La empresa contempla el fin de etapa con tranquilidad. “El SPU seguirá existiendo y la decisión sobre cómo se elige el operador designado trasciende a Correos. No obstante, la compañía hará sus mejores esfuerzos para continuar en esta situación de operador designado”. La carrera sigue.

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