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Política monetaria
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fed y BCE: buen balance

La Reserva Federal emite un mensaje claro que destierra cualquier percepción de displicencia ante el fuerte aumento de la inflación: actuará y lo hará más rápido

El presidente de la Fed, Jerome Powell.
El presidente de la Fed, Jerome Powell.POOL (Reuters)

Las últimas reuniones de la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) se saldan con una respuesta apropiada a la evolución previsible de la pandemia y a las expectativas de evolución del crecimiento y la inflación en ambas economías. La retirada de estímulos se acelera en ambos casos, aunque a distinta velocidad.

La Fed revisa al alza la inflación prevista para 2022 (sobre todo) y 2023 (en menor medida), rebaja la tasa de desempleo y acelera la reducción de las compras netas de deuda. Salvo imprevisto, estas terminarán en marzo, abriendo la puerta a una primera subida de tipos en mayo. La senda de subidas es ahora algo más agresiva: tres alzas de 25 puntos básicos el año que viene, dos más en 2023 y dos adicionales en 2024 (con fuerte disenso). El nivel de llegada a largo plazo para el tipo de intervención, estable en el 2,5%.

Las decisiones del comité de política monetaria (FOMC) de la Fed sustancian el giro realizado por el presidente de la institución, Jerome Powell hace unas semanas. La institución emite un mensaje claro que destierra cualquier percepción de displicencia ante el fuerte aumento de la inflación: actuará y lo hará más rápido.

La significativa moderación de la compensación por inflación futura exigida por el mercado a medio plazo (de 3,20% a 2,75% a un plazo de cinco años en el último mes) confirma que el mercado percibe el giro de la Fed como una mayor garantía de control de los precios; ayudando a mantener ancladas las expectativas de inflación de los agentes y minimizando el riesgo de espirales alcistas. En definitiva, mayor credibilidad. La positiva reacción de las Bolsas refrenda esta percepción: el equilibrio en el mensaje de la Fed permitiría minimizar el riesgo de que la inflación se descontrole, limitando el impacto negativo sobre el crecimiento en un ciclo que aún tiene recorrido, más allá de la moderación de la actividad a corto plazo que supondrá la ola ómicron.

El Consejo de Gobierno del BCE celebrado el pasado jueves se salda con el pistoletazo a un plan de salida gradual del “modo crisis”, que pasa por una reducción notable de la adquisición de deuda a partir del próximo marzo, con posibilidad de aceleración en caso de ser necesario. La medida implica menor apoyo —pero no ambigüedad en caso de ser necesario— a los mercados de deuda periférica. Las decisiones son apropiadas ante la expectativa de continuidad de una recuperación económica robusta y el avance en el cumplimiento del objetivo de inflación, cuya actual proyección está sujetas a riesgos al alza. Aún lejos de señalar un cambio en la guía de tipos (no esperamos subidas hasta final de 2023), su ocurrencia es hoy algo más probable.

José Manuel Amor y Javier Pino son profesores de Afi Escuela de Finanzas.

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