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La inflación golpea a los dulces navideños

Su coste aumenta un 50,2% en plena campaña del turrón: “Hemos pasado de pagarlo a 0,69 céntimos el año pasado a 1,20 euros en este”

Bloques de turrones sin cortar.
Bloques de turrones sin cortar.Almudena Ávalos

Casi la mitad de un mazapán es azúcar. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el azúcar está subiendo un 50,2%. De modo que la mitad de este mítico dulce navideño está encareciendo sus costes en esa misma proporción. El azúcar es, junto con el aceite (31,5%) y los huevos (27,1%), el producto que más ha disparado su precio en comparación con el año pasado.

Con la Navidad a las puertas, son buenos tiempos para los mazapanes, los roscones, el turrón o los polvorones. No tanto para los artesanos encargados de elaborar y comercializar estos productos, pese a que están en plena temporada alta. María Ángeles Arques Simón regenta con su hermano Turrones y helados Federico Verdú, un establecimiento que ha cumplido 140 años en Gijón (Asturias). La empresaria explica que una de sus barras de turrón clásico lleva un 15% de azúcar y en su obrador han pasado de pagarlo a 0,69 céntimos el año pasado a 1,20 euros en este.

Según los datos publicados este miércoles por el INE, el conjunto de los alimentos y bebidas han incrementado su precio un 15,3% con respecto al año pasado. Azúcar, aceite y huevos son tres ingredientes básicos en la mayoría de recetas de repostería, lo que está haciendo que muchos obradores y confiterías tengan que ajustar las cuentas para mantenerse a flote. “Todos los productos que se utilizan en la fabricación del el turrón han subido, también los envases y los gastos de distribución”, comenta Arques. Repercutir todos los gastos en el producto es algo que, según la empresaria, “no se puede hacer”. Para ellos un mazapán resulta un 14% más caro de fabricar que el año pasado y apunta que el producto final le cuesta al consumidor un 5% más que en 2021.

En Chimo Turrones, un obrador valenciano dedicado a la fabricación artesana, también tratan de mantener el equilibrio entre repercutir costes o apurar más sus márgenes: “Al principio de la campaña, con las subidas que se habían producido hasta septiembre, se aplicó un 10% de aumento”, señala el director de ventas de la empresa, Daniel Fernando. Desde septiembre los precios han seguido subiendo y eso ha hecho que la empresa decidiese aguantar para no perder clientes: “Hemos optado por achicar el margen de beneficio con un riesgo manifiesto para la viabilidad del negocio”, sentencia. En su caso, el incremento del coste del azúcar se ha comido “alrededor del 20%” de sus gastos en materias primas.

Javier Castanedo es el subdirector de Regma. Esta empresa cántabra, conocida por sus helados, fabrica también roscones de reyes. Según Castanedo, las materias primas que se emplean para fabricar este dulce “se han encarecido alrededor de un 50%”. Sin embargo, el empresario subraya que el roscón tiene una ventaja: su demanda es relativamente inelástica. Esto significa que, aunque el fabricante suba su precio porque sus costes suben, la gente lo sigue comprando, porque no renuncia a un producto que es tradición y de consumo puntual. En el caso de Regma, el encarecimiento del azúcar no ha hecho tanta mella como el aumento del coste de la mantequilla, un producto más caro de base, que usan en buena parte de sus productos y que ha llegado a doblar su precio.

Según un informe de la Asociación Española del Dulce (Produlce), el año pasado el consumo de los turrones y mazapanes subió un punto con respecto a 2020. El producto más popular es el turrón, que supone casi un 83% de las ventas en términos de volumen para las empresas del sector. “Nos encontramos en un momento clave del año, y en especial para la industria de turrones y mazapanes, que prácticamente se juega en estas semanas el desarrollo del ejercicio”, comenta Rubén Moreno, secretario general de Produlce. Moreno indica que, pese al encarecimiento de las materias primas, son “optimistas sobre el desarrollo de esta campaña”.

Que el consumo aguante será clave para que estas empresas cierren una buena temporada y, de momento, parece que los clientes llegan. En el establecimiento madrileño Casa Mira, dedicado a la fabricación de turrón, la encargada que atiende por teléfono a este periódico entre villancicos, ruido y un aluvión de clientes afirma: “Las ventas están siendo muy buenas”. También Turrones Verdú confía en que el espíritu navideño anime a los consumidores: “La subida de costes está siendo fuerte. Nos asustamos en noviembre porque las ventas habían bajado mucho, pero ahora están yendo bien”, concluye la empresaria María Ángeles Arques.

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