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La escuela ‘online’ que nació en Twitch durante el estado de alarma y ya factura dos millones de euros

Ucademy, fundada por los veinteañeros Ramiro Zandrino, Pablo Prieto y Miquel Palet, se abre paso en Latinoamérica

Ucademy
Los fundadores de Ucademy, Pablo Prieto, a la izquierda, y Ramiro Zandrino.

Con 28 años, Ramiro Zandrino ya sabía lo que era tener éxito emprendiendo. Tras poner en marcha varios proyectos decidió darse un respiro. En 2021 decidió visitar junto a Pablo Prieto, de 27 años, y Miquel Palet, de 22, distintos países asiáticos. Cuando llevaban tres meses en Bali, consiguieron dar forma a una plataforma dedicada a la formación online. Funcionó tan bien que acortaron su gira asiática y a principios de 2022 volvieron a Madrid para impulsar una compañía que ese año facturó ya dos millones de euros. Fue tan rápido y rentable que decidieron premiar a su plantilla, entonces de casi 50 personas, a pasar 15 días en Bali. “Era una recompensa para ellos, pero también para nosotros porque nos quedamos con la espinita de no pasar allí más tiempo”, subraya Zandrino, hoy director ejecutivo de la empresa.

Para encontrar el origen de Ucademy hay que hacer otro viaje, esta vez en el tiempo, un poco más atrás, al estado de alarma. El hermano de este emprendedor estudiaba entonces bachillerato. Tenía ganas de mejorar la preparación de las pruebas de acceso a la Universidad, pero con los institutos cerrados, tenía dificultades. Zandrino y un par de amigos le solucionaron la papeleta dando clases de Matemáticas en directo en Twitch, plataforma a la que se apuntaron otros compañeros del chaval. Luego ampliaron a Física. No fue más que un pasatiempo, pero les permitió comprobar que había interés por la educación online y que con la pandemia iría a más. Hoy la compañía tiene cerca de 70 personas empleadas, un centenar de docentes colaboradores externos y aspira en 2023 a duplicar su facturación hasta superar los cuatro millones de euros.

La plataforma funciona con una suscripción que permite al alumno acceder a los contenidos que necesite para sus estudios. Cuenta con el apoyo de un tutor, llamadas de seguimiento cada 15 o 30 días para conocer si se están cumpliendo los hitos propuestos o si hay algún problema de desmotivación o estancamiento en el aprendizaje; y se apoya en una comunidad con la que interactuar. Hay apuntes actualizados y temas teóricos para descargar, así como clases en directo o píldoras informativas y otros materiales. “Es un método personalizado que conjuga metodología, tecnología y el apoyo de especialistas. La formación online está estigmatizada por la falta de relación personal, pero tiene cosas muy buenas: flexibilidad, ir a tu ritmo, que seas totalmente autónomo para formarte”, señala Zandrino. Hasta el momento más de 3.000 personas han estudiado ya con Ucademy.

Muchos de ellos son jóvenes que buscan mejorar sus notas para asegurarse plaza en la carrera que quieren estudiar o que, simplemente, quieren repasar para llegar mejor preparados al examen. Pero hay más perfiles, porque si el proyecto arrancó con el foco principal puesto en la antigua selectividad, poco a poco fue ampliándose hacia otros sectores en los que igualmente hay que superar un examen para conseguir un puesto de trabajo. Primero probaron con las oposiciones para plazas de administrativo. Luego continuaron con otros mercados —algunos con más suerte que otros— para procesos de oposición en Correos, educación, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, sanidad y Hacienda. Los precios rondan entre los 1.000 y 2.000 euros.

Ahora en Ucademy están investigando igualmente el mercado en Latinoamérica, porque hay muchas personas interesadas en preparar las pruebas de acceso a las universidades españolas. Además, también están validando la opción de preparar los exámenes que permiten, en México y Chile, llegar a la educación superior. En este último país arrancaron su primera formación en junio. “Queremos ver cómo funciona todo y, a partir de ahí, estudiar si tiene sentido crecer hacia allá y la manera de hacerlo”, apunta el empresario, que tiene ya un amplio recorrido como emprendedor.

A pesar de su juventud, Zandrino arrancó su primer proyecto en 2018 con un negocio en el que unas personas llevaban IPad con contenidos publicitarios en sus mochilas, a la vista de cualquier persona. Lo vendió a los cinco meses e ideó otro proyecto de digitalización de hoteles

—que también le compraron— y otro más de educación, centrado en pequeñas lecciones a padres y profesores para trabajar con niños con necesidades especiales.

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