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Bruselas estrecha el cerco sobre Temu, el portal de comercio electrónico chino

Las autoridades de consumo de la UE y la Comisión Europea acusan al rival de Amazon de incumplir las normas europeas y le dan un mes para rectificar

Un usuario abre la aplicación de Temu.
Un usuario abre la aplicación de Temu.Dado Ruvic (REUTERS)
Manuel V. Gómez

Más presión sobre uno de los rivales chinos de Amazon, Temu. El consejo que agrupa a las autoridades de Consumo de los diferentes Estados de la UE y la Comisión Europea ha denunciado que esta plataforma de comercio electrónico va contra las normas de la Unión para proteger a los consumidores y le ha ordenado que corrija su actitud. La demanda llega apenas una semana después de que el propio Ejecutivo comunitario abriera una investigación contra Temu por sospechas de incumplir con determinados aspectos del reglamento de servicios digitales (DSA, por sus siglas en inglés).

La plataforma china tiene a partir de ahora un mes para responder a estas acusaciones y explicar qué remedios va a aplicar. “En función de la respuesta de Temu, la red de autoridades de consumo podrá entablar un diálogo con la empresa. Si Temu no aborda los problemas planteados, las autoridades nacionales pueden adoptar medidas coercitivas para garantizar el cumplimiento. Esto incluye la posibilidad de imponer multas basadas en el volumen de negocios anual de Temu en los Estados miembros afectados”, explica la Comisión Europea.

Temu es uno de los grandes portales chinos de comercio electrónico, caracterizados por una política comercial agresiva, como también lo es Shein. El pasado 31 de mayo Bruselas designó a Temu como uno de los actores destacados dentro del mercado digital y, por tanto, tiene una serie de obligaciones adicionales y mayor responsabilidad en virtud de ese reglamento, que estrecha la vigilancia sobre los proveedores de productos y contenidos en internet al obligarles a controlar que no sean ilegales y respeten los derechos fundamentales, ser trasparentes o poder reconstruir la trazabilidad de aquello que se ofrece a través de ellos.

Un mes después de esta designación, Bruselas le reclamó —también lo hizo a Shein— más información sobre cómo estaban cumpliendo con el reglamento de servicios digitales, una ley de la Unión relativamente reciente —entró en vigor el año pasado—. Esta herramienta, por ejemplo, fue la que forzó a TikTok a retirar un servicio en el que se pagaba por ver videos o hacer recomendaciones.

El último día de octubre, cuatro meses después de aquella reclamación, llegó la investigación de Bruselas sobre Temu por esas sospechas de que no cumple el reglamento de servicios. Y este viernes ha sido el turno de la red de europea de autoridades de consumo, más la propia Comisión de nuevo, quienes han dado un paso más y han advertido a Temu de que está quebrando las leyes europeas por lanzar ofertas que resultan ser falsas, por dar información engañosa para incentivar las compras anunciando que hay plazos de compra y existencias limitadas cuando es falso, dar garantías de autenticidad acerca de productos con referencias sobre las que hay sospechas de ser falsas, tener referencias y recomendaciones de productos sospechosos o dificultar la interposición de reclamaciones y quejas al ocultar los mecanismos de contacto con la propia plataforma.

El objetivo de estas prácticas sería “inducir a error a los consumidores o influir indebidamente en sus decisiones de compra”, explica la nota de la Comisión Europea. Para dar con estas evidencias, la Comisión ha colaborado en la investigación con las autoridades de consumo de Bélgica, Alemania e Irlanda.

La aplicación de este reglamento europeo, DSA, se concibió para regular mejor la competencia (DMA, Digital Markets Act, por su nombre en inglés), y pone en relieve cómo Europa ha quedado atrás en la revolución digital. Estas normas están destinadas a estrechar la vigilancia sobre los grandes actores privados que se mueven en la red y en los mercados digitales. Las dos, además, siguen un concepto muy similar: imponer obligaciones adicionales a estos gigantes, ya que su acción puede distorsionar las leyes con mucha facilidad. Ambas empezaron a desplegarse en 2023, cuando comenzó a designarse qué empresas tenían esas obligaciones adicionales —algo para lo que hay unos parámetros objetivos— y los primeros resultados muestran que la mayor parte proceden de Estados Unidos y de China, pocas son de la UE o de capital europeo. Booking, el portal de servicios turísticos, sería una.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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