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La caída libre del First Republic Bank en Bolsa reaviva la tormenta bancaria en EE UU

La entidad pide socorro de nuevo a sus competidores para intentar sobrevivir

Instalaciones de First Republic Bank en San Francisco.
Instalaciones de First Republic Bank en San Francisco.Jeff Chiu (AP)
Miguel Jiménez

Las acciones del First Republic Bank se desploman este miércoles en Bolsa hasta un mínimo histórico dos días después de que el banco confesase la magnitud de la fuga de depósitos que sufrió a raíz de la caída del Silicon Valley Bank y el Signature Bank en marzo pasado. La cotización del banco ha llegado a caer más de un 40%, reduciendo su valor en Bolsa a menos de 1.000 millones de dólares. Al cierre de la sesión, la caída ha sido del 30%. El banco acumula un desplome de más de un 95% en lo que va de año.

Los inversores temen que la entidad entre en una espiral que haga inevitable su caída. El desplome de la cotización y la fuga de depósitos se retroalimentan. Los planes de los gestores para enderezar la marcha del banco necesitan tiempo, pero una aceleración en la fuga de depósitos puede forzar la intervención o el rescate de la entidad.

Las autoridades temen que la caída de una nueva entidad pueda reavivar una tormenta financiera que parecía contenida. La inestabilidad puede provocar incluso que la Reserva Federal haga en su reunión de la semana próxima la primera pausa en más de un año en las subidas de tipos de interés.

El desplome del First Republic en Bolsa, además, dificulta cualquier operación de ampliación de capital, pues se haría muy dilutiva para los actuales accionistas. El banco ha reconocido que estudia alternativas estratégicas y entre las que han trascendido está la venta de activos y la posible captación de nuevo capital.

En esas circunstancias, los asesores del banco con sede en San Francisco se están dirigiendo a las entidades competidoras para pedirles apoyo en una especie de nuevo rescate privado del banco, según ha revelado la CNBC. Los asesores intentan persuadir a los grandes bancos estadounidenses para que compren bonos de la empresa con sede en San Francisco a tipos superiores a los del mercado.

La idea es que asuman una pérdida de unos pocos miles de millones de dólares, menos que las tasas que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) les acabaría repercutiendo asociadas a una hipotética bancarrota del First Republic, informó el miércoles la CNBC. Como parte de ese plan, los asesores ya han alineado posibles compradores para las nuevas acciones, dijo CNBC, citando fuentes que no identificó.

Las acciones han llegado a marcar un mínimo intradía de 4,76 dólares por acción, su cota histórica más baja, que implicaba una caída del 41% sobre el cierre del día anterior, en que ya había sufrido un desplome del 49%.

Desde la caída del Silicon Valley Bank (SVB) y del Signature Bank, el First Republic fue señalado como la siguiente víctima. El perfil de la entidad es muy similar al del SVB. En su presentación de resultados de este lunes reconoció que los clientes retiraron en el primer trimestre el 58% de los depósitos, 102.000 millones de dólares (unos 92.000 millones de euros) de los 176.400 millones de dólares que tenían en la entidad en diciembre de 2022.

Contuvo la crisis gracias a que las grandes entidades estadounidenses, lideradas por JP Morgan, le rescataron con 30.000 millones de dólares en depósitos, con lo cual acabó el trimestre con 104.474 millones. Tuvo que buscar además otras vías para reforzar la liquidez, incluida la apelación a la Reserva Federal.

En paralelo a la búsqueda de nuevo capital, la entidad ha estado estudiando la posibilidad de desprenderse de entre 50.000 y 100.000 millones de dólares en activos, en un intento de superar la crisis. Las ventas, que incluyen hipotecas y valores a largo plazo, tendrían como objetivo reducir el desajuste entre los activos y pasivos del banco, uno de los factores que han hecho tambalearse al First Republic tras la retirada masiva de depósitos en marzo, según personas familiarizadas con el asunto citadas por Bloomberg.

Los compradores potenciales, incluidos grandes bancos estadounidenses, podrían recibir warrants o acciones preferentes como incentivo para comprar activos por encima de su valor de mercado.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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