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La cuenta atrás de la calefacción que trae de cabeza a los vecinos: en 2024 se acaba la TUR

Si no se prorroga la tarifa regulada para comunidades de propietarios, miles de ellas tendrán que pasar al mercado libre desde enero

Calefaccion
Un técnico instala un contador individual en un radiador de una vivienda en Madrid.Aitor Sol
Sandra López Letón

El miedo al descontrol del precio del gas regresa a las comunidades de propietarios con calefacción central, que todavía no han olvidado cómo sus facturas se multiplicaron por tres y hasta por cuatro a causa de la invasión rusa en Ucrania y el recorte de la oferta de gas ruso.

Ahora, esperan con cierto temor el primer día de 2024, en el que deja de estar vigente la tarifa de último recurso (TUR) de gas natural para comunidades de vecinos con calefacción central que aprobó el Gobierno mediante un real decreto el 18 de octubre de 2022 ante el fuerte aumento de los precios del gas.

Las comunidades de vecinos acogidas a esta tarifa, con la que han ahorrado en torno al 40% en el gasto de calefacción, ven las orejas al lobo. “Empiezan a ver el problema que puede producirse con la energía y el aumento de sus precios. Se está vislumbrando la subida de precios que se puede producir en el petróleo, y tras este del gas, si Irán entra en el conflicto entre Israel y Hamás”, dice Peio Mendia, tesorero del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAFE).

Si la TUR vecinal no se prorroga, a partir del 1 de enero las comunidades deberán dejar la tarifa regulada y acudir al mercado liberalizado, lo que puede agravar la economía de miles de hogares de cara al invierno. Las comunidades con tarifa regulada están pagando 4,5 céntimos el kilovatio por hora, cuando en el mercado libre está a 7,5 céntimos, si no sube. Es decir, un 66% más caro.

Cierto es que quedan lejos de los precios alcanzados al comienzo de la temporada de calefacción de 2022, cuando se alcanzaron los 15 y 20 céntimos el kilovatio por hora, pero aun así “dobla el coste de 2021 y la situación de inestabilidad en Oriente Próximo puede influir muy negativamente en los precios”, sostiene Mendia.

Los administradores de fincas han solicitado al Gobierno que prorrogue un año más la tarifa de último recurso vecinal o, en su defecto, que la regule. Hablan de “agravio comparativo” respecto a los consumidores con calefacción individual que sí pueden acogerse a las tarifas reguladas de gas.

El Colegio de Administradores de Fincas de Madrid calcula que una comunidad de 120 vecinos tendrá que pagar 25.000 euros más al año por temporada en el mercado libre. “Teniendo en cuenta el temor a una subida de los precios del gas derivada de la guerra de Ucrania y el conflicto de Oriente Próximo, muchos hogares con sistema de calefacción comunitario podrán sufrir pobreza energética durante este invierno”, cree Isabel Bajo, presidenta de ese colegio.

Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico indican que la vicepresidenta tercera Teresa Ribera es partidaria de extender los bonos sociales térmicos y eléctricos a 2024 y eso incluiría la TUR de comunidades de vecinos. Esta ampliación evitaría una fuerte y repentina subida del gas en enero, con el efecto correspondiente en la inflación. Sin embargo, habría que aprobar la medida por real decreto y las fuentes del ministerio consultadas aseguran que ahora mismo, con el precio del gas actual, no se justifica y más con un Gobierno en funciones.

Hay 6.700 contratos de suministro de la TUR de comunidades de vecinos, según datos del Ministerio de Transición Ecológica, si bien no disponen de información sobre el número de hogares cubiertos por esos contratos. Los administradores de fincas estiman que de los dos millones de viviendas con calefacción central que hay en España, en torno a 750.000 se acogieron a esta tarifa regulada. El resto no han cambiado al mercado regulado, ya sea por no tener gas o por no querer poner repartidores de costes.

Para poder pasar del mercado libre al regulado los propietarios tenían que cumplir algunos requisitos, como instalar esos contadores individuales de calefacción o repartidores de costes. En principio, debían hacerlo antes del 30 de septiembre de este año. No obstante, el plazo se ha ampliado y aquellas fincas que hayan comunicado dificultades técnicas o administrativas mediante declaración responsable a la comercializadora tendrán hasta el 30 de septiembre de 2024 para instalar los equipos y enviar el certificado de instalación. Es cierto que ha habido cuellos de botella para instalar estos aparatos. “Hubo problemas de abastecimiento”, indica Pablo García, asesor de Industria del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid. Si no han comunicado esas dificultades técnicas o si no colocan los repartidores en 2024, se les aplicará una penalización del 25% sobre todo el consumo de gas realizado desde que empezó a ser suministrado con la TUR. Aunque sean multados, “les ha salido mejor el haber aplicado el precio reducido más la sanción que haber estado en el mercado libre”, considera Media.

Los administradores de fincas estiman que “solo 400.000 viviendas eran las que tenían que plantearse si poner o no repartidores, ya que el resto de las que usaban gas ya los tenían instalados o estaban en el proceso. No más de un 20%, 80.000 viviendas, habrían colocado contadores para acogerse a la TUR en toda España”, calcula el tesorero de la patronal.

Diferentes son las estimaciones que hace Ista, una de las principales empresas de repartidores de costes. “Se han colocado repartidores en unos 4.000 edificios, aproximadamente 120.000 viviendas, aunque esperábamos que iban a ser muchos más”, dice Ignacio Abati, director general de Ista. En cualquier caso, el ahorro por colocar estos aparatos es superior al gasto. “La compra e instalación está entre 35 y 50 euros, así que la inversión en una comunidad de 150 vecinos ronda los 3.000 euros”, dice García. Aunque la mayoría de los pisos se ha decantado por el alquiler. “Por tres euros al mes, un vecino puede tener instalados los repartidores. Si se instalan además válvulas en los radiadores el coste mensual se incrementa a ocho euros, incluido el servicio de facturación y reparto de calefacción. El ahorro obtenido es de 18 euros al mes por vecino”, concluye Abati. Son 216 euros al año.

Restricciones

A la espera de ver si se prorroga la tarifa regulada, no pocas comunidades de vecinos han decidido mantener las restricciones del pasado año, ya sea recortando horas o retrasando el encendido hasta bien entrado noviembre o incluso diciembre. “El presupuesto de las comunidades está muy resentido y por esto muchas seguirán con las medidas de ahorro”, cuenta Pablo García. Hay fincas que solo pondrán la calefacción de 16 a 21 horas con el consiguiente desagrado de muchos vecinos que dicen pasar frío. La calefacción vuelve a ser un foco de disputas vecinales. Es algo que a los propietarios, con diferentes horarios y costumbres, les cuesta asumir.

Sin embargo, el mayor ahorro no está ahí, sino en dos actuaciones básicas. Una caldera eficiente proporciona un ahorro de entre un 20% y un 30% del consumo de energía. La otra es invertir para mejorar la eficiencia energética de los edificios. “Es un muy buen momento para acogerse a las ayudas de los Fondos ­Next Generation y aplicar métodos de calentamiento pasivos, como las fachadas ventiladas, que pueden ahorrar un 60% del consumo de calefacción en las comunidades”, indica Mendia.

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Sobre la firma

Sandra López Letón
Redactora especializada en el sector inmobiliario, del que informa desde hace más de dos décadas. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en EL PAÍS. Actualmente, escribe en el suplemento de información económica 'Negocios'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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