OHLA ingresa un 15% más pero pierde 88 millones por ajustes contables

La constructora OHLA cerró los nueve primeros meses del 2022 con más ingresos y un mayor resultado de explotación, pero también con más pérdidas (casi 88,8 millones). Las ventas alcanzaron los 2.343 millones (un 15% más); el ebtida crece un 16%, hasta los 70 millones -supone un 3% de la facturación- pero el resultado neto negativo lastra la cuenta debido, según la compañía, a tres cosas: los “efectos contables extraordinarios”, derivados de la recapitalización que llevó a cabo en 2021 (en aquél entonces aprobó una inyección de 35 millones); el ajuste en el valor del proyecto Canalejas de Madrid realizado el verano pasado (de 34,5 millones) y los ajustes por tipo de cambio.

En la parte más positiva de los resultados comunicados este miércoles al mercado, la empresa que preside Luis Amodio señala que tiene una cartera récord (sumando los ingresos por concesiones) de 7.027 millones. La cartera a corto plazo alcanza los 3.127 millones, un 20% más. El grupo factura siete de cada diez euros en el exterior, y si bien en Europa se originan la mayoría de las ventas (un 46%) frente a Norteamérica (el 36%) y Latinoamérica (el 16%), a corto plazo las cosas podrían cambiar, con mayor peso en las obras de EEUU y Canadá, donde ahora se concentra el 40% de los nuevos acuerdos.

Con una actividad garantizada para, al menos, 25 meses, el grupo constructor está aumentando también su rama de concesiones. Desde finales de 2021, cuando se adjudicaba la red de hospitales del Biobio, en Chile, OHLA ha sumado nuevas concesiones en Colombia, España y Chile.

Preoocupación por la cotización

OHLA quiere espantar los fantasmas que llevaron a finales de octubre a caídas de la cotización de más de un 20% en apenas dos jornadas. Ocurría días después de comunicar que cancelaba la venta del 25% del Centro Hospitalario Universitario Montreal al grupo BBGI que, según la empresa, no cumplió las condiciones pactadas inicialmente. Ese hospital, del que la antigua OHL construyó un 50%, fue en su día (2014) la segunda mayor obra de la historia del grupo cuando Juan Miguel Villar Mir presidía la constructora. Ahora se ha convertido en una herencia que los hermanos Amodio, que controlan la compañía, califican como “activo no estratégico” en busca de comprador.

Más allá de este proyecto, el mercado también reaccionó en octubre intranquilo por el endeudamiento en bonos, de 425 millones, cuyos vencimientos están fijados en 2025 (el 50%) y 2026. En los resultados anunciados este miércoles la empresa muestra su “firme apuesta por el desapalancamiento”, recordando que se ha reducido en 300 millones en los últimos dos años y que tiene como objetivo situarlo en tres veces el resultado de explotación. Está previsto que a finales de enero de 2023 haya otra amortización parcial de bonos de 35 millones procedentes de cobros del desarrollo del edificio histórico Old War Office de Londres. Tras esta amortización, la deuda en bonos se situaría por debajo de los 400 millones de euros.

En cuanto a la subida de tipos de interés por parte del BCE, fuentes de la compañía señalan que no afectará a sus emisiones, que pagan un cupón anual del 5,1%, aunque estas sí se encarecerán el año próximo debido a la aplicación de intereses adicionales (un diferencial llamado PIK), hasta situarse en el 9,5% a partir de septiembre de 2023. Tampoco afecta a la contabilidad, por el momento, la histórica multa de 203 millones impuesta por la CNMV este verano a OHLA y otras cinco constructoras. OHLA recurrió su sanción, de 21,5 millones y la Audiencia Nacional suspendió la multa de forma cautelar.

La constructora mantiene su hoja de ruta: conseguir un ebitda de entre 100 y 110 millones al cierre de 2022; lograr unas ventas superiores a los 3.000 millones y otros 3.500 en nuevas contrataciones. En OHLA trabajan 24.325 personas y tiene un valor en Bolsa de 278 millones frente a los 602 con que cerró el 2021.