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La actividad manufacturera en España marca cuatro meses consecutivos a la baja

El índice PMI apunta a una desaceleración del sector, marcada por una menor demanda

Actividad manufacturera en España
Fábrica de zapatos Pikolinos en Elche.
Pierre Lomba

La desaceleración económica anunciada para la segunda mitad del año ya es una realidad en el sector manufacturero español. De acuerdo con el Índice HCBO PMI (Purchasing Managers’ Index), elaborado por la firma S&P Global y publicado este martes, la actividad del sector marcó en julio su cuarto mes consecutivo a la baja, condicionada por una débil demanda: el índice de la industria se situó en 47,8 puntos. Todo dato por debajo de 50 es, según la encuesta, una contracción de la actividad. “El deterioro del sector manufacturero español avanza a paso firme, aunque sin pánico”, señala Cyrus de la Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank.

Detrás de esta desaceleración se encuentra, como en los meses anteriores, una debilidad de la demanda. De hecho, en julio se produjo la mayor caída de pedidos en lo que va de año. “Un factor que ha contribuido a la caída de las ventas totales fue el deterioro más fuerte de la demanda del mercado exterior”, señalan desde S&P Global. De acuerdo con la encuesta, que se considera el termómetro que mejor anticipa los cambios en las perspectivas económicas, los nuevos pedidos para exportaciones disminuyeron al ritmo más rápido en lo que va de año.

Para De la Rubia, “El sector exportador español se enfrenta a una fase inquietante a medida que los nuevos pedidos de exportación pierden más terreno, cayendo a su ritmo más rápido desde diciembre del año pasado”. El economista señala que el sector podría enfrentarse a una leve recesión en la segunda mitad del año, aunque matiza —”puede aportar un poco de consuelo”— que las caídas del sector manufacturero son mucho más pronunciadas en otros países de la zona euro.

A la luz de las circunstancias, las empresas manufactureras han adaptado toda su actividad al descenso de los pedidos: por un lado, han reducido inventario y se han centrado en completar las cargas de trabajo pendientes. Por el otro, la producción ha disminuido por tercer mes consecutivo. Y, además, a la luz de la demanda menguante, las empresas han emprendido una ligera reducción de sus plantillas.

Precios a la baja

Como suele ocurrir con una demanda a la baja, también se ha producido una reducción de los precios: los datos de julio apuntan a “otra caída sustancial de los costes de los insumos” que, apuntan los autores del estudio, es la más rápida desde 2009. Los precios de venta también se han visto afectados a la baja por la menor actividad, según la encuesta: “Unos menores costes de las materias primas y de la energía respaldaron la última caída de los precios de los insumos en julio y, a su vez, los fabricantes repercutieron dichos descensos de los costes a sus clientes”.

Con todo, y a pesar de una evidente desaceleración, los encuestados no se muestran excesivamente pesimistas: las empresas manufactureras mantienen una perspectiva positiva respecto de sus niveles de producción futuros, y mencionan oportunidades de crecimiento y expansión. Eso sí, el grado de confianza está históricamente bajo.

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Sobre la firma

Pierre Lomba
Redactor de la sección de Economía. Graduado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y la Sorbona de París. Después de ejercer la abogacía, realizó el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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