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Carmen Reinhart: “El euro generó expectativas, pero aún es una moneda fragmentada”

La ex economista jefa del Banco Mundial recuerda que el dólar, a pesar de sus puntos débiles, sigue siendo el refugio por excelencia cuando hay una crisis por la liquidez de sus letras del Tesoro

Carmen Reinhart
La economista Carmen ReinhartMartha Stewart

“Desde la Segunda Guerra Mundial, el dólar ha tenido sus momentos álgidos y sus fases de debilidad, pero no ha dejado de ser la moneda dominante en el mundo en muchos sentidos”, dice la ex economista jefa del Banco Mundial Carmen Reinhart. A la actual profesora de Sistema Financiero Internacional en la Universidad de Harvard, el debate en torno a la pérdida de atractivo que puede haber sufrido la divisa estadounidense tras la decisión de la Casa Blanca de congelar las reservas en dólares de Rusia le parece poco fundamentado. Entre otras razones, dice, porque sigue sin haber alternativa al billete verde como moneda de referencia.

“China quiere internacionalizar el renminbi, pero todavía no tiene una moneda convertible”, explica Reinhart durante una entrevista telefónica con Negocios. Habla con un perfecto acento cubano: nació en La Habana en 1955, pero a los 10 años emigró a Estados Unidos junto a sus padres. “Gracias a la ayuda de mis coautores, Sebastian Horn y Christoph Trebesch, tenemos muchos trabajos sobre los préstamos de China al resto del mundo, especialmente a los países emergentes. Y una de las cosas más interesantes de esos informes es que esos préstamos de China también están denominados en dólares”.

En su opinión, las sanciones financieras a Rusia por la invasión de Ucrania no provocarán una huida del dólar entre los países que teman entrar en colisión con Estados Unidos porque ni siquiera son una novedad. “Cuba lleva más de medio siglo con sanciones de Estados Unidos”, recuerda. “El dólar no es la moneda dominante porque la gente lleve dólares en bolsas, sino porque el mercado de letras del Tesoro de Estados Unidos es el más líquido del mundo”.

Pregunta. Muchos bancos centrales han diversificado la composición de sus reservas para incluir al euro, pero el dólar sigue siendo la principal moneda de intercambio, ¿a qué se debe?

Respuesta. El euro había generado muchas expectativas porque unió el bloque del marco alemán, muy seguido por los países de Europa, con el bloque de las antiguas colonias de Francia en África. Pero aún es una moneda fragmentada. La gente compra bonos de Alemania, deuda francesa o deuda de Italia, pero no hay un mercado unificado que compita con el de la deuda del Tesoro estadounidense. Por eso, aunque las crisis comiencen en Estados Unidos, la gente se refugia en el dólar cuando llegan los problemas: compras dólares y sabes que puedes irte de la fiesta cuando quieras. Antes de la crisis de 2008, la gente podía pensar que los bonos de Portugal eran buenos sustitutos para los bonos de Alemania, porque todos tenían más o menos el mismo riesgo soberano. Pero por mucho que trate el Banco Central Europeo de mantener controlado el nivel de riesgo, ahora está bien claro que no son los mismos mercados.

P. China se ha propuesto pagar en moneda local el petróleo adquirido a los países del Golfo en un plazo de cinco años, ¿puede ser el principio del final para el dólar como moneda de referencia?

R. Los países necesitan comprar petróleo, sí, pero también necesitan pagar otras cosas. Los renminbis no se van a poder usar para pagar deuda en dólares, que es la moneda en la que incluso China ha prestado a muchos países. Otro factor que va en contra del renminbi es la falta de democracia y el miedo a la confiscación. Entre los años 2000 y 2013, China tuvo un crecimiento promedio espectacular del PIB real, superior al 10% anual. Cuando les iba tan bien, hablaban mucho de internacionalizar el renminbi y ahí yo los creía más, porque estaban propiciando que el FMI los incluyera en los derechos especiales de giro, hablaban de aumentar las cuotas del país… Todo lo que hacía falta para hacer su divisa más convertible. Pero entonces llegó 2015, la economía china sufre un frenazo y la tasa de crecimiento del país pasa de más del 10% a estancarse en una cifra alrededor del 6%, una envidia para el resto del mundo pero casi la mitad de la que tenía el gigante asiático. Ahí empezaron a perder una barbaridad de reservas. ¿Y cuál fue el mecanismo de intervención? Apretar los controles de capital que ya tenían. Para que una moneda haga de reserva internacional debe ser convertible, y desde 2015, el renminbi ha estado sujeto a muchas más restricciones.

P. El Congreso de Estados Unidos está a punto de revivir la pelea por el techo de la deuda que en otras ocasiones ya ha hecho sonar la palabra default, (suspensión de pagos). ¿Qué le ocurriría al dólar en un escenario en que el Partido Republicano se niegue a permitir más endeudamiento?

R. El dólar ha sido la moneda dominante desde 1945, pero también ha tenido sus momentos negros. En el año 1973, cuando explota el sistema de Bretton Woods y [Richard] Nixon hace la devaluación contra el oro, el dólar pierde terreno y gana popularidad el marco alemán. Después de 1973 vienen los shocks petroleros y la inflación, algo que también daña al dólar porque ya no es percibida como una moneda estable. Pero luego aparece Paul Volcker y sube mucho los tipos de interés hasta que otra vez en los años ochenta el dólar empieza a apreciarse de una manera bárbara. Es verdad que si Estados Unidos un día hiciera un default entraríamos en otro mundo. Pero lo que yo creo es que, como en casos previos, alguien se va a asustar después de mucho drama y de mucho debate y se va a terminar la pelea. Ese ha sido el patrón hasta ahora. En el debate sobre el techo de la deuda del año 2011 [la agencia de calificación de riesgo crediticio] Standard & Poor’s llegó a bajarle la nota de solvencia a Estados Unidos por toda la incertidumbre política que se había generado. Yo no descarto nada, pero que Estados Unidos haga default sigue siendo un gran salto adelante que no veo.

P. Argentina y Brasil hablaron en enero de crear una moneda compartida entre las dos naciones, ¿cuál es su perspectiva?

R. Argentina, desde que estaba [Mauricio] Macri en el poder, ha estado insinuándose a Brasil, pero los brasileños son escépticos y no van a ofrecer ningún tipo de garantía. Si Argentina tiene un problema, ellos no van a hacer préstamos a Buenos Aires para apoyar una moneda común. No le van a transferir recursos a Argentina.

P. ¿Y si esa moneda común se reduce a una unidad de cambio para ciertas transacciones de comercio?

R. Entonces será un nuevo tipo de cambio en la política cambiaria de Argentina, un país donde el dólar blue [el del mercado negro, también llamado mercado paralelo] está vivo y coleando. Brasil sí tiene un tipo de cambio unificado y debe tener mucho cuidado para que Argentina no le haga vulnerar el artículo 8 del Fondo Monetario sobre prácticas de tipo de cambio múltiple.

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