_
_
_
_
_

Los ricos quieren viviendas con un museo dentro

El cliente de alto poder adquisitivo empieza a demandar inmuebles con piezas de arte en su interior, que puede revalorizarlas hasta un 15%

Vivienda
Los clientes de las viviendas de alta gama cada vez buscan propiedades más exclusivas. El arte les da esa singularidad.

El mercado del lujo sigue al alza. Un estudio realizado por Bain & Company y Altagamma proyecta un crecimiento del sector de artículos personales de entre un 5% y un 12% en 2023. En 2022, el arte, por ejemplo, experimentó un incremento cercano al 7%. Y la vivienda no es una excepción para los consumidores de alto poder adquisitivo.

Según la inmobiliaria Lucas Fox, “los potenciales compradores de casas buscan propiedades cada vez más exclusivas y llamativas, y las piezas de arte integradas en el espacio interior o en los jardines marcan la diferencia”. El arte se ha convertido en una opción de inversión donde se buscan revalorizaciones más rápidas que, como mínimo, conserven su valor en el tiempo. Pero más allá de esta rentabilidad, las obras despiertan también la sensibilidad del comprador.

“Desde nuestra experiencia, el valor que le da el propietario a las obras de arte no es el mismo que le da el comprador, ya que el primero lo ha comprado en su mayoría por gusto personal, porque le interesaba el artista o porque representaba algo para él. Sin embargo, el comprador lo percibe más como un activo o elemento decorativo”, comenta Rémi Gaich, director de Lucas Fox Ibiza.

Esto hace que las obras de arte se excluyan del precio de la vivienda y, si el comprador quisiera mantenerlas, tendría que negociar su compra. Lógicamente, aporta un extra al conjunto, en torno al 15%, según Lucas Fox, pero el comprador tiene que estar dispuesto a querer deshacerse de su colección en una posible venta, algo que no es muy común. De hecho, el número de propiedades que se venden con obras en su interior es residual, dice Pablo López, máster franquiciado de la inmobiliaria Kensington en Madrid: menos del 5%.

La decoración y el diseño son un valor añadido en la venta de viviendas de lujo. Algunas propiedades están diseñadas específicamente para exhibir obras de arte, con espacios orientados a galerías o salas de exposición.

Baleares, Barcelona, Madrid… cobijan las casas con arte más exclusivas de Lucas Fox, que tienen un precio de entre millón y medio y ocho millones, un portfolio que representa el 25% de la oferta de esta inmobiliaria.

Para Gaich, “la sinergia entre el arte y la arquitectura crea una experiencia visual única y potencia el valor tanto de la propiedad como de las obras en sí”. El valor arquitectónico de una casa despierta el interés de un segmento de cliente que busca propiedades singulares, “edificios con carácter”, con escaleras majestuosas, lienzos y otros elementos de época que aportan singularidad. “La desventaja de este tipo de propiedades es que en su mayoría están protegidas y son muy pocas las modificaciones que pueden hacerse”, dice el director de Lucas Fox Ibiza.

Es difícil establecer un perfil tipo de comprador de vivienda de lujo con arte. “Si tuviera que hacer un retrato robot, diría que son personas a partir de los 40-45 años, que han triunfado en su campo profesional y quieren disfrutar de ello rodeándose de un entorno afín a sus experiencias y que refleje su personalidad a través de las creaciones artísticas”, piensa López.

Diego Megía, financiero afincado en Londres, pero con una pasión compartida con Menorca, adquirió en 2020 una de las propiedades más exclusivas junto a la bocana del puerto de Ciutadella.

Este experto relaciona el segmento residencial de lujo con el arte desde la conexión que tienen sus propietarios con las obras que la integran. Patrono de distintas entidades culturales, entre ellas la Fundación Chillida-Leku, Megía considera que el arte puede ser un elemento interesante de asociación y revalorización para Menorca. Galerías de primer nivel como Hauser & Wirth o Cayón así lo han identificado, y cada vez hay más proyectos empresariales vinculados al arte y su disfrute, como el nuevo hotel Sant Ignasi en Ciutadella.

Y pese a ello, Megía considera que el arte no revaloriza la vivienda porque las obras están íntimamente ligadas a la sensibilidad de sus dueños. Ni por un momento, confiesa, se plantearía vender su propiedad con toda su colección.

También la pintora Marieta Quesada, de familia muy vinculada al mundo del arte en Galicia, destaca la necesidad de asociar la obra de arte al entorno, que este ayude a crear. “Si has creado un cuadro para un lugar determinado, es en este lugar donde debe estar”, piensa. Recientemente, Quesada adquirió a Lucas Fox una casa que compró por internet, sin verla físicamente, en Gondomar, a un paso de Vigo. “Esta vivienda es por sí misma artística, me inspira para pintar; de alguna manera se ha convertido en un lienzo para mis obras de arte”, comenta.

“Desde el punto de vista del coleccionismo, el arte no se entiende como un elemento decorativo”, manifiesta Sergio Sancho, coleccionista y director de la feria de arte Can Art. “Creo que los objetos y las antigüedades marcan mucho el carácter de la persona que habita la casa, y por ello le dan personalidad. Cada vivienda tiene unas características concretas y las piezas de arte han de ser colocadas con la intención de ser vistas y realzadas. La forma en que se exhiben hará que luzcan mucho más”, recalca.

“Desde que empecé a coleccionar, ya no concibo una vivienda sin arte”, reconoce. Actualmente está reformando su casa en el madrileño barrio de Salamanca, una reforma que, según expresa, mejorará la experiencia de habitabilidad en la que cobra mucha importancia la luz. “Antes tienes que ver las posibilidades que tiene la casa en cuanto a paredes y espacios para poder encajar las obras”, recomienda Sancho.

Inmobiliarias que diversifican su negocio

Como un proceso natural derivado del negocio de venta de viviendas de lujo, los clientes de las inmobiliarias suelen solicitar asesoramiento en temas relacionados con sus propiedades, que siempre están vinculadas a su estilo de vida, siendo muchos de estos propietarios amantes del arte o incluso coleccionistas. Así es como, por ejemplo, la inmobiliaria Kensington creó su propia división, que promociona sobre todo artistas noveles.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_