DKV se plantea no acudir al concierto de Muface y dejar su futuro en manos de Adeslas y Asisa
1,5 millones de funcionarios y familiares esperan al desenlace final para un modelo que las empresas consideran deficitario
La cuenta atrás para resolver el concierto de Muface que da atención sanitaria de 1,5 millones de funcionarios y sus familias entra en su recta final. Mañana vence el plazo para que las aseguradoras interesadas en prestar este servicio se presenten. Sobre el papel, solo las tres que estaban en el último convenio pueden tener interés en repetir. Son SegurCaixa Adeslas, Asisa y DKV. Según aseguran fuentes conocedoras, esta última está sopesando muy seriamente no presentarse, por la escasez de la propuesta económicas. Mañana celebra un consejo clave, donde están más cerca del no que del sí.
El 8 de octubre, el Ministerio de Función Pública abrió el plazo para las compañías de seguros que quisieran acudir a este convenio de colaboración público-privada. El Gobierno mejoró un 17% la propuesta de primas que recibirán por prestar asistencia médica. Pero para el sector es insuficiente. En el actual convenio (2021-2024) la inflación se disparó y también la siniestralidad. Las compañías aseguran que han perdido casi 600 millones en estos tres años, y que el incremento que ha incluido el Ejecutivo no es suficiente para que este servicio salga de números rojos.
Los empleados públicos cubiertos por Muface son profesores (de primaria, secundaria y universidades), policías, funcionarios de prisiones, inspectores de Trabajo y de Hacienda. Los militares y guardias civiles tienen su propia mutualidad (Isfas), que cubre a 559.000 beneficiarios, y los empleados de la Justicia —jueces, fiscales, letrados...— la suya (Mugeju), que da servicio a otras 92.000 personas. En estas dos mutualidades, el plazo que tienen las aseguradoras que quieran presentarse a sus conciertos vence el 8 de noviembre.
Los funcionarios que están cubiertos por Muface cada año pueden decidir si quieren que la asistencia sanitaria se la ofrezca una de las aseguradoras privadas del concierto o la sanidad pública. En un 72% de los casos se escoge la sanidad privada. En concreto, un 34% optó por Adeslas, un 25% por Asisa (controlada por Lavinia, una cooperativa de médicos) y un 13,2% por DKV, propiedad del gigante alemán Munich Re. El restante 28% optó por la sanidad pública.
De acuerdo con varios directivos del sector asegurador, DKV casi tiene un pie fuera del concierto. “Han trasladado la consulta a la central, en Alemania, y allí ya están hartos de perder dinero”, explica un ejecutivo con más de 30 años de experiencia. En un encuentro sectorial celebrado ayer en Madrid, y organizado por Deloitte y ABC, la cuestión del concierto de Muface era, junto con el impacto de la dana, uno de los más frecuentes en los corrillos.
“DKV ya ha tenido una experiencia difícil con la gestión del hospital de La Marina [en Denia, Alicante] y están bastante escaldados de la colaboración público-privada. Además, para ellos no es un negocio tan importante como para Asisa o DKV”, apunta otra fuente del sector.
Desde hace un mes, en algunos centros médicos de DKV han puesto carteles en los que se informa a los mutualistas de Muface que “desde el 7 de octubre de 2024, la petición de autorizaciones se gestionará exclusivamente a través de un correo electrónico”, en lugar de poder hacerlo a través de un número de teléfono. Un síntoma de alejamiento hacia este colectivo.
En los últimos años, DKV ha ido ampliando su radio de actuación en seguros de salud, al margen de Muface. Primero con un acuerdo con la compañía Línea Directa, para distribuir seguros médicos básicos por internet, con el que se ha llegado a casi 120.000 clientes. Hace dos semanas anunció una alianza similar con el banco ING.
La filial de Munich Re ha convocado para mañana a parte de su plantilla para trasladarles la decisión acordada. La sensación en el sector es que la decisión de no presentarse al concierto de Muface ya está tomada. Un portavoz de DKV niega que se haya decidido ya al respecto y remite a las comunicaciones que la compañía haga.
Las compañías que ya salieron
La semana pasada, el director financiero de Mapfre, Fernando Mata, aseguró que no se iban a plantear acudir al concierto de Muface “por la falta de rentabilidad del negocio”. Mata recordó que el grupo asegurador ya participó durante unos años y lo dejaron por lo ruinoso del convenio. Fuentes de Sanitas, que no está en Muface pero sí en Mugeju, también descartan que la compañías se vaya a presentar a última hora. Sanitas estuvo en Muface y salió, como también hizo Caser o el Igualatorio de Cantabria.
Mientras tanto, Adeslas y Asisa siguen valorando hasta el último minuto si acudir o no. La primera es propiedad en un 50,1% del grupo Mutua Madrileña y en un 49,9% de CaixaBank (una entidad donde el Estado mantiene una participación del 18%). La decisión última se tomará pues al más alto nivel, por Ignacio Garralda, presidente de Mutua, y el tándem Tomás Muniesa y Gonzalo Gortázar, presidente y consejero delegado del banco. Asisa, perteneciente a una cooperativa de médicos, parece más proclive a seguir, puesto que tiene también varios hospitales y clínicas que son muy dependientes de la atención a este colectivo.
Si ninguna compañía se presentara al nuevo concierto de Muface, la mutualidad de los funcionarios tendría que derivar a todos los beneficiarios (que incluyen familiares y empleados públicos jubilados) a la sanidad pública, un sistema que ya está muy tensionado, especialmente en la atención primaria. La incertidumbre de las últimas semanas ha hecho que se disparen las consultas para la contratación de seguros médicos privados. Sindicatos de funcionarios y asociaciones de jueces y guardias civiles han pedido al Gobierno responsabilidad para alcanzar un acuerdo con las compañías de seguros, pero lo cierto es que el margen de negociación es casi nulo y el 1 de enero de 2025 entra en vigor el nuevo convenio. Con o sin aseguradoras privadas.
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