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La empresa que convierte el poso del café en setas

La catalana Noah Ecoliving apuesta por la regeneración de residuos y la economía circular con un kit de cultivo para obtener hongos comestibles en casa

Noah Ecoliving
Eduardo Iglesias y Cristina Sánchez, fundadores Noah Ecoliving, que utiliza los posos de la bebida como abono para hacer crecer hongos comestibles.

Después de fracasar con varios proyectos empresariales, a Eduardo Iglesias (Lleida, 34 años) le llegó el éxito por su vena ecologista y consumidor cafetero; dos facetas que comparte con su socia y pareja, Cristina Sánchez, de 30 años. En diciembre lanzaron la empresa Noah Ecoliving para producir setas cultivadas en borras de café, y ya han logrado unos resultados comerciales meteóricos al multiplicar casi por tres su inversión inicial de 30.000 euros. El plan de negocio prevé alcanzar los tres millones de facturación para 2025. “El impacto comercial ha sido muy rápido”, afirma el empresario afincado en Barcelona.

La empresa abrió dos líneas de negocio. La primera, con la recogida del poso en cafeterías y restaurantes para crear un sustrato idóneo donde crecen setas saludables aptas para la alimentación. Las bolsas de sustrato son inoculadas con las esporas del hongo que se almacenan en unas condiciones especiales de temperatura y humedad. Al cabo de unas semanas han obtenido la conocida seta ostra o gírgola que venden como producto fresco a la hostelería, supermercados y comercios de alimentación.

La otra línea se centra en la venta online de un “kit de cultivo” para producir setas en casa. El envase de plástico reciclado y biodegradable contiene unos cinco kilos de poso de café, y su precio es de 15,45 euros. La idea tiene fines didácticos y su divulgación en redes sociales ha facilitado que la empresa pueda dar talleres en centros escolares.

Noah Ecoliving suma ahora un nuevo reto: darle una segunda vida a los viejos contenedores marítimos (hay miles de ellos abandonados) para cultivar sus setas en ellos. “Con esta propuesta de reciclaje queremos presentar una alternativa a la utilización de los invernaderos de plástico y convertir cientos de escombros en algo útil, positivo y circular”, añade Iglesias, que incluso piensa reutilizar estas estructuras para sus oficinas.

El negocio es un prototipo de economía circular enfocado en la creación de valor añadido a partir de la regeneración de residuos, como el del café, para reducir la extracción desenfrenada de los recursos naturales. Por cada 1.000 kilos de poso que no se tiren como basura, se estima un ahorro de 138 kilos de CO2. “Un hábito de consumo que minimizará la emisión de gases de efecto invernadero, uno de los mayores retos del planeta”, explica Iglesias, que destaca los pilares de su filosofía empresarial: “Espíritu comercial y divulgativo, creando valor, porque no solo vendemos setas, sino sostenibilidad”. Su fuente de inspiración fue un libro, La economía azul, obra del emprendedor belga Gunter Pauli. Luego se formó en Serbia con la microbióloga Ivanka Milenkovic, para acabar en Holanda, donde aprendió las fórmulas magistrales de los pioneros del negocio.

Este modelo de negocio ya ha sido premiado por la Universidad de Barcelona, la Fundación de Turismo, Hostelería y Gastronomía, la Diputación de Tarragona y por la Barcelona School of Tourism, Hospitality and Gastronomy. El kit para el cultivo en casa se presentará en la próxima edición de la feria multisectorial ExpoEbre de Tortosa, a la que Iglesias ha sido invitado para contar su aventura empresarial.


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