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La paradoja verde de Acciona

La filial de renovables de la empresa controlada por la familia Entrecanales supera en más de 2.000 millones de euros el valor en Bolsa de la matriz

Parque eólico de Acciona Energía en Australia.
Parque eólico de Acciona Energía en Australia.David Simmonds

Hay nombres y apellidos que marcan. José Entrecanales Ibarra (Bilbao, 1899) pudo estudiar cualquier carrera, pero eligió trabajar entre canales, caminos y puertos. Se hizo ingeniero y fundó la compañía Entrecanales y Tavora, la simiente del Grupo Acciona. Tres generaciones después, la familia Entrecanales se mantiene como una de las más poderosas de España y su grupo empresarial —infraestructuras, energía, agua y servicios financieros— profundiza en la evolución desde sus orígenes, la construcción, hacia las energías renovables. Con tanto éxito que la filial verde del grupo, Corporación Acciona Energías Renovables, ANE según su ticker bursátil, supera en capitalización a la matriz (ANA) en 2.197 millones (12.076 millones frente a 9.879 millones a principios de esta semana).

Acciona, con un beneficio neto de 201 millones —un 36% más hasta junio de 2022—, fía presente y futuro a cumplir con los factores que convierten a una compañía en sostenible. La compañía saca pecho. La transición es el fruto del golpe de timón que José Manuel Entrecanales Domecq y su primo Juan Ignacio Entrecanales Franco, tercera generación al frente de la empresa, aplicaron en Acciona en 2005. Una apuesta por la electricidad y el viento que los convirtió en pioneros, junto a Iberdrola, del gran negocio eólico tras algunos escarceos con las telecos (Airtel o Vodafone).

Los Entrecanales viraron desde la construcción a la electricidad como otros grandes del sector, caso de Florentino Pérez (ACS), los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer o la familia March. En el viraje obtuvieron conocimiento y habilidades para competir en la premier league empresarial. Acciona participó en la batalla por el control de Endesa y engrasó su maquinaria. En 2009, tres años y muchos pulsos después, vendió el 25% de la eléctrica a cambio de 8.200 millones en efectivo y 2.105 megavatios (MW) renovables.

Acciona ha encontrado en las renovables su piedra filosofal. Ha logrado un conjunto de proyectos (pipeline) con tecnologías diferentes y presencia en 18 países que determinan un perfil de bajo riesgo. Con dos empresas en el Ibex 35 —Acciona y Corporación Acciona Renovables—, el conglomerado emplea a 37.500 trabajadores en todo el mundo, ha diversificado negocio y riesgos. Hoy tiene como motor de crecimiento su filial de renovables, que controla en un 82,7%. Su estructura es la de un holding centrado en las renovables, complementado con negocios de carácter más cíclico como la construcción, las concesiones, el negocio inmobiliario y las infraestructuras. En Bolsa, el viaje no ha ido mal para la matriz: en cinco años ha pasado de cotizar a 67 euros por acción a 180 euros, un 168% de revalorización.

ANE, la filial renovable, representa entre el 80% y el 85% del valor total de Acciona (VE, capitalización menos deuda). Para el ejercicio 2022, las estimaciones apuntan a que el 80% de los resultados brutos (ebitda) del grupo procederán de las renovables, entre un 15% y un 17% de las infraestructuras y entre un 4% y un 5% del resto de los negocios. Los 11,2 GW verdes instalados a finales de 2022 son la gran baza. La energía, pero también los servicios en torno al agua, son negocios en crecimiento y la evolución de los precios, de las inversiones y la regulación abonan el terreno.

Pero separar el principal activo de una sociedad en una entidad cotizada puede llevar a la matriz a perder su atractivo a largo plazo. ¿Puede ser el caso de Acciona? Eduardo Imedio (Renta 4) piensa que no. “No influye en la actividad tradicional. Las dos patas van muy bien. Simplemente siguen su camino. Energía crece más rápido y es normal que cada vez tenga más peso, pero no porque las otras actividades lo hagan peor”. ANE no enterrará a ANA. Acciona es, al fin, una empresa familiar que busca proyectos a largo plazo. Con un añadido: geográficamente, Acciona está bien colocada. Su exposición se centra en mercados desarrollados. De las zonas de mayor riesgo, África, Asia o Latinoamérica, apenas si llegan un 15% de los ingresos.

Aranzazu Bueno (Bankinter) destaca que, si bien Acciona Energía representa la mayor parte del valor del grupo, a la división de infraestructuras también le va bien. “La cartera de infraestructuras del grupo está en máximos históricos”, asegura. Son más de 20.500 millones de euros según los datos hechos públicos por la compañía y buena parte corresponden a proyectos público-privados como la línea 6 de metro de São Paulo, en los que el flujo de fondos está asegurado.

Infraestructuras

En el negocio de infraestructuras, Australia es clave. Acciona ha logrado poner el pie en un país con márgenes muy favorables y fuertes barreras de entrada a la competencia mediante la compra de la cartera de proyectos de Lendlease Engineering. El grupo tiene ya más actividad constructora en las antípodas que en España. Es el mayor mercado para el área de infraestructuras, con un peso en los ingresos por construcción del 33%, por el 20% que supone el mercado doméstico.

Las sombras en marcha del grupo son la subida de los tipos de interés, el encarecimiento de materiales, la volatilidad en los precios del mercado eléctrico y el riesgo regulatorio/político, que pueden afectar a los nuevos desarrollos renovables. Riesgos controlados, según la compañía. Acciona aprovechó la colocación de Renovables en Bolsa en 2021 para reestructurar la deuda. En 2020, la relación deuda neta/beneficio bruto era de 4,2 veces y en 2021 fue de 2,9. A junio de 2022, la deuda del grupo se situaba en 5.000 millones, con un coste de financiación del 2,27%.

Sobre la deuda, los analistas de BNP establecen un antes y un después de la salida a Bolsa de la filial. “Antes, quizá sí era un factor que podría haber reducido su velocidad de crecimiento, pero levantaron más de 1.500 millones. Al hacerlo, su ritmo de crecimiento actual es mucho mayor”. Ángel Pérez (Renta 4) analiza la fórmula de ese crecimiento: “Hay cierta sinergia, verticalidad, entre los negocios; el de construcción apoya al de agua en el desarrollo de las plantas de potabilización; tienen una participación en Nordex, fabricante de aerogeneradores, que cotiza en Alemania y que, aunque no aporta mucho a resultados, es importante en esa verticalidad, y construcción y servicios también han tenido complementariedad por geografía y evolución”.

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