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In memoriam
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El banquero que acusó a los promotores de la crisis

Jaime Echegoyen, expresidente de Sareb, fallece tras una larga carrera dedicada al sector financiero

Jaime Echegoyen, durante una comparecencia en el Congreso como presidente de Sareb.
Jaime Echegoyen, durante una comparecencia en el Congreso como presidente de Sareb.Efe
Íñigo de Barrón

Jaime Echegoyen (Madrid, 65 años), era un banquero atípico. Tenía una experiencia internacional y gran conocimiento de los mercados y de la banca comercial. No era partidario de seguir en donde no se sentía valorado ni con la suficiente libertad de movimientos. Quizá por eso, y porque su carrera estuvo llena de sobresaltos, este directivo -que ha fallecido tras sufrir un cáncer-, se movió de entidad más que otros muchos compañeros de oficio.

Cercano con sus colaboradores, afable y educado en el trato, no rehuía el contacto con los periodistas, con los que tuvo una importante labor didáctica. Echegoyen era partidario de llamar a las cosas por su nombre, y tras dirigir el banco malo, la Sareb, (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria), declaró a EL PAÍS que los promotores inmobiliarios eran los culpables de la crisis del ladrillo que menos habían pagado por sus errores. En su opinión, endosaron las deudas a los malos gestores de cajas de ahorros y bancos, que no valoraron los riesgos. Estos le pasaron la patata caliente al Estado, precisamente a través de la Sareb, para que la factura la acaben abonando los ciudadanos, sostenía Echegoyen. Y después, con el cambio de ciclo y esta limpieza gratuita, los grandes promotores volvieron a rehacer sus negocios, decía indignado.

Con cuatro décadas de experiencia a sus espaldas, Echegoyen comprobó la dureza de los mercados internacionales, (trabajó nueve años en Bank of America, en las oficinas de Nueva York y Londres) y escaló hasta lo más alto en Bankinter, en donde ingresó en 1988 para, 14 años después, ser nombrado consejero delegado. Su salida, en 2010, fue abrupta; en medio de la crisis financiera, los nervios de los accionistas de la banca estaban a flor de piel. Tuvo desavenencias con Alfonso Botín, vicepresidente y máximo accionista, quien aprovechó la marcha de Echegoyen y la llegada de María Dolores Dancausa para sumir el área de riesgos y estrategia de Bankinter. Botín se metió en la gestión para elevar los márgenes de Bankinter, que se habían reducido con Echegoyen. En 2011 Echegoyen saltó a dirigir Barclays España y Portugal, pero la mala situación del banco británico, muy afectado por la crisis financiera, le llevó a buscar la venta de la filial española. En 2013 Echegoyen se negó a realizar una fuerte reestructuración de plantilla y se fue antes de que la entidad fuera vendida a CaixaBank.

Otra vez se quedó sin trabajo y dio otro salto: en 2014 fue nombrado consejero delegado de Sareb y estuvo hasta mediados de 2021 ya como presidente. Cambió la estrategia de su antecesora, Belén Romana, intentando minimizar el daño para el Estado de los 50.000 millones en créditos morosos y activos inmobiliarios. No logró todos sus objetivos y dejó la Sareb cuando el Estado tomó el control, otro cambio con el que tampoco se sentía cómodo, para seguir trabajando con empresas. La perspectiva es que Sareb cause un agujero al Estado cercano a los 11.000 millones. Echegoyen tuvo una carrera accidentada, pero se consideraba una persona afortunada y era un optimista invencible.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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