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Cómo sacar partido a la inteligencia artificial en Bolsa

El bum de ChatGPT ha despertado el interés por invertir en este tipo de compañías. Son valores con potencial pero también muy volátiles

Presentación en Pekín el pasado 16 de marzo de un sistema equivalente a ChatGPT.
Presentación en Pekín el pasado 16 de marzo de un sistema equivalente a ChatGPT.Qilai Shen (Bloomberg) (Bloomberg)

Probablemente hace pocos días plantearse invertir en inteligencia artificial (IA) sonaba estupendamente; parecía una clara apuesta de futuro. El chatbot ChatGPT, delicia de estudiantes y también profesionales para hacer todo tipo de trabajos, presentaciones, comentarios o traducciones, estaba en boca de todos. En tan solo cinco días desde su lanzamiento en noviembre de 2022 ya superaba el millón de usuarios, algo sin precedentes en la historia de la tecnología, mucho más rápido que TikTok o Instagram. En los dos primeros meses de 2023, las cifras apuntaban a 100 millones de usuarios activos mensuales. No solo era el ChatGPT de OpenAI; desde el universo tecnológico se anunciaban avances varios en chatbots de música, imágenes, vídeos o voz y el desarrollo de nuevas aplicaciones gracias a la IA en áreas como la codificación y el desarrollo de software, la seguridad de los datos, la educación, la medicina y todo un largo etcétera.

Desde hace unos días, sin embargo, el mundo vive un nuevo tsunami financiero provocado tras la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) que no solo ha inoculado miedo en el cuerpo de gran parte de los inversores respecto al sector bancario y su salud, sino también en todo lo que rodea al mundo de la tecnología, las start-ups o la IA creativa (o generativa IA) propia de este tipo de chatbots, tan de moda.

Con todo, y a pesar de las muchas precauciones que en momentos de incertidumbre y volatilidad como los actuales deben tomarse, los expertos consultados no dudan que en el futuro simplemente habrá más IA, que impactará en prácticamente todos los sectores económicos y que, por tanto, éste puede ser un buen momento para, a largo plazo, canalizar una parte de la cartera de inversión hacia este terreno. Siempre, eso sí, asumiendo un significativo nivel de riesgo y volatilidad en el corto plazo.

Tobias Rommel, gestor de DWS Artificial Intelligence, está convencido de que “los fondos de gestión activa son el mejor vehícu­lo para invertir en un espacio complejo y en rápida evolución como el de la IA”. Desde su punto de vista, “una cartera cuidadosamente seleccionada de empresas que se benefician de la IA podría generar un alfa [rentabilidad superior a la del mercado] significativa, en comparación con una cartera general, ya que los ganadores de la IA serán disruptores del statu quo, alterando potencialmente las posiciones competitivas existentes e incluso revolucionando industrias enteras”. A pesar de estas expectativas, Rommel precisa que “las empresas de IA suelen ser inversiones de growth (crecimiento), por lo que son más volátiles que el mercado en general, ya que son susceptibles a cambios en las expectativas de crecimiento o en las tasas de descuento”. Se trata, según explica, de “una inversión adecuada para los inversores a largo plazo que siguen un plan de ahorro e invierten regularmente cierta cantidad de dinero, beneficiándose del efecto coste medio”.

Alison Porter, responsable de la gestión de las estrategias global technology leaders y sustainable future technologies en Janus Henderson, reconoce que la mayoría de edad de la IA está cada vez más cerca y, “aunque estamos entrando en un periodo de hype cycle [sobreexpectación]”, los inversores deben adoptar una visión a largo plazo, “ya que los casos de uso están en las primeras etapas de evolución, mientras que los costes de aplicación de la IA están aumentando exponencialmente”. En su opinión, los formatos prácticos tardarán en evolucionar, y se necesitan más mejoras en términos de experiencia de usuario/interfaz —que la próxima iteración GPT-4 podría aportar—, así como vías hacia la monetización.

“Aunque la IA y ChatGPT ofrecen oportunidades interesantes, también hay obstáculos normativos que superar hasta que se produzca una adopción a gran escala”, explica, añadiendo que “los inversores deberían centrarse en comprender la curva de adopción y centrarse en expectativas realistas de rentabilidad, no solo en el crecimiento de los ingresos derivados de los casos de uso”. Con todo, cree que “existe una oportunidad significativa para que los hiperescaladores como Amazon Web Services, Microsoft Azure, Google Cloud Platform y Meta aceleren el despliegue de procesos de IA para sus propias aplicaciones, y a largo plazo esto creará retos competitivos en un amplio espectro de proveedores de software de aplicaciones”.

Johannes Jacobi, especialista de producto sénior y director de Allianz Global Investors, está convencido de que en el futuro habrá más IA y de que se hablará de ella y mucho a lo largo de todo este 2023. “La inversión en este campo sigue siendo una prioridad para las empresas de muchas industrias y sectores, que buscan formas de mejorar su posicionamiento competitivo y sus perspectivas de crecimiento”, explica. Para Jacobi, no se trata, por tanto, solo de la tecnología en sí misma, sino de su uso y aplicación en todos los campos; desde la publicidad, la agricultura, la automoción, el comercio minorista, las finanzas, la salud, la automoción… Por eso, cree que invertir ahora en este entorno de IA debe ir “más allá de las propias tecnológicas para ser parte de la próxima historia de crecimiento económico”.

Consciente de que la volatilidad en los precios de las compañías de este segmento es ya importante, y probablemente continúe en los próximos meses, “la IA es una inversión de riesgo, que debe orientarse a largo plazo”, dice. A su juicio, éste podría ser un momento positivo para tomar posiciones porque las correcciones de precio que han experimentado muchas de las compañías vinculadas a este entorno han sido muy significativas. “Encontramos oportunidades tanto en Estados Unidos como de nuevo en China, otro de los centros tecnológicos del mundo”, concluye.

Nombres propios

Es cierto que todos los expertos recomiendan la toma de posiciones en empresas vinculadas a la inteligencia artificial o en otras pertenecientes a aquellos sectores que se ven o se verán impulsados por ella a través de fondos de inversión, básicamente por las dificultades que plantean su selección y análisis. Al margen por supuesto del riesgo que incorporan y de que probablemente, según los analistas, no todas ellas obtendrán resultados positivos en este terreno. Son, sin embargo, también conscientes de que para los inversores puede resultar tentador, aunque el riesgo es sensiblemente superior, acercarse directamente a éstas.

He aquí, por orden alfabético, sin entrar en ningún tipo de valoración, una lista no exhaustiva de compañías, americanas y asiáticas, que hoy por hoy son relevantes en el mundo y en el entorno de la IA: Advanced Micro Devices, Alibaba, Alphabet, Amazon, Baidu, Broadcom, Cloudflare, Elevance Health, Enphase Energy, Intuitive Surgical, Meta, Microsoft, Nvidia Corporation, ON Semiconductor, Palantir Technologies, Schneider Electric, Taiwan Semiconductor y Tesla, entre otras.


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