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La cualificación y la remuneración elevan al País Vasco, Madrid y Cataluña como las comunidades con mejor índice de calidad de empleo

Extremadura se significa por ser la única autonomía que ha empeorado los indicadores sobre variables cualitativas

María Fabra
Fábrica de Haizea Wind en el Puerto de Bilbao.
Fábrica de Haizea Wind en el Puerto de Bilbao.

La cualificación y la remuneración son dos de los indicadores que hacen que el País Vasco, la Comunidad de Madrid y Cataluña sobresalgan en el ranking de comunidades con mejor calidad de empleo, en el que todas las autonomías han registrado una mejora, con la excepción de Extremadura. La diferencia entre esta y Euskadi se acerca a los nueve puntos. La evaluación de un total de 18 indicadores, y más de 40 aspectos analizados, ha permitido la elaboración del informe La calidad del empleo en España y sus comunidades autónomas, realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y la Fundación Ramón Areces.

La temporalidad, las ocupaciones de alta cualificación, los salarios, la conciliación, la brecha de género o la siniestralidad han sido algunos de los parámetros del estudio, que abarca los últimos 15 años. La elección de 2007 como punto de inicio se debe a que este fue un “buen momento” para el mercado de trabajo, tal como han indicado este martes los autores que, además, han señalado que durante estos años la mejora no ha sido progresiva sino que ha habido “parones” como el registrado tras la recesión de 2008 y en 2012 hasta 2018, cuando el índice empezó a remontar. De la misma manera, han señalado que, tras la pandemia, la recuperación en términos de calidad del trabajo ha sido rápida. Así, más allá de las tasas de paro, el análisis del empleo más allá de variables cuantitativas, la calidad del mismo se sitúa actualmente en el valor máximo del periodo.

Entre los indicadores que mejoran el global del índice se encuentran la rebaja de la temporalidad en el sector privado (tras la reforma laboral), la mejora en la duración de los contratos temporales, los años de antigüedad en las empresas (que implican una estabilidad), la brecha de género y la siniestralidad. Entre los que lastran que el índice mejore aún más destacan la temporalidad del sector público o el porcentaje de empleados con horarios prolongados. A ello se une que en material salarial el estudio confirme un avance que califica de “decepcionante”, ya que el salario medio apenas ha crecido en términos reales un 5,4% en España (descontada la inflación), y se sitúa por debajo de los niveles alcanzados en 2009 y 2010. Por regiones, las diferencias entre el salario medio anual alcanzan el 45,2% entre el País Vasco, que ofrece los salarios más elevados, y Extremadura, la región con menor ganancia media por ocupado.

Respecto a las ocupaciones de alta cualificación, la media española se sitúa en un 35,3%, lejos de la media del 42,9% europeo a la que ni siquiera se acercan las comunidades con porcentajes más altos: Madrid (47,1%), País Vasco (41,4%), Cataluña (36,9%) y Navarra (36,3%).

Teniendo en cuenta todos los indicadores y tomando como referencia la media nacional, los mayores incrementos en calidad del empleo se han producido en Cataluña (4,4 puntos), Murcia (3,7), Castilla-La Mancha (3,6) y Comunidad Valenciana (3,4), mientras que los más débiles se han registrado en Canarias (2,1), Cantabria (2,1) y Aragón (2), tal como ha indicado el director del proyecto, Lorenzo Serrano, junto a Ángel Soler y Fernando Pascual, investigadores del instituto.

En el estudio sobre la jornada laboral, el trabajo reseña la incidencia de las jornadas largas (entre 40 y 48 horas semanales) y muy largas (49 horas o más) que muestran un repunte, en la media global, tras la pandemia. En el tercer trimestre de 2023, en global, el 41% de los trabajadores soporta jornadas largas y el 5,8%, muy largas.

La Comunidad Valenciana es, junto al País Vasco, la región con mayor porcentaje de ocupados que quiere modificar su jornada laboral. Destaca además que esta última autonomía es la que registra un mayor porcentaje de trabajadores dispuestos a reducir su jornada laboral que conlleve una rebaja proporcional del salario. Sin embargo, el inconformismo respecto a su empleo en el País Vasco no está entre los más bajos, donde se sitúan Baleares y Aragón. Los vascos, apenas reducen dos décimas el porcentaje medio de aquellos ocupados que buscan otro empleo que, en el caso de Extremadura, asciende a un 9,6%.

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