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Siemens Energy se hunde más de un 30% en Bolsa tras conocerse que ha pedido un rescate al Gobierno alemán

Las pérdidas millonarias de la filial española, Siemens Gamesa, están detrás de la crisis que padece la energética germana

Siemens Gamesa
Uno de los aerogeneradores de Siemens Gamesa. Reuters
Elena G. Sevillano

La crisis del grupo alemán Siemens Energy se agudiza. Los valores de la empresa han llegado a caer hasta un tercio en la bolsa de Fráncfort tras conocerse este jueves que está negociando con el Gobierno alemán un rescate de su negocio de energía eólica, Siemens Gamesa. Las pérdidas millonarias de la filial española han provocado que necesite ayuda para reforzar su balance, ante la imposibilidad de obtener financiación de los bancos.

La energética necesita unos 15.000 millones de euros, según ha reconocido a través de un comunicado después de que el semanario económico alemán WirtschaftsWoche adelantara las conversaciones con el Ejecutivo de Olaf Scholz. El Ministerio de Economía también ha confirmado a través de un portavoz que negocia con la empresa cómo deben ser esas garantías.

Siemens Energy, escindida del Grupo Siemens hace tres años —aunque Siemens AG todavía posee el 25,1% del grupo tecnológico energético—, prevé unas pérdidas de 4.500 millones de euros en el ejercicio que finalizará el 30 de septiembre debido a defectos de calidad en los aerogeneradores de Gamesa. La propia empresa lo ha confirmado este jueves: espera que los resultados coincidan plenamente con las previsiones. Las pérdidas en el negocio de la energía eólica podrían ser incluso mayores en 2024 de lo que esperaban los mercados, añade la compañía, que ha dejado de aceptar pedidos para la fabricación de determinadas turbinas.

La reacción de los mercados financieros al anuncio de negociaciones para el rescate ha sido inmediata con un fuerte retroceso de la cotización de Siemens Energy, la filial del grupo germano que reúne todas las divisiones energéticas (gas, energía y producción eólica), con un desplome del 33% hasta menos de siete euros al mediodía. Ya se había producido una caída similar en verano, cuando la empresa anunció los problemas de calidad con las turbinas eólicas.

La indecisión de los bancos estaba obstaculizando que Siemens Energy emprendiera nuevos negocios. Según ha sugerido la compañía, las entidades con las que trabaja habitualmente se muestran reacias a seguir asumiendo riesgos, por ejemplo a la hora de garantizar financieramente nuevos pedidos para grandes proyectos a largo plazo, que por otro lado son esenciales para la compañía. Se trata de grandes proyectos de construcción de centrales o de ampliación de redes eléctricas, para los que se necesita garantizar al cliente que cuenta con medios económicos (las propias reservas financieras o garantías adecuadas de los bancos) para ejecutar los pedidos de forma sólida. Siemens AG ha decidido no ofrecer más respaldo financiero tras los fallos detectados en las turbinas.

Ahí es donde interviene la coalición de Gobierno alemana y los avales públicos. El portavoz del Ministerio de Economía se limita a confirmar las conversaciones y a calificarlas de “estrechas y de confianza”, pero sin ofrecer ningún detalle más. Según el semanario Der Spiegel, que cita fuentes cercanas al grupo, Siemens Energy no tiene problemas graves de liquidez y cuenta con casi 10.000 millones de euros en efectivo y líneas de crédito no utilizadas. Lo que falla son las líneas de crédito de los bancos para los proyectos a largo plazo. Según esta publicación la empresa necesita garantías por valor de entre 7.000 y 8.000 millones de euros al año para respaldarlos.

Siemens se hizo cargo de la empresa española especializada en parques eólicos terrestres en 2017. En 2020, el grupo escindió todo el negocio energético y desde entonces Siemens Energy cotiza de forma independiente en Bolsa. La integración de Gamesa fue difícil desde el inicio, con la dirección de Múnich enfrentada a la de Madrid y numerosos problemas de calidad de por medio. En los últimos años además se han sumado los problemas propios de toda la industria eólica europea, que ha visto cómo los costes de la energía y de las materias primas han aumentado considerablemente. La competencia con los proveedores chinos, que entran en el mercado global con precios significativamente más bajos, tampoco ha ayudado a la empresa germana.

La empresa explica así por qué ha pedido ayuda al Gobierno alemán: “El fuerte crecimiento de la cartera de pedidos, sobre todo en las antiguas áreas de negocio de gas y electricidad, da lugar a una mayor necesidad de garantías para proyectos a largo plazo. Teniendo en cuenta esta necesidad, el comité ejecutivo está evaluando diversas medidas para reforzar el balance de Siemens Energy y está en conversaciones preliminares con diferentes partes interesadas, incluidos socios bancarios y el Gobierno alemán para garantizar el acceso a un volumen cada vez mayor de garantías necesarias para facilitar el fuerte crecimiento previsto”.

Siemens Energy admitió en agosto que esperaba costes de 1.600 millones de euros para reparaciones y sustitución de turbinas defectuosas debido a defectos de calidad en los dos modelos más recientes de turbinas eólicas terrestres, el 4.X y el 5.X.

Los altos directivos de Siemens Gamesa, el mayor fabricante mundial de turbinas eólicas marinas, fueron sustituidos en noviembre del año pasado con el objetivo de mejorar los problemas de rentabilidad. En todo el mundo, la empresa cuenta con 94.000 empleados repartidos en 79 centros, incluidas oficinas de ventas y servicios, centros de investigación y desarrollo y 15 fábricas para producir componentes como palas. En España, más de 5.000 empleados dependen de la rama eólica de la firma alemana.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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