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La Fiscalía suiza abre una investigación por la venta de Credit Suisse

La justicia pone el foco en el rescate de UBS por posibles infracciones por parte de funcionarios del Gobierno, reguladores y ejecutivos de los dos bancos

Edificios de Credit Suisse y UBS en Ginebra, Suiza, en una imagen tomada el 23 de marzo.
Edificios de Credit Suisse y UBS en Ginebra, Suiza, en una imagen tomada el 23 de marzo.Europa Press/Contacto/Lian Yi (Europa Press/Contacto/Lian Yi)

El fiscal federal de Suiza ha abierto una investigación sobre la adquisición respaldada por el Estado de Credit Suisse por parte de UBS, según una declaración emitida este domingo por el fiscal general. La Fiscalía, con sede en Berna, está investigando posibles infracciones de la ley penal del país por parte de funcionarios gubernamentales, reguladores y ejecutivos de los dos bancos que acordaron una fusión de emergencia el mes pasado para evitar un colapso en el sistema financiero. Hubo, según una nota remitida por la Fiscalía, numerosos acontecimientos en torno a Credit Suisse que hacían necesaria una investigación: “La Procuraduría General de la República quiere cumplir proactivamente su mandato y tiene la responsabilidad de contribuir a un sistema financiero suizo limpio, y ha puesto en marcha un sistema de seguimiento para poder actuar inmediatamente sobre cualquier asunto que caiga dentro de su área de responsabilidad”, añade la nota.

Sin embargo, el comunicado no da ninguna pista sobre cuáles son los aspectos de la fusión que están en el foco de la investigación, ni cuánto tiempo podría durar. Tanto UBS como Credit Suisse se negaron a hacer comentarios.

“Es sorprendente que el fiscal haga comentarios”, aseguró Mark Pieth, profesor emérito de la Universidad de Basilea, donde ha impartido clases de derecho y criminología. Pero el rescate “es tan fuera de lo común que tenía que decir algo”. Pieth dijo que el fiscal podría estar investigando violaciones en los términos secretos del acuerdo, así como la decisión de las autoridades suizas de permitir que los accionistas recuperaran parte de su inversión, mientras los titulares de deuda de alto riesgo, conocida en el sector como cocos, lo perdían todo. En el acuerdo anunciado el 19 de marzo y orquestado por las entidades, el Gobierno, el banco central y el regulador del mercado, UBS acordó comprar su rival Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos (poco más de 3.000 millones de euros).

El banco está tratando de cerrar el trato este mes, según la agencia Reuters. Analistas y políticos del país han expresado su preocupación por el nivel de apoyo estatal con que ha contado la operación, con 260.000 millones de euros en liquidez y garantías ofrecidas por el Gobierno y el Banco Nacional. Una encuesta realizada entre economistas de ese país encontró que casi la mitad piensa que la adquisición de Credit Suisse no era la mejor solución, y advirtió que la situación había hecho mella en la reputación de Suiza como centro bancario.

La operación de rescate, que también fue diseñada para ayudar a garantizar la seguridad financiera a nivel mundial tras la caída de Silicon Valley Bank, ha despertado la preocupación entre los críticos por el tamaño del banco fusionado, con 1,6 billones de dólares en activos y más de 120.000 empleados en todo el mundo. Hasta el 30% de la plantilla podría perder su trabajo por la OPA, según a un alto directivo anónimo de UBS citado en los medios suizos.

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