Coca-Cola logra subir precios sin que se resienta la demanda y crece el 11% en ingresos en 2022
Los beneficios caen por el impacto cambiario y por los extraordinarios
Coca-Cola se ha apuntado a la inflación con cierto éxito. La compañía ha sido capaz de trasladar a los consumidores los aumentos de costes con fuertes subidas de precios sin que sus ventas se resientan. El gigante con sede en Atlanta (Georgia) cerró 2022 con unas ventas de 43.004 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros), un 11% más que el año anterior. Los beneficios, sin embargo, cayeron un 2%, hasta 9.542 millones de dólares, por el impacto cambiario y por algunos extraordinarios del ejercicio anterior que no se han repetido en 2022.
“Aunque 2022 planteó muchos retos, estamos orgullosos de nuestros resultados globales en un entorno operativo dinámico”, ha declarado James Quincey, presidente y consejero delegado de The Coca-Cola Company, a través de un comunicado.
Durante el ejercicio, lo que Coca-Cola considera crecimiento comparable fue del 16%, gracias a un aumento del 11% en los precios y una aportación del 5% en las ventas de concentrado. El impacto cambiario ha restado 7 puntos y las inversiones y cambios en el perímetro de consolidación han sumado 2 puntos, lo que deja esa tasa del 11%. La empresa, por tanto, ha sido capaz a la vez de subir los precios y de aumentar los volúmenes de ventas.
Al tener un duopolio de facto con Pepsi, ambas han subido precios sin que sus cifras sufran. Pepsi subió un 14% los precios en el conjunto de 2022 y un 16% en el cuarto trimestre. En el caso de Coca-Cola, solo la fortaleza del dólar (que reduce los ingresos en otros países al convertirlos a la moneda estadounidense) y la retirada de Rusia han impedido un crecimiento más espectacular.
La empresa elevó su resultado operativo un 6%, hasta 10.909 millones de dólares, pero los extraordinarios lastraron el beneficio neto, que cae un 2%. En 2021, al completar la adquisición del fabricante de bebidas deportivas Bodyarmor, el grupo se apuntó fuertes plusvalías contables al actualizar el valor de su participación previa. Bodyarmor y las bebidas deportivas son uno de los lunares de las cuentas del grupo, puesto que no están aportando el crecimiento esperado pese al alto precio pagado en esa operación.
La generación de caja también se ha reducido, pero la compañía lo atribuye a un acaparamiento deliberado de existencias ante la volatilidad del mercado de materias primas. El flujo de caja operativo ha sido de 11.000 millones de dólares, frente a los 12.600 millones del ejercicio anterior.
Para 2023, Coca-Cola espera que la inflación sea más baja y también subir ella misma menos los precios. Con todo, para el conjunto del año prevé un aumento orgánico de los ingresos del 7%-8%. Espera que el beneficio por acción aumente entre el 4% y el 5%.
En el cuarto trimestre, esas tendencias se mantuvieron, aunque con un menor crecimiento y una caída del volumen de cajas despachadas. Los ingresos aumentaron un 7%, hasta 10.125 millones de dólares y el volumen se redujo un 1%. Los precios y la mezcla de bebidas contribuyeron en un 12% al crecimiento de los ingresos, mientras que las ventas de concentrados subieron un 2%. La demanda de Coca-Cola Zero se disparó un 9% durante el trimestre, mientras que las ventas de café subieron un 11% al ampliar la disponibilidad de su marca Costa. Las ventas de bebidas deportivas crecieron un 1%.
El volumen en Norteamérica se mantuvo estable en ese cuarto trimestre, ya que el crecimiento en refrescos, zumos y lácteos se vio compensado por el descenso en agua y otras bebidas. El volumen cayó un 1% en Asia, puesto que el fuerte crecimiento en India y Vietnam se vio contrarrestado por las restricciones por pandemia en China.
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