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El IVA de la luz volverá al 21% en marzo tras el hundimiento del precio mayorista

La subida desde el 10% actual se producirá antes de lo previsto. La segunda mitad de febrero está siendo una de las más baratas de la historia

Compañias electricas
Un usuario consulta la factura de la luz en su teléfono.ÓSCAR CORRAL
Ignacio Fariza

Hace justo dos meses, cuando el Gobierno prorrogó la rebaja fiscal en el recibo de la luz, ni el propio Ejecutivo ni prácticamente nadie pensaba en un regreso anticipado al 21% habitual antes de la crisis. El mercado energético, sin embargo, ha seguido otros derroteros: el fortísimo abaratamiento de la electricidad en la segunda mitad de febrero y —muy particularmente— en los últimos días, provocará un regreso antes de lo esperado del tipo general a la factura de la luz de todos los consumidores españoles.

La razón es sencilla: en la redacción de los decretos anticrisis se incluyó una cláusula que revertía las rebajas fiscales en caso de que el mercado mayorista quedase por debajo de los 45 euros por megavatio hora (MWh). La media en lo que va de febrero ya está por debajo de los 43 y las condiciones meteorológicas previstas para las próximas jornadas —mucho viento, algo de agua y, a ratos, sol— auguran precios bajos en los próximos días.

“Los días que quedan de febrero no van a ser nada caros, así que es muy difícil que se superen los 45 euros”, afirma Francisco Valverde, uno de los analistas independientes que más de cerca siguen el sector eléctrico. La suerte parece echada: el IVA volverá al tipo general tan pronto como en la factura de marzo.

El plan del Ejecutivo pasaba porque el regreso al 21% de IVA en la factura de la luz no se produjese hasta final de año. Sin embargo, son varios los factores que están a punto de provocar este regreso antes de tiempo al punto de partida. Tanto el precio del gas natural como el de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂), dos factores clave en la fijación de precios en varios tramos del día, han caído a plomo. Y la fotovoltaica y, sobre todo, la eólica están teniendo un comportamiento particularmente bueno en las últimas jornadas: ambas cerrarán febrero en máximos históricos de generación.

La guinda del pastel es la hidráulica, que tras las lluvias recientes está operando a buen nivel, reduciendo aún más el llamado hueco térmico (la necesidad de recurrir al gas y al carbón para cubrir la demanda). El resultado de todos estos factores es un hundimiento del precio de la electricidad en el mercado mayorista, que lleva sin superar los 10 euros por MWh desde el pasado jueves, con varios tramos horarios de precios cero en prácticamente todas las jornadas. Nada que ver con los primeros días de febrero, en los que el precio mayorista no bajaba de 60 euros y en los que se llegaron a superar los 80.

La bajada, además, no tiene visos de ser flor de un día. Para marzo y abril, el mercado de futuros apunta a precios aún menores: de menos de 33 euros en sus respectivas medias mensuales. Y en mayo, aunque subirán algo, seguirán claramente por debajo de los 40 euros y —por supuesto— de los 45, el parteaguas entre el IVA al 10% y el IVA al 21%. Un aumento que, por supuesto, el Gobierno puede revertir en cualquier momento.

Facturas más altas en el mercado libre

Quienes más notarán el alza serán los hogares y pymes con contratos del mercado libre, en su mayoría con tarifas fijas (en las que da igual el día y la hora en la que consumen), que verán subir la carga fiscal en sus recibos sin beneficiarse de la caída en el precio de la electricidad: en su caso, el coste de la energía no bajará hasta que les toque renovar su contrato o hasta que se marchen a otra comercializadora que les ofrezca mejores condiciones.

Los consumidores que están en el mercado regulado (también conocido bajo las siglas PVPC) también tendrán que pagar 11 puntos más de IVA, pero sí se están viendo beneficiados, y mucho, por la drástica bajada en el precio de la electricidad. Hasta el punto de que prácticamente no verán aumentados sus recibos, que antes de este aumento ya estaban en niveles incluso inferiores a los de la crisis energética. La bajada es aún mayor para quienes, además de optar por el regulado, son capaces de llevar el grueso de sus consumos a las horas y días más económicos: aquellas en las que hace sol —sobre todo, los primeros compases de la tarde, después de comer— y los fines de semana, cuando la demanda general cae con fuerza y los precios bajan.

Más recaudación pública

Incluso aunque fuese coyuntural —si se cumple lo que dice el mercado de futuros, el IVA volvería al 10% en verano: en junio el mercado mayorista ya apunta a más de 50 euros—, sería una muy buena noticia para las cuentas públicas. En la segunda mitad de 2021, cuando este impuesto pasó por primera vez del 21% al 10%, el erario dejó de ingresar 502 millones. En el conjunto de 2022, esa cifra se disparó hasta los 1.313 millones, tanto por la rebaja adicional —hasta el 5%— como por la escalada de precios de la luz. Y en los 11 primeros meses de 2023, hasta donde alcanzan los datos de Hacienda, fueron 514 millones de merma recaudatoria.

Las tornas están a punto de darse la vuelta: solo una brutal escalada de precios el miércoles y el viernes —que nadie contempla— o un cambio de planes del Gobierno a última hora podría revertir una subida que, a estas alturas, parece cantada.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.
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