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Eave, la empresa de autoconsumo energético en la que pagas una cuota mensual

La compañía factura 4,5 millones instalando puntos de carga y trabaja para firmas como Tesla y Wallbox

De izquierda a derecha, los tres fundadores de Eave, David Machín, Luis Linares y Josué García.
De izquierda a derecha, los tres fundadores de Eave, David Machín, Luis Linares y Josué García.Óscar León

En 2019, tres amigos hicieron 500 llamadas a residentes de Canarias. A quienes descolgaban el teléfono, les hacían dos preguntas: si estaban interesados en energías verdes y si las usaban en casa. Las respuestas eran siempre las mismas: sí y no. “Todos tenían interés, pero nadie las utilizaba”, cuenta el emprendedor Luis Linares. La mayoría explicaban que les parecía un producto caro, complejo y desconocido; e incluso algunos pensaban que el autoconsumo estaba prohibido. “Decidimos entonces crear un producto que resolviera esas problemáticas”, destaca Linares, uno de los fundadores de Eave, compañía especializada en energía solar y centrada en placas, baterías y puntos de recarga para coches eléctricos para autoconsumo, que instala a cambio de una cuota mensual durante diez años. Con 82 personas en una plantilla en constante crecimiento, durante 2022 facturó 4,5 millones y este año prevé superar los diez millones de euros.

La idea surgió en 2018. Linares, que ejercía entonces de director comercial de la financiera de Mercedes Benz, veía cómo el coche eléctrico se hacía hueco en el mercado. Era la misma visión que sus amigos David Machín, que trabajaba en el alquiler de vehículos y José García, que tenía una empresa de guaguas. “El problema es que en Canarias la mayoría de la energía que se utilizaba era fósil. Y eso no tenía mucho sentido para este tipo de vehículos”, cuenta el empresario. Analizaron soluciones mediante hidrógeno y estudiaron otras energías limpias, hasta que concluyeron que la solar era la ideal. Abandonaron sus empleos y se centraron en su nueva empresa, que fundaron en verano de 2019 y denominaron Electric Avenue, en homenaje a la canción de Eddie Grant y la primera vía pública en ser iluminada con electricidad. Luego simplificaron y se quedó en Eave.

El primer encargo llegó pronto. Un policía que tatuaba por las tardes y tenía un alto gasto energético en su estudio. “Aquello salió, de primeras, regular, pero finalmente lo conseguimos armar bien. A partir de ahí fue todo más fácil”, recuerda Linares. La compañía ha hecho desde entonces más de 4.000 instalaciones. Su modelo habitual es el que denominan todo en uno: montaje de paneles solares, baterías y punto de recarga para coche eléctrico. La mayoría de clientes, de hecho, llegan a través de concesionarios. Éstos avisan a la compañía para que hagan un estudio del potencial de la vivienda del comprador del vehículo y, si todo cuadra, realizan toda la instalación, además del papeleo con los permisos o la solicitud de las ayudas de los fondos Next Generation. No requiere una gran inversión porque la empresa trabaja a modo de suscripción: se paga una cuota mensual durante 120 meses.

Su cliente medio tiene entre 35 y 45 años y tiene dos preocupaciones. La primera, el gasto energético y cómo esté afecta a su bolsillo. La segunda, el cambio climático. Son personas que realizan una compra “muy meditada” porque analizan mucho el coste, la oportunidad y en qué momento se conseguirá el retorno de la inversión. “Siempre aconsejamos que el consumo de luz debe estar por encima de 125 euros para que quedes satisfecho. Por debajo no se ahorra dinero, pero sí hay un gran compromiso social, que también es importante”, subraya Linares. Quienes compran coche eléctrico suelen dar el paso al autoconsumo, pero también hay familias que las instalan en su vivienda habitual o empresarios en sus negocios a pesar de tener vehículos de combustión. “Incluso a quienes no creen en el cambio climático, les digo, vale, imagina que no es verdad, pero… ¿Por qué no alinearse con la naturaleza?”, explica el empresario.

“Ahora hay tantas ayudas europeas y es todo tan sencillo que es ridículo no hacer el cambio al autoconsumo”, sostiene el emprendedor, entusiasta de las posibilidades de la energía solar y del sistema de Inteligencia Artificial que han desarrollado para la gestión de la energía. Aún está en fase de pruebas, pero esta tecnología juega con el coste de la electricidad —que gracias a la fotovoltaica hace que en determinados momentos se acerque a precios mínimos— y las predicciones meteorológicas para definir los momentos más asequibles de recarga. “La Inteligencia Artificial lo va a cambiar todo”, prevé Linares. “En España veremos algo flipante: energía a coste cero gracias al sol. El país puede ser la pila de Europa”, añade quien tiene una casa autosostenible energéticamente y cree que en los próximos dos o tres años habrá un boom de instalación de puntos de recarga, que ya supera los 21.500 en todo el país, según Aedive.

Eave, que ganó los Emprende XXI de Caixabank en Canarias, trabaja a nivel nacional, aunque sus fundadores cuentan que dar el salto a la península ha sido como ir contra los vientos alisios. Sus primeras sedes abrieron en Madrid, Mallorca y Bilbao, además de Gran Canaria y Tenerife. En julio abrió Barcelona y el próximo paso es territorio andaluz, Sevilla. Son los distribuidores de los cargadores de vehículos eléctricos Wallbox en Canarias y partner oficial de Mobility Centro (red de concesionarios de Mercedes-Benz), Volkswagen y Tesla en distintos aspectos de movilidad, baterías y puntos de recarga a nivel estatal.

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