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Los carburantes suman su novena semana de subidas, con la gasolina en máximos desde julio del año pasado

El gasóleo se encarece ya un 13% en lo que va de verano y la gasolina casi un 9%, complicando la cuesta de septiembre

Una mujer reposta su vehículo en Madrid a finales de agosto.
Una mujer reposta su vehículo en Madrid a finales de agosto.J.C Hidalgo (EFE)

Nueve semanas consecutivas al alza después, los carburantes complican la cuesta de septiembre tras un verano particularmente oneroso para el bolsillo. Con una subida acumulada cercana al 9% desde principios del verano, la gasolina promedia esta semana 1,73 euros por litro en los surtidores españoles, su nivel más alto en más de un año: desde julio del año pasado, si se descuenta la ayuda de 20 céntimos que aún estaba vigente. En el caso del gasóleo —que se instala en máximos desde febrero—, el aumento acumulado en los dos últimos meses es de casi el 13%, hasta los 1,62 euros por litro. Los carburantes son la principal razón del reciente repunte de la inflación en agosto, rompiendo así la tendencia de los últimos meses.

Esta última subida responde tanto al encarecimiento de la materia prima (el petróleo) como al aumento en los márgenes de ganancia de las refinerías, que, tras unos meses de tregua, ha vuelto a crecer en las últimas semanas. Se suma, además, a las cosechadas con anterioridad —en los primeros compases de la guerra—, aún más abruptas.

Por poner las cifras en perspectiva, cabe recordar que una semana antes de que el primer soldado ruso cruzase la frontera con Ucrania, en las estaciones de servicio españolas el diésel no llegaba a 1,48 euros por litro y la gasolina costaba menos de 1,6. En su máximo, el verano pasado —cuando el petróleo cotizaba a 120 dólares por barril, frente a los 90 actuales—, ambos carburantes llegaron a rebasar la barrera de los dos euros por litro por primera vez desde que hay registros.

A los precios actuales, llenar un depósito de 55 litros de gasolina supone un desembolso medio de 95,2 euros, 8,3 más que hace justo un año. En el caso del diésel —un combustible en claro retroceso en el parque automotor español—, repostar la misma cantidad implica un pago de 89,2 euros, 5,4 menos que hace un año. En aquel momento, el gasóleo estaba por las nubes por el mayor peso de Rusia como suministrador, que obligó a importar este carburante desde geografías mucho más lejanas. Desde entonces, las tornas han regresado a la normalidad histórica, solo interrumpida en cortos periodos de tiempo. Con esta, el diésel suma ya 29 semanas seguidas por debajo del precio de la gasolina.

Menos caro que en la media europea

Pese a la reciente subida, tanto la gasolina como del diésel siguen siendo en España sensiblemente más baratos que en la media de sus países vecinos. En el primer caso, la UE promedió 1,84 euros por litro y la eurozona 1,9. En el segundo, la media de los Veintisiete es de 1,74 euros, frente a los 1,78 euros de la veintena de países que comparten el euro como moneda.

El precio de los carburantes depende de múltiples factores, como su cotización específica (independiente de la del petróleo), la evolución del crudo, los impuestos, el coste de la materia prima y de la logística, o los márgenes brutos. Además, la evolución en la cotización del crudo no se traslada directamente a los precios de los carburantes, sino que lo hace con un decalaje temporal.

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